AVANCE 2: CONSULTAS DE ESPECIALIDADES A NIVEL NACIONAL. DEPENDENCIA PÚBLICA
Los datos que se presentan en este documento no solo permiten sacar conclusiones y reflexiones de calado, sino que suscitan nuevos caminos de investigación y profundización en el problema. del análisis de los mismos, y de manera somera, podemos concluir que:
- La actividad realizada por los centros de dependencia pública cada vez representa menos en el conjunto de la actividad de consulta de especialidades que se realiza en España. Han pasado de suponer el 78,62% el año 2010 al 70,25% en el 2019. Una disminución de más de ocho puntos porcentuales.
- Disminuye progresivamente su papel en la resolución de la actividad pública. En el año 2019 suponía el 91,5% del total de la actividad pública, habiendo llegado a representar el 94,4% en el año 2016.
- Los centros de dependencia pública tienen una creciente dificultad para absorber la presión asistencial de los pacientes que requieren ser vistos por primera vez en consulta de especialidades. Un problema creciente desde, al menos, el año 2010.
Marco preocupante, pues el hecho de que la capacidad de resolución del sistema cada vez se dedique más a atender a los pacientes que ya han iniciado su proceso asistencial en la atención especializada, en detrimento de aquellos que están esperando a ser valorados por primera vez en una primera consulta, supone un grave riesgo de complicaciones de las patologías sufridas por lo que esperan. Y se refleja en una lista de espera que tiene dificultad de ser encajada. - La pandemia complica aún más el acceso a la atención especializada. No solo por que disminuya ostensiblemente la actividad, sino porque crece la capacidad asistencial dedicada de resolución de las consultas sucesivas en detrimento de las primeras.
- La recuperación post pandemia se antoja tremendamente compleja. Teniendo en cuenta el crecimiento de la actividad medio de menos de 0,9 millones anuales, solo puede asumirse ese reto mediante incrementos de la capacidad de resolución equivalente a 2.816 profesionales a pleno rendimiento durante un año, con un sobre coste estimado de 315 millones de euros (contemplando todos los costes imputables). Con el agravante de que esto no resolvería el problema asistencial de los pacientes, sino que produciría un “efecto palmeo” de la presión asistencial a las unidades de pruebas diagnósticas y tratamientos. Solo de una visión sistémica y de proceso asistencial se puede abordar este complejo problema con algún viso de éxito.