E
l gobierno corporativo es un elemento necesario dentro de las organizaciones de salud, puesto que favorece la prevención de los conflictos de interés y fallos en la prestación de los servicios. Con él se han de generar canales claros de rendición de cuentas hacia todas las partes interesadas, involucrando a los usuarios, trabajadores, proveedores, el gobierno y la comunidad en general. Es decir, nos cruzamos con el derecho a la transparencia, en este caso aplicada a la actividad sanitaria. Se trata de la necesidad de hacer una rendición de cuentas y del acceso a la información que ésta implica, ya sea parte el interesado, el ciudadano, el cliente, administrado…al tiempo que genera esa transparencia otorga confianza y credibilidad a la organización.
Especial mención debemos hacer a la toma de decisiones en el devenir de la organización. Las decisiones del gobierno corporativo en las instituciones sanitarias permiten modificar aspectos internos. dichas decisiones, también están encaminadas en alcanzar una reducción de costos y en corregir de forma temprana las problemáticas identificadas en los procesos de evaluación institucional, con el propósito de incrementar la calidad en la prestación de servicios y la satisfacción de los usuarios.
Existe una prioridad: la calidad asistencial, que es precisamente lo que la actividad sanitaria requiere, en cualquiera de las formas que revistan sus organizaciones: desde hospitales, a farmacias, a centros médicos, a consultas de profesionales…etc. Cada uno con sus propias características, obviamente.
La implementación del gobierno corporativo, que es en definitiva hablar de “buen gobierno”, la llamada “gobernanza” si estamos en el ámbito de lo público (donde debemos incorporar a las organizaciones que prestan, siendo privadas, servicios de salud pública), es fundamental para el desarrollo empresarial, ya que promueve un mayor dinamismo en la organización y disminuye los riesgos inherentes a la toma de decisiones, favoreciendo el crecimiento organizacional en el alcance de sus metas y objetivos. Incorporando, la rendición de cuentas. Si no es así, seguimos moviéndonos en los modelos de gestión de siempre, ya algo “caducos”, dadas las necesidades de la sociedad actual y del paradigma del nuevo ciudadano/usuario/consumidor/paciente, que exige estar informado.
Diferentes estudios han evidenciado que las corporaciones, al adoptar una conducta socialmente responsable, contribuyen al aumento del desempeño y competitividad de una organización, protegiendo su imagen externa. Eso significa que todos y cada uno de los elementos vivos de la organización están plenamente conectados y pueden dar una mejor visión a la hora de la toma de decisiones. Por ejemplo, en referencia a enfermería se identificó una positiva relación entre la participación de ésta en la junta directiva como miembro con derecho a voto, y los mejores resultados en torno a la calidad y seguridad de pacientes en la prestación de servicios
Uno de los criterios/indicadore es la satisfacción del cliente. No se trata de nada nuevo. Hace ya décadas que este indicador se encuentra incorporado a los sistemas de gestión. Pero se incluido la esencia de la transparencia. Pongamos un ejemplo: existe una posibilidad: la satisfacción (subjetiva siempre, no dejemos de apuntarlo)se puede evaluar por las páginas web de las instituciones sanitarias, por su fácil o difícil acceso, manejo, por poder encontrar la información de manera rápida, verídica y actualizada, en donde los pacientes puedan resolver sus dudas, y sentir la atención y calidad de la institución desde una interacción de manera tecnológica con los médicos y personal del hospital, centro médico u organización que sea. Así se muestra la importancia del desarrollo tecnológico e interactividad virtual de las instituciones para ampliar el contacto con mayor cantidad de usuarios y aumentar la satisfacción.
Por otro lado, al margen de la posible exigencia legal, habitualmente ya se incluye la información en dicha web, que se considera necesaria y precisa para ciudadano o usuario, de acuerdo a lo que la de transparencia considera información pública necesaria (como es la estructura organizativa, el conocimiento de los altos cargos que forman parte de la institución, las cuentas anuales…etc.). Obviamente si es una institución pública esa información es de carácter obligatorio y se contiene en los llamados “portales de transparencia”.
En las organizaciones hospitalarias hay dos mundos, el administrativo y el asistencial, donde el diálogo y la transmisión de información es débil justamente por una presunta extralimitación de la jerarquía en la institución. Las juntas directivas y sus comités de auditoría desempeñan un papel clave en la mejora de la gobernanza de las organizaciones. Para adoptar una cultura de cooperación y colaboración la inclusión de nuevas ideas, diferentes perspectivas.
En principio, nada de los que se expone es novedoso. Ciertamente desde hace mucho tiempo las herramientas de gestión forman parte de una estrategia en la toma de decisiones para corregir, favorecer y mejorar la institución. Sin embargo, lo que hay es un cambio de paradigma en su enfoque, y en la información a ofrecer, en aras a la rendición de cuentas, al aspecto “filantrópico”, por decirlo de alguna manera, y a la transparencia como principio y valor ético, exigido hoy por la propia sociedad.
Pero: ¿cómo podemos hacer esto?, ¿qué limites podemos establecer?, ¿qué limites tenemos respecto al “derecho a saber”? Sobre esta última pregunta, ya hemos tenido varias columnas que tratan de esta complejidad y dificultad, que en muchas ocasiones entra en conflicto con el derecho a la protección de datos personales.
Salvando esa última cuestión del “derecho a saber”, ¿cómo podemos entrar en esa gestión del gobierno corporativo? A este respecto cada organización debe establecer sus necesidades, como organismo vivo que es cualquier institución, empresa sanitaria, revista la forma jurídica que tenga, cínica, hospital, farmacia…etc.
Si podemos hacer una especie de tablas de indicadores precisos basados en las dimensiones esenciales de cada organización, y que podrían ser, con carácter general:
Dimensión desarrollo humano.
Dimensión aspectos laborales.
Dimensión de productividad.
Dimensión económica/financiera (incluyendo indicadores de liquidez).
Dimensión operativa.
Dimensión asistencial (calidad y seguridad del paciente/cliente).
Sin duda, la rendición de cuentas, la transparencia, el acceso a la información son un avance exigido por la sociedad. Y aunque parece que la gestión de las organizaciones sanitarias, la tiene incorporada, una cosa es la teoría, pero la práctica está siendo algo más difícil, pero avanza con éxito para adaptarse a las necesidades de la sociedad actual.