Para mi gusto se está abusando del término inteligencia. Por otra parte, siempre ha sido un término controvertido y polémico. En estos momentos creo que se está confundiendo la inteligencia artificial, con la gran capacidad de procesar de los nuevos sistemas informáticos y los tipos de datos que son capaces de analizar.

Me comentaba un doctor hace unos años que los equipos de diagnóstico, por ejemplo, en radiología, estaban avanzando muchísimo en cuanto a su precisión, lo que obliga al especialista a una minuciosidad en su análisis posterior, a veces incompatible con las horas de ejercicio profesional. En este tema nos va a ayudar muchísimo la automatización del análisis de imágenes por ordenador. Le mostramos al sistema cuáles son las imágenes anormales y la selección se realiza sin intervención humana, ayudándonos mucho en ese cribaje.

También en el sector salud nos va a ayudar mucho la omnicanalidad. Todos nos movemos de casa al trabajo, al automóvil…etcétera, y queremos que nuestras acciones y datos sean interoperables en canales, en CCAA y en formatos. En este sentido, todos los profesionales sanitarios queremos ir más deprisa.

La inteligencia comienza cuando una máquina es capaz de sacar conclusiones o nuevos datos a partir de datos que maneja y que a base de modelos predictivos o de históricos puede elaborar con un grado de acierto importante. La solución Sugar de IBM monitoriza con un sensor en el dedo los niveles de azúcar y predice los patrones de insulina del paciente. Este es el camino que más incertidumbre nos crea en cuanto a cuáles son los algoritmos que ponemos de base…cuáles son los límites…o el problema de la ciberseguridad. En nuestro sector salud cuestión aún más crítica.

La inteligencia comienza cuando una máquina es capaz de sacar conclusiones o nuevos datos a partir de datos que maneja

Pero volviendo al tema de la velocidad de procesamiento de los datos, que es lo que entiendo que más ha evolucionado en estos años, me encuentro ahora con el término de computación cuántica, ¡madre mía! Esto sí que no lo voy a entender, pero quizá no necesite más que disfrutarlo.

Se trata de unos nuevos ordenadores que trabajan a unas temperaturas bajísimas y que son capaces de ejecutar unos algoritmos diferentes a los convencionales…Los sistemas actuales tienen unos límites mecánicos, de manera que la velocidad de procesar la información es lineal a la cantidad de bits que posea. Ahora viene la parte que ya no logro comprender. Al aplicar la lógica cuántica a la informática, se consiguen resolver problemas a toda velocidad paralelamente y con multitud de resultados para cada variable. La clave es la superposición. Algo puede estar encendido y apagado. Uf… ¿se acabó el yin y el yang?