La COVID-19 está presente en nuestros pensamientos, aparece en cada conversación que mantenemos, es el eje que vertebra nuestra economía y las políticas sanitarias desde hace dos meses, y por supuesto, está presente en muchos de los entornos por los que nos movemos.
Sabemos que los esfuerzos destinados a la prevención de contagio son la clave para evitar el desarrollo de la enfermedad, que ha supuesto el colapso del sistema de salud para muchas comunidades.
¿Dónde reside una de las dificultades para lidiar con este problema? En que NO lo vemos…
Todas las medidas para prevenir el contagio se basan en la suposición de que estamos o hemos estado en contacto con el virus, para lo cual establecemos barreras que eviten que este ingrese en nuestro organismo. Para ello usamos guantes, mascarillas, lavado de manos, evitamos tocarnos la cara, etcétera. Pero sigue siendo difícil concienciarnos si el enemigo es invisible a los ojos humanos, y por eso tendemos a no ser eficientes en esta tarea, o a relajarnos y bajar la guardia.
Todos los días entramos en contacto con distintos virus, pero en el caso de la COVID-19 sabemos muy poco. Los investigadores aún están aprendiendo con qué facilidad se propaga de persona a persona, o cuál será la sostenibilidad de la infección en una población; o las características de los superdifusores (individuos que transmiten la infección a un número significativamente mayor de personas que un individuo infectado promedio); o cuánto tiempo puede permanecer en el ambiente. Aquí reside otra de las dificultades en cuanto a la prevención de contagio: este nuevo enemigo invisible, además de invisible es un gran desconocido…
Bajo estas circunstancias surge la necesidad de encontrar métodos de desinfección de aire y superficies cuya eficacia sea alta, con bajo impacto nocivo. Los ámbitos de aplicación serán las áreas de alta densidad de población, con dificultades para mantener las precauciones de seguridad, como residencias geriátricas, centros de atención a largo plazo, cárceles, embarcaciones, etcétera.
Según el Ministerio de Sanidad el coronavirus del SRAS pierde su infectividad tras ser expuesto a los desinfectantes y productos de limpieza comúnmente usados de carácter general. Por eso en las zonas afectadas por el SRAS, se recomienda extremar la higiene personal: lavado frecuente de manos con jabón, aseo personal diario, etcétera. Esta forma de desinfección es eficaz, y la recomendada por la Organización Mundial de la Salud.
Pero se han propuesto otros sistemas de desinfección, en los que valdría la pena evaluar el grado de eficacia y cuán eficiente resulta su implementación en superficies de alta concurrencia.
Catalización
Se trata de un sistema de desinfección de superficie capaz de eliminar, en los primeros 90 minutos de uso, el 95 por ciento de los virus presentes en el medio ambiente, mediante la aplicación de tecnología desarrollada y utilizada en las estaciones aeroespaciales de EEUU.
El sistema permitiría, no solo purificar el aire que pasa a través del catalizador, sino que también propagaría una densa red de moléculas ROS. ROS es la sigla utilizada para describir una serie de moléculas reactivas y radicales libres derivados del oxígeno molecular. Estas moléculas tienen el potencial de causar una serie de eventos nocivos en el agente patógeno por mecanismos oxidativos. Existen al menos dos líneas principales de evidencia que apoyan la noción de que ROS puede matar directamente a los microbios. Esta tecnología es claramente distinta a la desinfección por ozono, porque las condiciones en las cuales se llevan a cabo las reacciones no forman ozono en cantidades relevantes. Este tipo de sistemas ya tiene proveedores en España.
Ozono
El ozono es un gas formado por tres átomos de oxígeno (O3). Se crea, principalmente, por radiación ultravioleta a partir de oxígeno o aire y se descompone en oxígeno con una vida media de 20 minutos. El ozono, ya que es un gas, puede llegar a todos los espacios logrando una cobertura completa del interior.
Se ha demostrado que después de 30 segundos de exposición al ozono, el 99% de los virus se inactivaron ya que oxida de manera directa la pared celular de un sin fin de especies de microorganismos. También causa daños al ADN y ARN y gracias a esto los microorganismos no desarrollan inmunidad al ozono.
Debido a las características de este gas, se puede decir que una vez hecha la función de eliminación de patógenos, este se descompone y no deja residuos químicos. Esta es una de las ventajas más importantes del ozono con respecto a otros agentes químicos que habitualmente se utilizan con los mismos fines.
El ozono es un gas presente en nuestra atmósfera con un gran potencial de oxidación, utilizado desde hace muchos años para la desinfección del agua, del ambiente y para fines médicos.
No hay suficiente información, ni estudios o análisis realizados, respecto de las concentraciones de ozono necesarias para la inactivación virucida efectiva, pero existen estimaciones realizadas para esta aplicación, en base a extrapolaciones de los datos científicos disponibles, siendo el tiempo de emisión necesario no mayor de 10 minutos. Hay factores importantes de seguridad y salud a considerar cuando se usa ozono, ya que parece probado que altos niveles de ozono inhalado pueden tener efectos tóxicos, por lo cual es importante recurrir a recomendaciones de uso consolidadas.
Entendemos por los estudios que se han publicado durante este año que puede usarse ampliamente, a gran escala, como un desinfectante improvisado, específicamente para inactivar virus, pero esperamos que en breve puedan publicarse más trabajos de su aplicación en grandes superficies dando pautas más detalladas de sistemas de emisión, configuración necesaria, dinámica de uso y eficacia.
Limpiadoras de vapor
El vapor de agua tiene probada eficacia como desinfectante, y se ha usado en multitud de centros para esterilización del material hospitalario, y para ello se cuenta con dispositivos específicamente diseñados. Resulta un poco menos extendido su uso para desinfección de grandes superficies o ambientes. De hecho, no es posible encontrar fácilmente evidencia científica que valide su eficacia en este tipo de aplicaciones.
Las pruebas han demostrado que con algunas limpiadoras de vapor, realizando una limpieza de 30 segundos a un máximo nivel de vapor, el 99.999% de los virus con envoltura como el coronavirus o la gripe (excluyendo el virus de la hepatitis B) se pueden eliminar en superficies duras lisas comunes de una casa o comercio.
Aire caliente impulsado
La eficacia de este sistema fue validada para la eliminación de enfermedades derivadas del transporte de ganado, y se ha adecuado con éxito a los contenedores portuarios desde el 2019.
El sistema patentado en 2016, elimina las patologías por impulso térmico. Se basa en un estudio realizado el año 2019 por el Institute of Agrifood Research and Technology (IRTA) y la Universidad de Lérida para determinar el tiempo que deben someterse los vehículos a altas temperaturas y conseguir una desinfección total de virus y bacterias.
Para este fin usa núcleos quemadores que generan suficiente energía calorífica para calentar hasta 100-106°C el gran caudal de aire que circula por el equipo, con límites de temperaturas certificados térmicamente por un software. Este aire caliente se impulsa y se dirige al interior del vehículo, creando un flujo turbulento de aire caliente seco.
Asimismo se implementa una completa trazabilidad y certificación electrónica. El sistema utiliza un protocolo determinado, para ajustar el tiempo de tratamiento y la temperatura máxima para eliminar los patógenos.
En la actualidad, una empresa española ha adaptado su sistema de desinfección de vehículos de traslado de animales al transporte público, en el que se realiza un proceso de 30 minutos a una temperatura de 56 grados centígrados con el objetivo de eliminar el coronavirus.
La empresa española que tiene la patente del sistema Dry Sist®, también está investigando la posibilidad de adaptar el sistema para desinfectar espacios cerrados, como habitaciones de hotel, salas de hospitales u otros espacios públicos.
Este prometedor sistema es respetuoso con el medio ambiente e inocuo para las personas, sin perjudicar ni alterar los materiales que se deben desinfectar.
Fuentes
www.who.int
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/home.htm
https://rilize.com/ozono-coronavirus-covid19
https://www.dicyt.com/noticias/una-patente-espanola-desinfecta-el-transporte-publico-para-eliminar-el-coronavirus
https://www.josam.org/josam/article/view/35
www.aepromo.org
CDC, “Interim Guidance for Environmental Infection Control in Hospitals for Ebola Virus”
https://www.aquamile.com/inicio/225-bkm-mobile.html
https://www.europapress.es/murcia/noticia-empresa-murciana-fabrica-purificador-aire-elimina-9997-bacterias-ambiente-superficies-20200503100002.html