Una travesía comienza con un simple paso. La integración de herramientas de tecnología suele ser un camino largo y, para que sea exitoso, debe plantearse por etapas, con objetivos y un propósito concreto. La Inteligencia Artificial (IA) ha dado sus primeros (o más significativos) pasos en radiología y, ahora mismo, se encuentra en un punto de inflexión.

Los avances tecnológicos han abierto camino ofreciendo oportunidades sin precedentes para mejorar la eficiencia, la precisión diagnóstica y la atención al paciente. Sin embargo, esta transición hacia la integración de herramientas de IA también plantea desafíos únicos que deben abordarse cuidadosamente si se quiere integrar la tecnología de una manera adecuada, es decir, garantizando su aporte, su usabilidad y su eficacia.

En este artículo, exploraremos el proceso de implementación de herramientas de IA en radiología, desde la identificación de la problemática hasta la evaluación del impacto y la usabilidad en la práctica clínica.

Identificación de la problemática:

Antes de embarcarse en cualquier proyecto de tecnología, es crucial identificar que problemática se quiere resolver y los desafíos y limitaciones que enfrenta dicho proyecto. Es decir, ¿qué aspecto del proceso clínico quiero resolver o impactar?, ¿hay herramientas de IA para ello?, ¿son fiables y eficientes?

Relevamiento de los proveedores y sus tecnologías:

Con una comprensión clara de las necesidades y las posibles soluciones, se procede a realizar un relevamiento exhaustivo de los proveedores que ofrecen soluciones a nuestra problemática con tecnología. Esto implica investigar las diferentes empresas y sus productos, evaluando su reputación, experiencia y capacidad para satisfacer las necesidades específicas del centro de salud. Es importante analizar:

Rendimiento y evidencia científica de ello.

Cómo fueron elaborados sus desarrollos.

Opciones de integración.

Estándares de calidad y certificaciones.

Opciones de suscripción.

Coste y retorno de inversión.

Catálogo de productos disponibles con sus características y especificaciones:

Una vez identificados los proveedores relevantes, se procede a compilar un catálogo detallado de los productos disponibles, junto con sus características y especificaciones técnicas. Esto proporciona una visión completa de las opciones disponibles y facilita la comparación entre diferentes soluciones. Es importante analizar las posibilidades de implementación, el coste, si son desarrollos propios o de terceros, si son proveedores directos o revendedores, si tiene servicio post venta y si tiene experiencia global y local.

Validación de la tecnología:

Antes de proceder con la implementación definitiva, es crucial validar la tecnología seleccionada para garantizar su eficacia y fiabilidad. Es decir, que cumpla con lo que promete y se espera de ella. Esto puede implicar pruebas piloto en entornos clínicos reales, así como la revisión de estudios científicos y casos de éxito relacionados con la tecnología en cuestión. Por lo general, esta etapa culmina una vez finalizada la prueba piloto del proyecto para la cual deberíamos exigir un reporte de rendimiento y resumen de dicha etapa.

Evaluación del proyecto:

Una vez implementada la tecnología, es importante llevar a cabo una evaluación exhaustiva del proyecto para determinar su éxito e identificar áreas de mejora de manera permanente. Es decir, tenemos el visto bueno del pilotaje (sino no estaríamos implementando) y el rendimiento de dicha etapa, pero es importante llevar un control permanente y regular. Esto puede incluir la recopilación de datos de rendimiento, la retroalimentación del personal y la comparación de resultados antes y después de la implementación, así como el seguimiento periódico.

Impacto y métricas:

Se deben establecer métricas claras para evaluar el impacto de la tecnología en la práctica clínica. Esto puede incluir la reducción del tiempo de interpretación de imágenes, la mejora en la precisión diagnóstica o la optimización del flujo de trabajo. Estas métricas son fundamentales para demostrar el valor añadido de la tecnología y justificar la inversión o el retorno que se obtiene de ella. Para ello, una buena implementación suele incluir a un grupo de usuarios que serán parte del proyecto y que deben ser de diferentes áreas.

Usabilidad:

La usabilidad es un factor crítico en la adopción exitosa de tecnología. Es importante asegurar que la tecnología sea fácil de usar y se integre sin problemas en la rutina clínica existente. La retroalimentación del usuario y el entrenamiento adecuado son clave para garantizar una experiencia positiva para el personal médico.

Aporte y seguimiento:

Una vez implementada la tecnología, es importante mantener un seguimiento continuo para garantizar su eficacia a largo plazo. Esto puede incluir actualizaciones regulares, mantenimiento preventivo y soporte técnico para abordar cualquier problema que surja. Además, se deben fomentar continuamente nuevas formas de optimizar y mejorar la práctica clínica a través de la tecnología digital.

Otros aspectos importantes

Un proyecto exitoso se establece por etapas y embarcando a todos los sectores, usuarios y actores. Por ello, hay algunas cuestiones igual de importantes que forman parte del proyecto.

Formación de usuarios:

La tecnología también requiere una actualización constante de las habilidades y conocimientos de los usuarios. Los programas de formación deben adaptarse para incluir capacitación, formación y seguimiento del aprendizaje de los usuarios para con ella.

Acceso a los datos:

El acceso seguro y eficiente a los datos radiológicos es fundamental para el éxito del proyecto. Se deben implementar sistemas robustos de gestión de datos para garantizar la disponibilidad y confidencialidad de la información.

Validación externa de los resultados:

A pesar de la abundancia de investigaciones en el campo de la IA es importante que los resultados y hallazgos estén validados externamente para garantizar su fiabilidad y precisión.

Cumplimiento con la protección de datos:

La protección de datos es una preocupación clave en la implementación digital. Es fundamental cumplir con las regulaciones y estándares de privacidad de datos para proteger la información del paciente de cualquier violación o acceso no autorizado.

Mantenimiento y soporte:

Toda tecnología requiere un mantenimiento regular y un soporte técnico adecuado para garantizar su funcionamiento óptimo a lo largo del tiempo. Se deben establecer protocolos claros para la gestión de actualizaciones y la resolución de problemas técnicos.

Gestión del paciente y situaciones clínicas:

Es importante revisar y adaptar los procesos clínicos existentes para integrar de manera efectiva la tecnología y mejorar la atención y los procesos clínicos.

A modo de conclusión:

Como evidenciamos, la gestión de proyecto es el pilar fundamental para garantizar un óptimo rendimiento de la tecnología, buscando índices positivos y significativos de: confianza, seguridad, aporte, usabilidad, rendimiento, mantenimiento y retorno de inversión. Pero, dejamos un tema por demás interesante para el final.

¿La IA o el médico?

La IA en el campo de la medicina y la radiología ha avanzado significativamente en los últimos años, mostrando una capacidad impresionante para analizar datos médicos y diagnosticar enfermedades. Sin embargo, hay varias razones por las cuales la IA no reemplazará al médico, sino que más bien complementará su labor:

La IA carece de la capacidad de comprender el contexto clínico completo de un paciente, incluyendo su historial médico, síntomas, estado emocional y otros factores que pueden influir en el diagnóstico y el tratamiento.

La IA puede analizar grandes cantidades de datos y detectar patrones, todavía depende del médico para interpretar y contextualizar los resultados, así como para tomar decisiones clínicas basadas en esa información.

La relación médico-paciente es fundamental en la atención médica, y la IA no puede reemplazar el vínculo humano y la empatía que un médico proporciona a sus pacientes.

Los médicos tienen la responsabilidad ética de tomar decisiones que beneficien a sus pacientes y respeten su bienestar. La IA carece de esta capacidad para considerar factores éticos y tomar decisiones morales en el cuidado de la salud.

En resumen, aunque la IA tiene un gran potencial para mejorar la atención médica, sigue siendo una herramienta complementaria al juicio clínico y la experiencia humana de los profesionales de la salud. La colaboración entre la Inteligencia Artificial y los médicos puede llevar a avances significativos en la práctica clínica y es por ello que están logrando un avance significativo, siempre que se cumpla con los requisitos de una integración exitosa plasmados al inicio.

 

Alfredo Quiros, International Sales Manager en AZmed