En los últimos años, hemos visto un gran número de estudios de investigación, sobre los efectos que tiene la cultura y el arte en el bienestar de las personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019, publicó un informe donde sintetiza la evidencia global sobre el papel de la cultura y las artes en la mejora de la salud y el bienestar, con un enfoque especifico en la Región Europea. Este informe recoge más de 900 publicaciones científicas, y examina la evidencia de las actividades culturales y artísticas en la promoción de la salud. El informe revisó los beneficios para la salud en diferentes categorías:
Artes escénicas (música, danza, canto, teatro y el cine).
Artes visuales (artesanía, diseño, pintura y lectura).
Artes culturales (animaciones, artes digitales, etc.).
Artes en líneas (visita a museos, galerías, conciertos etc.).
Los estudios identificaron que el arte puede tener un papel importante en la prevención y promoción de la salud, y en el tratamiento de las enfermedades a lo largo de la vida.
En relación con la prevención y la promoción de la salud, los resultados muestran, como la cultura y el arte puede afectar a los determinantes sociales de la salud, dar soporte al desarrollo infantil y motivar el autocuidado. En general los estudios evidencian que la cultura y el arte pueden impactar potencialmente tanto en la salud física como en la salud mental de las personas.
Otros investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología llevaron a cabo un estudio que se publicó en el Journal of Epidemiology and Community Health (revista de epidemiologia y salud comunitaria), que estudiaba la asociación entre una buena salud, la satisfacción con la calidad de vida y la participación en actividades culturales (en este estudio participaron más de 50.000 adultos, hombres y mujeres). Los resultados mostraron que las actividades culturales mejoraban la salud y tenían un impacto positivo en la calidad de vida de las personas. Evidenciando que las personas que visitan museos van al cine, o al teatro, están más sanos, tienen mayor bienestar y menor riesgo de padecer ansiedad o depresión.
‘Muchas actividades culturales y artísticas producen interacción social; reduciendo la soledad y favoreciendo la presencia de soporte social’
Si recordamos, el confinamiento a causa de la pandemia por la COVID-19, muchos de nosotros recurrimos a la cultura, visitar museos de forma virtual, la lectura, la música etc. y le dimos muchísimo valor al cuidar y al curar.
Las actividades artísticas pueden considerarse como intervenciones complejas o multidimensionales en las que combinan múltiples componentes diferentes que promueven la salud. Y pueden comportar, un compromiso estético con la participación de la imaginación, actividad sensorial y estimulación cognitiva.
Independientemente de su naturaleza, una actividad artística también puede implicar interacciones sociales, actividad física y un compromiso con temas de salud, estableciendo una buena relación con entornos saludables. Por otro lado, los diferentes componentes de las actividades pueden desencadenar respuestas psicológicas, fisiológicas, sociales y de comportamientos que están vinculadas con los resultados en salud.
En una actividad artística están presentes componentes emocionales que pueden favorecer la expresión y la regulación de las emociones y también la reducción del estrés. Las emociones están íntimamente ligadas a la forma en que manejan nuestra salud mental y el estrés es un factor de riesgo reconocido por el inicio o la progresión de diferentes enfermedades, como las cardiovasculares. Por otro lado, cuando se participa en actividades artísticas o culturales, se produce una estimulación cognitiva que favorece el aprendizaje y el desarrollo.
Podemos decir, que muchas actividades culturales y artísticas producen interacción social; reduciendo la soledad y favoreciendo la presencia de soporte social. La soledad y la falta de relaciones interpersonales están vinculadas con respuestas fisiológicas adversas, deterioro cognitivo, enfermedades mentales y mortalidad prematura. Otro aspecto por considerar es la importancia de hacer actividad física para reducir comportamientos sedentarios, que están asociados a algunas enfermedades.
Como vemos, el impacto de la cultura en la salud es evidente, debemos promover la participación artística y cultural a nivel individual y local. Y debemos gestionar la cultura de forma que sea nuclear en la vida de todas las personas, potenciando ir al cine, al teatro, a un club de lectura o simplemente oír música.
Somos conocedores de que la cultura es inspiración, creación y empuje para tener una vida mejor. Apostemos por ello y colaboremos con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto con el ODS 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar, el ODS 4. Educación de calidad, el ODS 5. Igualdad de género y el ODS 10. Reducción de las desigualdades.
“Cuanto más arte y cultura, más salud y bienestar para las personas“