Las organizaciones sanitarias sin visión sistémica no pueden competir en la era post COVID. Por ello, es fundamental potenciar el buen gobierno para conciliar la resiliencia y la responsabilidad social, reflexionar sobre la misión y el propósito, tomar buenas decisiones y fomentar una comunicación clara y transparente que involucre a todos los grupos de interés.
La crisis económica, social y sanitaria significa un cambio de paradigma en la forma de gestión. Un enfoque sistémico en la gestión hospitalaria implica la consideración de factores externos que puedan afectar al funcionamiento del hospital, como las políticas de salud pública, los avances tecnológicos y las expectativas de los pacientes. Adaptarse de manera proactiva a los cambios del entorno puede ayudar a los hospitales a ser más eficientes.
En el ámbito de la salud, los hospitales desempeñan un papel importante en el cuidado de las personas. Sin embargo, en un entorno en constante cambio y evolución, es fundamental que estas instituciones sean capaces de adaptarse y transformarse para satisfacer las necesidades de la sociedad y ofrecer atención de calidad. En este contexto, surge la pregunta: ¿la visión sistémica puede ayudar a la transformación organizacional de los hospitales?
Para abordar esta cuestión, es importante comprender primero qué implica una visión sistémica en el contexto hospitalario. La visión sistémica se refiere a la capacidad de ver y comprender un sistema en su totalidad, reconociendo las interconexiones y relaciones entre todas sus partes. En el caso de los hospitales, esto significa considerar no solo los aspectos asistenciales, sino también los aspectos administrativos, financieros, culturales y humanos que influyen en el funcionamiento de la institución.
‘Los hospitales que adopten una visión sistémica estarán más preparados para enfrentarse a los desafíos y oportunidades que surgen en el entorno de salud’
Una visión sistémica requiere una comprensión profunda de cómo cada decisión y acción impacta no solo en un departamento o área específica sino en toda la organización. En el contexto hospitalario esto es fundamental dado el alto grado de interdependencia entre los diversos servicios/unidades, desde la atención al paciente hasta la gestión de recursos y la planificación estratégica.
Los hospitales que adopten una visión sistémica estarán más preparados para enfrentarse a los desafíos y oportunidades que surgen en el entorno de salud, entornos, cada vez más complejos a causa del envejecimiento, la pluripatología y la cronicidad. Al considerar el hospital como un sistema en su conjunto, en lugar de como una serie de partes desconectadas, los líderes y profesionales de la salud pueden identificar áreas de mejora, optimizar procesos y promover una cultura organizacional orientada al cambio y la innovación.
Un aspecto clave de una visión sistémica en los hospitales es la capacidad de anticipar y responder proactivamente a las transformaciones en el entorno externo, ya sea debido a avances tecnológicos, cambios en la normativa de gobernanza, o evolución en las expectativas de los pacientes.
La visión sistémica facilita la capacidad de adaptación al permitir a las instituciones identificar tendencias emergentes, anticipar posibles escenarios futuros y diseñar estrategias flexibles y sostenibles.
Otro aspecto importante de la visión sistémica en los hospitales es la colaboración y la integración entre los diferentes actores y departamentos de la organización. Una visión holística del hospital fomenta la comunicación interdisciplinaria, la coordinación de esfuerzos y la sinergia entre equipos, lo que a su vez puede mejorar la eficacia, la eficiencia y la calidad de los servicios.
Sin embargo, a pesar de los beneficios evidentes de adoptar una visión sistémica, muchos hospitales todavía presentan desafíos para implementar cambios organizacionales efectivos. La resistencia al cambio, las estructuras jerárquicas rígidas y la falta de recursos y capacitación, son algunos de los obstáculos que pueden dificultar la adopción de una perspectiva sistémica en la gestión hospitalaria. Para superar estos desafíos y avanzar hacia una transformación organizacional más eficaz, es fundamental que los líderes hospitalarios promuevan una cultura de aprendizaje continuo, fomenten la participación y el empoderamiento de los/las profesionales, y establezcan mecanismos de retroalimentación y evaluación para monitorizar el progreso y los resultados.
Los hospitales que tengan una visión sistémica estarán más preparados para impulsar cambios organizacionales sostenibles y promover la integración, la diversidad generacional, la igualdad de oportunidades, la colaboración, la transparencia y la adaptación continua. Solo a través de esta perspectiva holística y orientada al futuro, los hospitales podrán enfrentarse con éxito a los desafíos y aprovechar las oportunidades que se presenten en el entorno actual.
La adopción de una perspectiva sistémica no solo es esencial para sobrevivir en un entorno de salud de mucha incertidumbre y en constante cambio, sino que también nos ayudará a comprender las relaciones y dinámicas entre los diferentes elementos de la organización, como los departamentos, los equipos de trabajo, los procesos y las personas, y ayudará a liderar la transformación para garantizar la sostenibilidad y la eficiencia en el hospital.