En un mundo cada vez más complejo e incierto, las organizaciones sanitarias han de adaptarse rápidamente a los cambios para mantenerse competitivas. La estrategia, la sostenibilidad y los ODS son tres pilares clave que, cuando están alineados y gestionados de manera global son esenciales para el futuro de las personas y del planeta.
Una estrategia bien definida es fundamental para cualquier organización. Esto implica planificación, implementación y seguimiento de acciones para conseguir unos objetivos. La estrategia debe de ser clara, estar bien definida y ser flexible y adaptativa, para que permita responder a los cambios legislativos, y a las expectativas sociales. En el contexto de la sostenibilidad, la estrategia debe considerar factores ambientales, económicos y sociales para garantizar un impacto positivo a largo plazo.
La sostenibilidad abarca varios aspectos, desde la eficiencia energética hasta la gestión de residuos y la promoción de prácticas laborales justas. Sabemos que hay una relación estrecha entre el medio ambiente y la salud. La contaminación del aire, el agua y los alimentos afecta directamente la salud de las poblaciones.
Además, el cambio climático genera enfermedades transmitidas por vectores y catástrofes naturales que desestabilizan los sistemas de salud. Por eso es fundamental que las organizaciones sanitarias adopten una perspectiva de sostenibilidad, entendiendo que la salud del planeta está interrelacionada con la salud humana.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) proporcionan un marco integral para abordar los principales desafíos globales, algunos de ellos están directamente relacionados con la salud. En particular, el ODS 3 se centra en garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades. Y otros objetivos, como el ODS 6 (agua limpia y saneamiento), el ODS 7 (energía asequible y no contaminante) y el ODS 13 (acción por el clima), también influyen directamente en los resultados de salud.
La salud y el bienestar están en el centro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por las Naciones Unidas, y la integración de estas metas en la estrategia de las organizaciones es esencial.
Pero nos preguntamos: ¿Cómo podemos integrar la sostenibilidad y los ODS en las estrategias de las organizaciones?
Evaluando y desarrollando estrategias para reducir la huella de carbono. Los centros pueden adoptar prácticas de construcción verde y sistemas de gestión de residuos más efectivos.
‘La sostenibilidad no es una opción, sino una necesidad’
Integrando la sostenibilidad en la promoción de hábitos saludables, educando a las comunidades sobre la importancia de prácticas sostenibles que benefician tanto la salud de las personas, como la salud del planeta.
Utilizando la innovación y la tecnología para mejorar la eficiencia y la calidad de la atención. La telemedicina se ha convertido en una herramienta esencial, especialmente después de la pandemia de la COVID-19. Facilita reuniones y consultas a distancia, reduciendo la necesidad de visitas presenciales y mejorando el acceso a la atención en áreas rurales.
Además, la inteligencia artificial (IA) está revolucionando el diagnóstico y el tratamiento. Los algoritmos avanzados analizan grandes volúmenes de datos para identificar patrones y predecir enfermedades con mayor precisión
Formando alianzas estratégicas con otras organizaciones. Estas alianzas facilitan el intercambio de conocimientos y recursos, y favorecen soluciones más integradas y efectivas.
Incorporando criterios de sostenibilidad en las políticas de recursos humanos y en las políticas de compras. Fomentando la diversidad e inclusión en la contratación, ofreciendo programas de formación sobre sostenibilidad, y promoviendo un entorno de trabajo saludable y seguro.
Y en las políticas de compras, priorizando proveedores que cumplan con estándares ambientales y sociales y, favoreciendo la compra local para reducir las emisiones de carbono asociadas al transporte.
Implementando prácticas de reducción, reutilización y reciclaje en la gestión de residuos, minimizando los desperdicios, reutilizando y reciclando materiales.
Fomentando programas de participación del paciente, para empoderarlo y garantizar que las necesidades y expectativas de los pacientes se están cubriendo.
Promoviendo modelos de atención más integrados y coordinados, para abordar las necesidades sanitarias y los determinantes sociales de la salud.
Invirtiendo en investigación para asegurar que los tratamientos y las buenas prácticas se basan en la mejor evidencia disponible.
Y creando cultura de sostenibilidad, sensibilizando a los profesionales sobre el impacto de sus acciones en el medioambiente y en la sociedad, definiendo metas y objetivos sostenibles, integrando la sostenibilidad en todas las áreas de la organización, estableciendo indicadores y haciendo difusión de los resultados obtenidos.
Las organizaciones sanitarias, como responsables de la salud de las personas, han de liderar con el ejemplo y demostrar que es posible construir sistemas de salud más ecológicos y equitativos. No solo se trata de mejorar los resultados de la salud humana, sino que han de asegurar un futuro sostenible para el planeta y para las generaciones venideras. Adoptar estrategias flexibles y enfocadas en la innovación, comprometiéndose con prácticas sostenibles y aprovechando los ODS de manera efectiva son pasos esenciales para cualquier organización que desee avanzar.
A medida que nos enfrentamos a desafíos globales cada vez más complejos, la sostenibilidad no es una opción, sino una necesidad.