Hace unos pocos días tuve la suerte de asistir al concierto de conmemoración de los 40 años del Rock & Rio en el Wizink Center de Madrid y recordar que también estuve hace esos 40 años en el mismo concierto que se rememoraba ese día.
Haciendo alusiones a la guerra que había comenzado un par de semanas antes, los asistentes gritábamos y nos hacíamos ecos de la desigualdad social, de lo que habíamos previsto para el final del siglo pasado, del mundo del futuro y sobre todo de la sociedad en la que queríamos vivir.
Si las perspectivas que teníamos no eran demasiado halagüeñas, la realidad de hoy en día se ha vuelto mucho más complicada tal y como me refería en mi artículo interior fundamentalmente por 7 razones: el orden internacional, la economía mundial, los flujos migratorios, las viejas y nuevas empresas, la salud de la población, la ciber tecnología y redes sociales y el poder de la formación y de la información.
Todas estas razones están relacionadas unas con otras, no son independientes y posiblemente una de las que más me llenan de esperanza es la referente a los flujos migratorios, como solución a grandes problemas actuales.
Los países desarrollados están en recesión de población, donde en unos años habrá más abuelos que nietos, porque por cada niño que nazca en estos países, nacerán 9 en los países emergentes o en vías de desarrollo.
La vida media ha aumentado más de un 50% frente a los países desarrollados y si la tasa de mortalidad en Europa se ha reducido un 3% en estos países ha sido de un 65%.
Es cierto que acoger refugiados de Ucrania, además de ser un deber es una obligación y una voluntad, también hacerlo con inmigrantes de otros países debería ser lo mismo, sin importarnos el origen o el color de la piel, porque les necesitamos y solamente nos ayudarán si somos capaces de tratarles correctamente en la sociedad y en el mundo profesional y empresarial.
Si pones a una persona con los medios óptimos y le das la formación necesaria, multiplicará su eficiencia y su contribución a la sociedad
Y para poder seguir subsistiendo y desarrollándonos hay alguna frase en la canción de Bienvenidos que debería hacernos recapacitar.
“Gracias por estar aquí”.
En la mayoría de los casos y egoístamente, nosotros los ciudadanos de los viejos continentes, vamos a poder mirar el futuro con más optimismo, porque habrá nuevas generaciones que hagan sostenible los modelos económicos y sociales, porque debemos entender que tienen tanto talento como cualquier otro individuo de los países desarrollados, solamente tenemos que darles la formación y las oportunidades.
Me sorprendía leer que Nairobi recibe el apodo de “La Sabana del Silicio” (la Silicon Savannah) y que hace más de una década, Kenia sorprendió al mundo con ser uno de los lideres mundiales en el sector de pagos a través del móvil. De hecho, en Kenia más del 90 % de la población tiene y utiliza el teléfono móvil, no solamente para comunicarse, sino para enviar y recibir todo tipo de pagos, además de utilizar servicios sociales a través de distintos modelos de apps.
En esta línea, solamente destacar que los distintos departamentos gubernamentales utilizan datos de teléfonos móviles, en lugar de nóminas o historiales académicos para planificar la política sanitaria y su posterior alcance, entre otras aplicaciones.
En una ocasión escuché a Jose A. Marina decir que, si pones a un burro delante de un ordenador, seguirá siendo un burro. Si pones a una persona con los medios óptimos y le das la formación necesaria, multiplicará su eficiencia y su contribución a la sociedad.
No debemos tener miedo, sino voluntad de generar confianza y atracción para aquellas personas de distintos países cuyas necesidades y capacidades sean útiles para nuestra sociedad, sobre todo si tenemos en cuenta que los países emergentes de Asia o África van a ser los grandes competidores de los países desarrollados y tendrán, población, reemplazos generacionales, recursos y las mismas tecnologías que cualquier país en el mundo.
El origen, el color de piel, el idioma, el sexo hacen coherente y valida otra frase de la canción del título: “necesitamos muchas manos, pero un solo corazón”.
Solamente así seremos capaces de enfrentarnos al mundo con optimismo.