Hablar de sanidad en general, y de salud en particular, implica hacer una necesaria alusión a la Atención Primaria, la puerta de entrada al sistema sanitario,  que generalmente es usada por todo paciente que acude con una dolencia o un problema médico de carácter no urgente o vital, siendo el filtro necesario en el acceso a las especialidades médicas.

La Atención Primaria supone una compleja red asistencial, que se compone de 13.040 centros de salud y consultorios médicos a lo largo de toda la geografía nacional; que cuenta con un gran componente humano, en sus 43.815 profesionales de la medicina, y sus 42.094 miembros de la enfermería, a lo que se une el personal de administración, mantenimiento y limpieza. Un sistema que, en el pasado año 2023, y según datos del Informe del Sistema Nacional de Salud, atendió 256 millones de consultas médicas, y 156 millones de consultas de enfermería, una cifra muy destacable en un país como el nuestro.

La mayoría de estas atenciones se realizaron en las propias instalaciones sanitarias. Mientras que unas 3 millones de consultas médicas, y en torno a unas 10,5 millones de asistencias de enfermería, tuvieron lugar en el domicilio del paciente, tratándose, generalmente en estos casos, de pacientes que no tienen la posibilidad de acudir a los centros médicos por sí mismos.

De ellas, en la senda de la innovación y los avances tecnológicos que alcanzan también a la sanidad, el 39,1% de las atenciones médicas reseñadas fueron atendidas mediante teleconsultas, y en torno al 13,6% de consultas de enfermería fueron prestadas a distancia, unos porcentajes que siguen creciendo tras la pandemia.

Un batiburrillo de cifras que muestran la gran complejidad de nuestro sistema de Atención Primaria, en el cual, aunque el Ministerio de Sanidad no es tan tajante en su informe, queda latente la necesidad de seguir invirtiendo y cuidando.

Pues, no es todo oro lo que reluce, y nuestra Atención Primaria muestra importantes carencias que deben ser solucionadas. Según la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), la Atención Primaria arrastra un déficit de unos 9.500 profesionales de la medicina, una falta de en torno a 13.000 enfermeros y enfermeras, 1.250 matronas, 1.100 pediatras, entre otros profesionales, que serían necesarios para atender a la demanda de pacientes. Nada extraño viendo las más de 400 millones de asistencias sanitarias, de medicina y enfermería, que fueron atendidas el año pasado.

‘Nuestra Atención Primaria muestra importantes carencias que deben ser solucionadas’

El sindicato, uno de los más representativos de la Administración Pública en nuestro país, con miles de funcionarios afiliados, ve preciso un aumento en la inversión presupuestaria de la Atención Primaria, apostando porque las administraciones tracen un plan estratégico a unos 5-10 años vista, que permita conseguir cifras equivalentes en personal sanitario al de la media europea.

Si tenemos en cuenta la media de profesionales sanitarios de la Atención Primaria, en una ratio por cada 1.000 habitantes, la cifra es cierto que se aleja a la de otros países del entorno comunitario, teniendo la sanidad pública 0,8 profesionales de la medicina en la Atención Primaria, y a 0,5 de la enfermería, según datos del Ministerio de Sanidad de 2022.

Si bien es cierto, el cómputo total de profesionales médicos por cada 1.000 habitantes se asemeja a la media de otros países de la Unión Europea, con un total de 3,6 por cada 1.000 habitantes. Con algunas regiones por debajo de la media, como es el destacado 2,6 por cada 1.000 habitantes de Ceuta y Melilla, competencia que sigue en manos del Ministerio de Sanidad, Andalucía con un 3 por cada 1.000 habitantes. Y en el otro lado de la balanza, superando la media española, vemos un interesante 4,2 por cada 1.000 habitantes en las regiones de Aragón, Asturias, Castilla y León, y Navarra.

Otro de los problemas acuciantes de la Atención Primaria son los días de espera para ser atendido por un profesional sanitario, que según el primer Barómetro de este año 2024, la media de espera se sitúa en los 8,34 días, una cifra preocupante, y eso que se trata de una reducción de la serie, que en 2022 se situaba en 9 días. Si bien es cierto, lejos estamos de los 4,38 días de media que había en un no tan lejano 2017.

En torno a ello, el Ministerio de Sanidad sigue trazando un nuevo plan para la Atención Primaria española, que necesariamente tendrá que contar con el apoyo de las comunidades autónomas competentes en la materia sanitaria. Con diferentes apuestas, algunas basadas en la digitalización o el influjo de la Inteligencia Artificial, y con un pensamiento, aún un tanto idealizado, de desburocratizar la Atención Primaria.

Mientras tanto, un 83,6% de los pacientes ingresados en hospitales de la sanidad pública se muestran satisfechos por la atención sanitaria recibida, según el Informe del Barómetro Sanitario del año 2023. Dándole a nuestro sistema sanitario público en general, un quizás escueto, 6,26 sobre 10. Esto sería lo que académicamente llamaríamos un “bien”, reflejando que nuestro sistema sanitario aprueba este examen, pero sigue cercano del suficiente, y bastante alejado de un difícil y lejano sobresaliente.

Aunque los datos de mejora en este último año son positivos, aún queda mucho trabajo por hacer, deseando que nuestros gobernantes atiendan a la necesidad acuciante de mantener una Atención Primaria fuerte, como baluarte del sistema sanitario.