La salud es uno de los sectores de actividad más innovadores y, sin embargo, el acceso a la innovación y la financiación de la misma constituyen un reto. La innovación es un pilar sobre el que se sustenta el crecimiento económico de nuestro país, y cuanto más ágil sea, mejor será el rendimiento que se consigue en cualquier campo, pero especialmente en el de la salud.
Además, en el sector sanitario, como en muchos otros sectores, la innovación requiere de la adaptación de los procesos siendo fundamental la aplicación de nuevos modelos asistenciales y el diseño de líneas estratégicas de actuación que den respuesta a los cambios (por ejemplo, la medicina personalizada y de precisión).
Por otro lado, la estructura del Estado en el que las comunidades autónomas tienen competencias en Sanidad e I+D+i, cuentan consecuentemente con presupuestos heterogéneos en ambos ámbitos, incidiendo directamente en la equidad a la hora del acceso a terapias sofisticadas y vanguardistas y disponer de sistemas de diagnóstico de última generación.
En el ámbito sanitario, en el que los avances científicos y la investigación son imprescindibles, se debe optimizar la financiación para el desarrollo de iniciativas; las cuáles son claves para mejorar el servicio que reciben los ciudadanos y, a su vez, tiene gran impacto en la sostenibilidad futura de los sistemas de salud.
Para debatir y trabajar sobre el binomio de la innovación y la sostenibilidad del sistema sanitario, el Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) acogió en su sede el Grupo de Trabajo: “Innovación y sostenibilidad: ¿son compatibles?”, organizado por New Medical Economics en colaboración con Astellas y Pfizer. Para ello se contó con la participación de expertos de primer nivel en la asistencia al paciente y la gestión farmacéutica.
La jornada se estructuró con dos mesas de trabajo y ambas estuvieron moderadas por José María Martínez García, presidente de New Medical Economics. En la primera de ellas participó: José Ramón Luis-Yagüe, director del Departamento de Relaciones con las comunidades autónomas de Farmaindustria; Nieves Martín Sobrino, directora técnica de Asistencia Farmacéutica de la Gerencia de Salud de Castilla y León; Yoana Nuevo Ordóñez, responsable de la Oficina de Apoyo a la Innovación y Conocimiento sobre medicamentos y de la Unidad de Asesorías Científicas Nacionales, dentro del Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS); y Juan Carlos Valenzuela, coordinador regional de Farmacia del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha.
La segunda mesa estuvo compuesta por: Isabel Gallegos, especialista en Oncología del Hospital General de Segovia; Modoaldo Garrido, gerente del Hospital Universitario Fundación Alcorcón; José Manuel Martínez Sesmero, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Clínico San Carlos (Madrid); Alberto Morell, jefe del Servicio de Farmacia del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid); y Patricia de Sequera, jefa de Nefrología del Hospital Universitario Infanta Leonor (Madrid) y presidenta de la Sociedad Española de Nefrología.
Primera mesa
Para comenzar con el debate, Martínez quiso que los ponentes pusieran sobre la mesa qué se entiende por innovación y sostenibilidad. Desde la AEMPS entienden por innovación cualquier mejora de producto o producto innovador que impacte directamente sobre la terapéutica o sobre el mercado. Sin embargo, Yoana Nuevo, como responsable de la Oficina de Apoyo a la Innovación, mencionó también el término de innovación regulatoria, “antes de que ese medicamento llegue al Sistema Nacional de Salud”. Comentó que “debemos ser capaces de generar una regulación flexible, que permita a los investigadores innovar, pero manteniendo el rigor científico y regulatorio que permita obtener medicamentos de calidad, seguros y eficaces que es la máxima de la AEMPS”. Además, comentó que desde la AEMPS entienden sostenibilidad “como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer las de las futuras generaciones” y resaltó que “la interacción entre todas las partes interesadas (investigadores, tanto de academia como hospitalarios, personal sanitario, industria, financiadores, reguladores y pacientes) ayudará a encontrar el equilibrio para fomentar la innovación, por un lado, asegurando la asequibilidad y sostenibilidad, por otro”.
“Nuevo es aquello que se pone por primera vez en el mercado”, afirmó Nieves Martín y siguió: “Innovador desde el punto de vista de la gestión y de los sistemas sanitarios públicos, es aquello que aporta mejoras y ventajas sobre lo que ya tenemos disponible. Para nosotros nuevo no es igual que innovador”.
Por otro lado, José Ramón Luis-Yagüe considera que la innovación y la sostenibilidad sí son compatibles en nuestro sistema sanitario. “La incorporación de la innovación supone mejoras no solo desde el punto de vista de la atención a los pacientes, sino también desde el punto de vista de la eficiencia de los recursos que destinamos a sanidad. Hablar de innovación desde Farmaindustria es hablar de nuestra razón de ser”, comentó el experto.
En cuanto a la situación que se encuentra la innovación española respecto a los países del entorno, Valenzuela contó que gran parte de los informes sitúan a España por debajo de la media europea, tanto en inversión como en acceso a las tecnologías. “Se debe tener en cuenta las particularidades de cada una de las comunidades autónomas a la hora de analizar la eficiencia en la inversión y en la mejora de los ecosistemas de innovación”, afirmó.
Con respecto al acceso a la innovación sanitaria, el director del Relaciones Institucionales de Farmaindustria piensa que tenemos un sistema sanitario que está descentralizado en las comunidades autónomas, que tienen amplias competencias en la gestión de la asistencia sanitaria. “Todos tenemos un objetivo común: dar la mejor asistencia sanitaria a los pacientes. Sin embargo, hay desequilibrios en el acceso a la innovación sanitaria, esto es innegable. Es un problema que exige una respuesta a nivel de Estado”, indicó Luis-Yagüe.
Por su parte, Nieves Martín considera que en cuanto al acceso a los medicamentos “se magnifican las diferencias y se minimizan las similitudes”. En este sentido, la experta cree que hay que tener en cuenta los factores de cohesión y de homogeneidad. En la misma línea, Valenzuela explicó que en innovación tecnológica puede haber más desequilibro, pero con respecto a los medicamentos innovadores no tanto, “hay excepciones, pero los desequilibrios son menores”.
“¿Cómo puede ayudar la innovación a la sostenibilidad del sistema sanitario español?”, esta fue la siguiente pregunta que Martínez dirigió a los ponentes. Yoana Nuevo comentó que “es fundamental impulsar la innovación y entenderla como una inversión, para ello hay que valorar e impulsar estrategias como el reposicionamiento de los medicamentos antiguos o la optimización de la dosificación de los medicamentos y la duración de los tratamientos, especialmente para los medicamentos oncológicos”. Mencionó además, “que muchos de los medicamentos oncológicos se autorizan mediante autorización condicional, en la que el Titular de Autorización de Comercialización no ha terminado todos los estudios clínicos pero se le concede la autorización de comercialización del medicamento porque el beneficio para los pacientes es superior al riesgo de no disponer de dicho medicamento. Sin embargo, la investigación posterior sobre la posología y duración del tratamiento produce numerosos beneficios, tanto para los pacientes, con un incremento en la adherencia al tratamiento, como para el sistema nacional de salud”. Yoana Nuevo añadió que “aunque sean terapias menos disruptivas también son innovación y creemos que se podría avanzar en este tipo de innovación como medida directa, ya que requieren de una menor inversión inicial”.
A Nieves Martín, le parece una línea de actuación importante, sobre todo por la mejora que luego va a repercutir en los pacientes, pero no cree que eso tenga repercusión en la gestión y en los precios. Contestando a la pregunta de Martínez, Valenzuela considera que se requiere un nuevo modelo sostenible, “no podemos olvidar los condicionantes económicos de la innovación porque nos exigen encontrar un equilibrio entre los recursos que dedicamos y los resultados, para que desde el sector público podamos facilitar, impulsar y priorizar la innovación tecnológica y la innovación en medicamentos”.
Como colofón a esta primera mesa se trató el tema de la colaboración público-privada (CPP), “¿puede ayudar a integrar la innovación en la sanidad pública?”, cuestionó el presidente de New Medical Economics a los expertos.
Según José Ramón sí, “esta CPP debe ayudarnos a incorporar la innovación en el Sistema Nacional de Salud y creo que lo estamos haciendo”. Por su parte, Nieves Martín indicó que desde Sacyl les está costando mucho esfuerzo aplicar los nuevos modelos de financiación, pero que son necesarios debido a los elevados precios de una parte de los nuevos medicamentos. Y Juan Carlos Valenzuela señaló que es hacia dónde tenemos que ir. Además, Valenzuela puso sobre la mesa el problema de esta CPP “el liderazgo y la dirección de esa colaboración público-privada lo tiene que hacer el sector público y no sé si esto está ocurriendo”.
Segunda mesa
Siguiendo el hilo de la primera mesa, Martínez preguntó si a la hora de innovar en Sanidad prevalece más el coste que el beneficio del paciente. Para Modoaldo Garrido no hay discusión, “innovar es consustancial a mejorar las expectativas y calidad de vida del paciente. Es valor lo que está aportando”.
“¿Qué innovación sanitaria es más accesible?”, cuestionó el presidente de New Medical Economics a los ponentes. La percepción de José Manuel Martínez Sesmero es que, en el ámbito del medicamento, a pesar de los problemas que puedan existir, hay un razonable acceso a la innovación, pero en el campo de la tecnología, le surgen algunas dudas. “Debemos intentar incorporar otro tipo de tecnologías más allá de las que entendemos habituales e introducir la mhealth”, señaló el experto.
Con respecto a los departamentos o unidades de Innovación en los hospitales, Sesmero comentó que el Clínico San Carlos fue uno de los centros que comenzó con la creación de esta Unidad, “ahí comenzó la creación de nuevos modelos organizativos, de crear productos y servicios. Nosotros como farmacia de Hospital nos incorporamos y creemos que también en ese beneficio de aplicar otros horizontes que vienen de otros sectores, porque cada vez más tendremos que desarrollar herramientas basándonos no solo en tener un nuevo medicamento, sino también de colaborar con empresas de otros ámbitos, es clave”.
Por su parte, Modoaldo comentó que en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón han constituido la Comisión Central de Innovación con los responsables de todas las áreas, “para que toda la Comisión conozca qué estamos haciendo de nuevas, todo como un horizonte que entra en un círculo virtuoso que no tiene fin”.
En cuanto a la innovación en la atención al ciudadano en general y al paciente en particular, “¿va acompañada de la adaptación de los modelos asistenciales y los planes estratégicos en el hospital o servicio correspondiente? ¿Puede esto producir inequidad entre hospitales?”, preguntó Martínez a los expertos. Patricia de Sequera no tiene ninguna duda, “se puede innovar sin que haya grandes aumentos en los costes. La innovación no aplica solo a los fármacos o a la tecnología también a los procesos. Debemos tener imaginación, en ocasiones se trata de reorganizar los procesos”.
Alberto Morell considera que cuando hablamos de innovación estamos hablando de algo que es complicado, asimétrico y que va a impactar de una forma importante. Según el experto para que eso sea así las organizaciones tienen que cambiar, “no tengo ni he tenido nunca un presupuesto de innovación”, afirmó. Morell indicó que a él le gusta innovar y fracasar, “si no se innova estamos abocados al fracaso y al colapso del sistema, los países que más avanzan son los que más innovan y por ahí andará nuestra solución a todo esto”.
La gestión del fármaco innovador dentro del Hospital fue otro de los temas que se puso sobre la mesa. En este sentido, Isabel Gallegos comentó que hay que buscar lo que os une y no tanto las diferencias. Para la doctora, el problema está cuando dos clínicos ante la misma situación quieren ejecutar la misma acción y no pueden porque quizás todavía
ese fármaco no ha llegado a la clínica, “estamos en ese compás de conseguir los precios, cuando exista una diferencia es cuando se está rompiendo la equidad”.
En cuanto a la medición de los resultados en salud, Modoaldo señaló que en su Hospital están comenzando, “se trabaja más en la efectividad del fármaco que en la satisfacción del paciente. Y debemos ir incorporando la vivencia y satisfacción del paciente como resultado fundamental”. En la misma línea, para Sesmero hay margen de mejora, “sobre todo lo que nos falta es la parte de la dimensión humana”, y Morell cree que se han desarrollado unos sistemas de manejo clínico individual de pacientes muy importantes, pero no han sabido asumir la complejidad de la innovación. Sin embargo, en el campo de la oncología, según contó Isabel Gallegos se ha incorporado de forma masiva los famosos PROs (Resultados reportados por los pacientes).
En el ámbito de la inteligencia artificial “las cosas han cambiado de forma vertiginosa. Este tipo de técnicas nos dan muchísimos datos”, indicó Patricia de Sequera. “Aquí la industria farmacéutica, al igual que la tecnológica, es clave. Además, es imprescindible que vayamos de la mano los profesionales sanitarios, los pacientes, la industria, y las sociedades científicas”, señaló la experta.
Seguidamente, se trató el tema de la economía circular. Por su parte, Isabel Gallegos puso algunos ejemplos que desarrollan en su hospital: “Hemos avanzado sosteniblemente: en la implementación de todos los biosimilares y en las dosis o en el campo de la inmunoterapia”. Para el jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria del Clínico San Carlos, economía circular es maximizar lo que tiene, las personas y las herramientas. Considera que economía circular hay muchas, pero es bonito aplicarlo, “tiene una parte de autonomía, de autogestión, de modelo sostenible, también de incorporar la innovación. Cada vez lo vamos teniendo más claro, pero cuidado con quedarnos en nuestro nicho, porque los círculos son varios”.
Por su parte, Morell considera que “la economía circular está muy bien si circula. Estamos viviendo muchos problemas de economía circular. Cree que las alianzas y la dirección para que sea economía circular se sostenga son vitales para que esto a largo plazo funcione.
En su turno de intervención, Modoaldo comentó que en su Hospital tienen certificada la gestión medioambiental con la ISO 14001, “se ha notado en el consumo de energía de papel, de residuos de agua, intentamos potenciar la compra verde, o sea, que el proveedor nos aporte valor en este sentido de sostenibilidad medioambiental”. El Hospital en el que trabaja Patricia de Sequera también cuenta con la misma certificación medioambiental, “ahí tenemos una gran responsabilidad porque la sanidad produce muchísimo residuo y tiene probablemente la mayor repercusión sobre el medio ambiente”.
Para finalizar con el debate, Martínez García invitó a los ponentes a que dieran su visión de futuro en cuanto a innovación y sostenibilidad y sus propuestas de líneas de mejora. Comenzó hablando Valenzuela, ponente de la mesa anterior, quien cree que necesitamos una regulación normativa y desarrollar documentos técnicos y procedimientos para la evaluación de esta innovación. Con respecto a la sostenibilidad, contó que las líneas de mejora tienen que ir orientadas sí o sí a nuevos modelos financieros “que nos permita valorar la efectividad esperada de la innovación”.
Isabel Gallegos afirmó que todo el mundo puede innovar en su día a día, “tenemos que buscar cada uno con los medios que tenemos, los recursos y donde estamos trabajando sacar lo mejor de eso, lo mejor de cada día, de nosotros mismos e intentar ofrecérselo a los pacientes, porque al final eso es lo que perciben ellos y eso sí que es importante”. También habló de la innovación en la prevención, “en el momento en que un cáncer es avanzado, el gasto es inasumible, inasumible”, afirmó la oncóloga.
“Si hiciéramos todo lo que había que hacer en términos de eficiencia, incorporando todo lo que había que incorporar, gestionando todo estupendamente y sin problema, tendríamos que hablar de solvencia. Tenemos un sistema magnífico, pero cuesta”, indicó el director gerente del Hospital Fundación Alcorcón.
El representante de Farmaindustria también dio su opinión en este último punto. Para José Ramón “hay que poner más recursos en sanidad, más dinero”. El experto dijo que necesitamos reglas para la incorporación de la innovación: “un procedimiento que sea transparente, que se ajuste a tiempos y que nos permita a todos saber dónde estamos”.
Por su parte, José Manuel Martínez indicó que “la innovación es un elemento clave para que sea sostenible y para que mejore la capacidad y solvencia del sistema sanitario. Hay que buscar innovaciones sostenibles”. El experto cree que es posible, pero “debemos tener un plan y liderazgo para implementarlo”.
“Si queremos dar una estabilidad a todos estos cambios que son necesarios, a mí me sigue faltando el paciente”, añadió Morell. “Debemos de poner a los pacientes a colaborar en su sanidad. Ya tenemos herramientas de alerta, podremos optimizar muchos más recursos humanos. Eso nos ayudaría a redondear nuestro sistema ahora y hacia el futuro”, subrayó. Para concluir, Patricia se mostró muy de acuerdo con las palabras de Alberto y como reflexión final comentó: “La manera para que la innovación y la sostenibilidad vayan de la mano es la prevención. La prevención es lo más coste- eficaz que hay”.