Safia es una niña de 12 años que acude a la consulta de su centro de salud por picor en las manos. El pediatra que la atiende, abrumado por la lista de las visitas sin fin de la mañana, se limita a ofrecerle cinco minutos por la visita y se limita a “tratar” el prurito con un antihistamínico y enviarla nuevamente a su domicilio.

Meses después, Safia acude de nuevo, aparentemente por el mismo motivo al centro de salud. En esta ocasión, tras más de una hora de espera en la sala, le atiende un pediatra que le ofrece tiempo. Ejerce una medicina centrada en la persona, su familia y la comunidad.

Realiza una anamnesis completa en la que incluye aspectos sociales como la estructura y red familiar y asociativa, conocer con qué red dispone, las condiciones de vida y laborales, lugar de residencia, condiciones de la vivienda actual convivientes nivel de formación…

Gracias a todo ello, descubrimos que Safia una niña de 5 años que vive en una casa compartida con tres familias más, una en cada habitación. En su habitación vive con un hermano mayor que ella. Llegó hace dos años de Senegal, donde su padre vive y su madre falleció hace escasos meses, tras varios meses viajando por distintas ciudades y siendo violada en varias ocasiones. Viajaba con tres amigas de edades similares. Las dos murieron en la travesía por el mar.

Safia hace meses que tiene tos, está cansada, no puede dormir por las noches y no tiene ganas ni de levantarse de la cama. En la casa pasan frío, no tienen calefacción y utilizan agua fría para ahorrar dinero. No fue a la farmacia a comprar la medicación que le dieron porque podía pagarla.

El sistema sanitario no nos facilita el tiempo necesario para poder ejercer la medicina que queremos.

Salud integral y global

La salud no es solo la ausencia de enfermedad. La salud es bienestar y equilibrio entre estos siete pilares: emocional, mental, espiritual, ambiental, ocupacional, social y físico.

Cada vez se habla más de salud integral, de salud holística. La salud no se reduce a algo puramente biológico, sino que afecta a toda la persona. Por eso todas las intervenciones en salud han de tener también una perspectiva holística, global, integral.

Humanizar la salud es generar salud integral

La salud holística como tal nace en 1946 de la mano de la Organización Mundial de la Salud. Fue en ese año, cuando el organismo definió la salud como “un estado completo de bienestar físico, bienestar mental y social, y no solamente como la ausencia de afecciones o enfermedades”.

A partir de este momento se comenzó a profundizar en la definición de salud holística, hasta que en 1992 la OMS incluyó la armonía con el medioambiente a los requisitos para que el ser humano pueda considerarse plenamente saludable.

A contracorriente

Para intervenir holísticamente se requiere recuperar la visión integral, hay que ir contracorriente en relación con la mentalidad contemporánea, que va por el camino de la fragmentación y la super-especialización.

No confundir

No confundamos la salud holística o integral con la medicina holística que es considerada medicina alternativa

Holística proviene del griego ὅλος [hólos]: que significa «todo», » entero», «totalidad».

Para evitar confusiones podríamos hablar de la salud integral, la salud del todo.

La salud será para todos o no será.

El desarrollo será para todos o no será.

Para todos lo es también en todos los niveles de la sociedad y en todos los sentidos de la salud y la educación.

La salud no es plana ni bidimensional.

La ausencia de salud genera pobreza, y la pobreza genera ausencia de salud. Es un círculo vicioso.

La medicina se ha encargado de buscar vacunas y medicamentos para cada enfermedad, necesario pero incompleto. Es una Medicina que genera desigualdad, genera dependencia y genera pobreza. Por el contrario, la salud integral empodera y genera independencia

El derecho a la salud

La salud debe ser un derecho, no un bien de lujo.

En un mundo global, la salud o será para todas las personas que habitan nuestro planeta, sin distinción como marcan los dos primeros artículos de la declaración universal de los derechos humanos que citamos a continuación:

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2

Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

De las palabras a los hechos

En los hospitales los pacientes van y vienen, las enfermedades permanecen.

En la vida, las enfermedades van y vienen, las personas permanecen.

Es el momento de poner el enfoque en la vida.

Se dice que tratamos a personas y no enfermedades, sin embargo, el sistema sanitario está montado para tratar enfermedades. Es momento de pasar de las palabras a los hechos y ejercer la medicina centrada en la salud de las personas, su familia y su comunidad.

 

Iñaki Alegría Coll, Pediatra. Coordinador del Proyecto de Salud en el Hospital de Gambo, Etiopía
https://gambohospital.org