Detrás de toda crisis siempre existe una oportunidad. Ese fue precisamente el espíritu con el que la Federación de Española de Empresas de Tecnología Sanitaria comenzó a trabajar el pasado mes de febrero para contribuir a colaborar en la terrible pandemia mundial provocada por la propagación del COVID-19.
Ya desde el comienzo de la crisis fuimos conscientes de que el coronavirus iba a poner a prueba las capacidades y la resistencia de nuestro sistema, de los propios profesionales sanitarios y del conjunto de la sociedad. Por eso, teniendo en cuenta que nuestro sector es estratégico y vital para hacer frente a esta crisis, comenzamos a trabajar sin descanso para dar, desde Fenin, una respuesta acorde a tales circunstancias.
Iniciamos una intensa colaboración y cooperación con el Ministerio de Sanidad, –también con el Ingesa, con la dirección general de Cartera Básica de Servicios del SNS y Farmacia y con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios–, con el fin de identificar exhaustivamente empresas que pudieran suministrar o importar material sanitario a nuestro país.
Una colaboración que también prestamos al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo con el objetivo de ampliar y reconvertir líneas de producción en nuestro territorio. En el área internacional, también pusimos todos los esfuerzos en la búsqueda de fabricantes en el exterior, a través de asociaciones empresariales y Oficinas Económicas y Comerciales de las Embajadas de España en el extranjero. Y al mismo tiempo trabajamos en la agilización de los trámites relacionados con las importaciones.
Pero una vez encauzada esta actividad, comenzamos a pensar en otras fórmulas a impulsar desde la Federación, aprovechando nuestras capacidades y nuestra experiencia organizativa. Fue en ese preciso momento cuando recibimos la llamada de Luis Furnells, presidente ejecutivo del Grupo Oesía, que supuso el punto de partida para crear el Corredor Aéreo Sanitario y que, finalmente, pudo materializarse gracias a la participación de Iberia.
No fue sencillo, indudablemente, hubo que superar los muchos y complejos trámites que lleva una iniciativa de esta envergadura, por ello fue fundamental el compromiso de la Administración a través de la involucración y el trabajo de cuatro ministerios: el de Sanidad, el de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, el Ministerio de Hacienda y el de Industria, Comercio y Turismo, cuyo apoyo fue fundamental.
Ciertamente la coordinación y la suma de las fuerzas de lo público y de lo privado, así como la profesionalidad y diligencia del equipo de trabajo asignado a esta iniciativa, dieron como resultado la creación de un Corredor aéreo de productos sanitarios para incrementar las importaciones del tan necesario material a España.
En tan solo una semana toda la operativa del Corredor estaba diseñada y en funcionamiento, lo que se ha traducido en la llegada de 300 toneladas de productos sanitarios a España, millones de máscaras, equipos de protección individual, batas, guantes, pantallas, gafas protectoras y respiradores y otros muchos materiales, todos ellos indudablemente vitales en estos momentos de crisis sanitaria.
A partir de aquí, este corredor seguirá estando activo a través de tres vuelos semanales que continuarán uniendo Madrid y Shanghái con la mayor urgencia, hasta que acabe esta terrible pandemia y logremos ganar la batalla sanitaria al COVID-19.
En Fenin nos sentimos orgullosos de contribuir a esta iniciativa y profundamente agradecidos a todos los que han colaborado en ella, porque las alas de estos aviones proporcionan las mismas toneladas de productos, que de esperanza para nuestro sistema sanitario, nuestros magníficos profesionales y, como no, para los pacientes y la población.
Artículo publicado el 20 de abril de 2020 en El Mundo
Margarita Alfonsel