La Organización Mundial de la Salud reconoce que la llamada medicina de precisión, o medicina personalizada, es una práctica emergente de la medicina para la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. El European Council Conclusion on personalised medicina for pacients identificó ya en el 2015 esa práctica médica, que utiliza los caracteres de los fenotipos y genotipos de las personas para adecuar en cada momento una actuación terapéutica singular ante la enfermedad o para plantear medidas preventivas oportunamente.

La inclusión de este modelo de práctica clínica, que atiende a la variabilidad genética individual, el entorno medioambiental del paciente y sus hábitos supone un reto para los sistemas de salud de los países de nuestro entorno y para nuestro SNS.

Sin duda, el crecimiento de esa nueva medicina requiere de una clara apuesta por la investigación y que esta tenga su máxima expresión en la fase de validación clínica. También requiere de una estabilidad en directrices regulatorias eficaces al respecto.

El mantenimiento y progreso en su investigación requiere de inversión en tecnologías de la información y en equipos multidisciplinarios para realizar investigación básica, traslacional y clínica.

La medicina de precisión, considerándola de interés público, debe contar con una colaboración sin fronteras y con instituciones tanto públicas como privadas.

Su potencial contribución a la eficiencia de los sistemas sanitarios se puede ver materializada en su empleo en la prevención clínica, la detección precoz, los cribados y los tratamientos. Pero sobre todo en la esperanza de vida y en la calidad de esta.

‘La medicina de precisión debe tener en cuenta las necesidades globales de los pacientes’

Pero la implementación de la medicina de precisión requiere de una adaptación de los servicios de salud y de una importante dedicación de recursos según un reciente y amplio trabajo realizado en la Universidad Internacional de Cataluña, en el que también se señala la necesidad de recopilar y analizar grandes cantidades de datos genómicos. La seguridad de esos datos, garante de su confidencialidad, debe estar asegurada sin perjuicio de su accesibilidad.

La aplicación de la medicina de precisión comprende el empleo de un conjunto de terapéuticas variadas, diagnósticos complementarios con herramientas diversas, inteligencia artificial, etc. Los aspectos regulatorios que marquen su práctica son muy relevantes y abarcar ámbitos muy diversos como la regulación de nuevos medicamentos o de nuevos procedimientos diagnósticos, de los ensayos clínicos, directrices de calidad y seguridad, aplicación de la Inteligencia Artificial, etc.

La adaptación de los conocimientos y las habilidades de los profesionales sanitarios, para alcanzar la mejor competencia posible, requiere de una importante dedicación a la alfabetización digital y a la interpretación adecuada de la información aportada por los biomarcadores, entre otros aspectos. Pero requiere también, y de forma destacada, de una adecuación del ámbito relacional con sus pacientes.

El reto de avanzar en la medicina de precisión, como en muchos otros aspectos de la innovación, se suma a los demás retos  en que se encuentran los sistemas de salud como el nuestro para su sostenibilidad,  con los recursos financieros que se les destinan o se les pueden destinar: crecimiento de la demanda con cambios en los perfiles demográficos, la cronicidad, las desigualdades socioeconómicas, la necesidad de tener presente a la salud en todas las políticas  o la disponibilidad de profesionales sanitarios suficientes.

La evidencia existente en el resultado obtenido en enfermedades oncológicas permite a los expertos afirmar que la medicina de precisión contribuye a la sostenibilidad y a la eficiencia desde la predicción de riesgos, la prevención, el cribado y el diagnóstico/tratamiento personalizado.

La gestión de la medicina de precisión debe apoyarse en la evidencia de sus resultados como elemento básico para regular su acceso, también en beneficio de la equidad.

La adecuada difusión de los resultados debe ser el instrumento básico con que gestionar las expectativas de los pacientes, distorsionadas en ocasiones por la sobreinformación y el sobredimensionamiento de sus beneficios que proyectan en ocasiones los medios de comunicación. Una razón más para aquellos que defendemos la necesidad de un organismo público e independiente desde el que poner al alcance de los pacientes y ciudadanos información sólida y veraz sobre los resultados de la atención que reciben.

La comunicación del profesional clínico con el paciente y su entorno próximo es esencial especialmente en el momento diagnóstico y requiere de una cierta formalización. La medicina participativa, la formación del paciente en el conocimiento de la complejidad de su proceso asistencial, así como el apoyo de las asociaciones de pacientes son contribuyentes muy positivos para los buenos resultados en su dimensión clínica y humana.

La medicina de precisión debe tener en cuenta las necesidades globales de los pacientes. De ahí que sea necesaria encajarla en los equipos interdisciplinares y multiprofesionales que deben atender esas necesidades globales: nutrición, bienestar, ayuda psicológica, cuidados, entre otros.

El uso del importante volumen de datos disponibles debería tener menos limitaciones. El Espacio Europeo de Datos de Salud debe ser el instrumento al servicio de avanzar en la utilidad de estos en beneficio de los pacientes. La Inteligencia Artificial, de la que no se deja de hablar en los últimos tiempos, puede aportar un gran valor en la toma de decisiones fruto del análisis de los datos y de unos adecuados algoritmos. Siempre ponderando adecuadamente beneficios y riesgos.

Sin duda, la medicina de precisión requiere una clara definición en la cartera de servicios del SNS con una financiación adecuada que asegure un acceso equitativo a una atención centrada en la persona y sus necesidades y prestada por equipos cualificados en centros designados con adecuados criterios de planificación y acreditación, que deberán responder con sus resultados.

La aplicación y desarrollo de la medicina de precisión en los tiempos actuales tiene pues retos pendientes en muchos campos y requiere de un compromiso de todos los agentes implicados. No basta con estar considerada en las políticas sanitarias europeas, estatales o de nuestros servicios de salud de las CCAA. Las políticas son los qué, y no tienen traslación si no se acompañan de los cómo, con qué y quién.