Con el objetivo de analizar la situación actual de los procedimientos de distribución de los medicamentos de dispensación hospitalaria, conocer sus ventajas y problemas, así como proponer opciones de mejora, contando con la participación de todos los profesionales implicados, New Medical Economics en colaboración con Almirall y Pfizer organizó un encuentro de expertos titulado “Medicamentos de dispensación hospitalaria”.
El Hospital Universitario Virgen Macarena, de Sevilla, acogió está jornada en la que se contaron con ponentes de primer nivel como Miguel Ángel Calleja, jefe de Servicio de Farmacia del Hospital Universitario Virgen Macarena; Luis de la Cruz Merino, jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen Macarena; Vicente Merino Bohórquez, FEA de Farmacia del Hospital Universitario Virgen Macarena; Milena Peraita Ezcurra, jefa del Servicio de Uso Compasivo de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios; Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública; y Juan Pedro Vaquero Prada, vicepresidente del Real e Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla. El encuentro estuvo moderado por José María Martínez García, presidente ejecutivo de New Medical Economics.
Para dar comienzo a la jornada, el jefe de Servicio de Farmacia del Virgen Macarena introdujo el tema en cuestión. Calleja adelantó que en el encuentro se iban a tratar los criterios que llevan a la clasificación de un medicamento de dispensación hospitalaria contra la dispensación en la oficina de farmacia. También comentó que se iban a poner sobre la mesa las acciones que se pueden llevar a cabo para que un medicamento clasificado para su dispensación hospitalaria pueda estar más cerca del paciente. Además, el especialista, explicó el proyecto en el que están embarcados con respecto a la dispensación de medicamentos de dispensación hospitalaria en la oficina de farmacia.
En relación a la clasificación de medicamentos para su dispensación hospitalaria o no, el vicepresidente del Real e Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla indicó que esta cuestión les obliga a planificar el futuro, “si la tendencia de innovaciones que aparecen en el mercado de medicamentos va hacia medicamentos fundamentalmente de carácter hospitalario, a medio plazo podemos estar asistiendo a una saturación de los servicios. Si esos medicamentos se han testado realmente y hay un conocimiento de la seguridad y de la eficacia de estos medicamentos, no tendría mucho sentido que siguiésemos manteniendo esos medicamentos en el canal hospital”.
En cuanto al proyecto de entrega de medicación hospitalaria, Juan Pedro Vaquero destacó que va precisamente en esa línea, “en facilitar la accesibilidad de estos medicamentos a pacientes sin tenerse que desplazar. Actualmente hay aproximadamente unos 20.000 pacientes a nivel de Andalucía que se han beneficiado con unas 180.000 entregas”.
Milena Peraita añadió que los criterios para decidir si un medicamento se dispensa en el hospital o en la oficina de farmacia, “se decide antes de la autorización de comercialización y en base a la ficha técnica, es decir, quién está establecido que puede prescribirlo y cómo debe realizarse el seguimiento del tratamiento, siendo primordial la seguridad del paciente durante el tratamiento”.
Algunos puntos débiles que ve Luis de la Cruz a este sistema es la poca flexibilidad que tiene, “durante la pandemia fuimos capaces de cambiar la dispensación, con todos los controles necesarios para garantizar seguridad, ahora hemos vuelto a prepandemia. Necesitamos que el sistema sea flexible porque todos los pacientes no son iguales”. Para el especialista en oncología, este sistema beneficiaría a la desaturación física del hospital.
En la misma línea, el experto en salud pública, Joan Carles March, también considera que este método de dispensación mixto tiene beneficios para los pacientes. El especialista también abogó por incluir la telefarmacia, pero sin dejar de hacer un seguimiento adecuado por parte de los servicios de farmacia.
Para Vicente Merino la clave está en la colaboración entre el farmacéutico de hospital y el farmacéutico comunitario o rural. “Hay que definir los objetivos fármaco terapéuticos que tiene que alcanzar el paciente, fijarnos en todos los parámetros y sobre todo, bidireccionalidad, para, cuando haya cualquier tipo de duda, que podamos ponernos en contacto”. En este sentido, Juan Pedro Vaquero contó que este proyecto de entrega de medicación hospitalaria en farmacia comunitaria también ha avanzado. Según este experto, una forma de mejorar sería que el farmacéutico comunitario tuviera acceso a la historia clínica, “se puede hacer, lo único que se necesita es voluntad”.
Por su parte, Miguel Ángel Calleja comentó que ellos se comunican mediante AxónFarma, una plataforma tecnológica desarrollada por el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cacof) que se usa para la comunicación entre la oficina de farmacia y la farmacia hospitalaria. Además, Calleja reconoció que aporta muchas ventajas tanto asistenciales y clínicas como logísticas, “la satisfacción por parte de los pacientes ha sido muy alta con este programa, no baja del 97-98%. La satisfacción es plena y tenemos que seguir por ahí”. “El hecho de que las unidades hospitalarias también salgan de los hospitales ayudaría a mejorar esa relación con los pacientes y los centros de salud”, indicó March.
En este mismo punto, Vicente Merino añadió que hay que utilizar los modelos de estratificación que indican qué tipo de atención farmacéutica requiere cada uno de esos pacientes en función a unos ítems, “es una forma de optimizar y de llegar realmente al paciente que lo necesita”.
La adherencia terapéutica también estuvo presente en este encuentro. A Joan Carles March es un tema que le preocupa, “me gustaría saber hasta qué punto el grado de adherencia al medicamento es bueno, regular o mejorable. Es un tema vital”. “Con el programa de telefarmacia se ha mejorado un 7% la adherencia”, explicó Calleja. “Tenemos que incorporar los avances tecnológicos a nuestra manera de hacer para favorecer avances en el tratamiento, avances en la adherencia, avances en la mejora de la calidad de esos pacientes y también avances en la seguridad”, señaló March.
Cuando hay falta de suministro de algún medicamento, “¿cómo actúa el servicio de farmacia? ¿hay alternativas terapéuticas para ello?”, cuestionó el moderador al panel de expertos.
Miguel Ángel Calleja explicó que “a medida que han ido pasando los años tenemos más desabastecimiento, suelen ser medicamentos muy económicos. La mayoría en muchos casos tienen alternativas, en otros no es tan sencillo. Y cuando no hay alternativa tenemos que recurrir a medicamentos extranjeros o en algunos casos a formulación magistrales”.
Con respecto a la inteligencia artificial, a Miguel Ángel Calleja le gustaría trabajar en ella para que les lleve a anticiparse, “tenemos un proyecto ahora con digestivo muy bonito, en el que la inteligencia artificial nos permite conocer qué pacientes los próximos seis meses van a tener una respuesta no muy adecuada a la terapia biológica en base a parámetros analíticos”.
Para Joan Carles March es una línea que hay que explorar, “la inteligencia artificial nos tiene que ayudar a que cosas que no sabemos en estos momentos podamos plantear líneas de futuro, que permitan tomar decisiones anticipadamente y se pueda mejorar la atención”.
Un último punto fue la administración en el domicilio de medicamentos de uso hospitalario, se preguntó por la postura de la AEMPS. Milena indicó que se debe tener en cuenta si se cumple con los requisitos establecidos en la ficha técnica del medicamento, habiéndose dado el caso de la inclusión de la posibilidad de perfusión en el domicilio en la misma, por tanto, siempre y cuando la administración se realice por personal sanitario cualificado en las condiciones establecidas, por parte de la AEMPS no habría impedimento.