El entorno sanitario, al igual que el resto se enfrenta a una transformación sin precedentes. Probablemente estéis pensando en la transformación digital y tecnológica, pero hay una mucho más profunda y de mayor impacto: la necesidad de una transformación cultural en las compañías. Donde la tecnología avanza a pasos agigantados y las expectativas de los pacientes evolucionan, las organizaciones de salud necesitan construir marcas que no solo sean reconocidas por su excelencia clínica, sino también por su compromiso humano y cultural. En este contexto, el branding anclado en el poropósito de la compañía se convierte en la estrategia necesaeia a desplegar para a alinear la identidad de la organización con su cultura interna y su propuesta de valor hacia las personas.
Obviamente, el branding es mucho más que un logotipo, es la visibilización de esa cultura organizacional que no se diseña sino que se contruye a través de los comportamientos de las personas y que impacta de forma directa en los pacientes, los profesionales y toda la comunidad. En todo el viaje del paciente, desde la recepción hasta la consulta médica, cada punto de contacto es una oportunidad para transmitir y reforzar los valores y la misión de la institución.
En cuaquier compañía, las personas de la organización son clave pero en el sector salud toman una relevancia excepcional. Podemos invertir miles de euros en grandes campañas de marketing con el objetivo de atraer clientes, que si nuestras personas no refrendan la expectativa y la promesa de valor creada a nuestros pacientes, toda esa inversión acaba en la basura. Así que la mejor inversión en marketing es crear una marca que atraiga y comprometa el talento en tu organización. Por ello, es imprescindible que las estrategias de branding integren a los equipos, fomentando una cultura de pertenencia y alineación con los valores corporativos.
‘En cuaquier compañía, las personas de la organización son clave pero en el sector salud toman una relevancia excepcional’
La formación en competencias blandas, el reconocimiento del talento y la promoción de un liderazgo transformador son elementos clave para fortalecer la cultura organizacional. Los sentimientos que nuestros profesionales tengan hacia nuestra marca impactan directamente en la experiencia que nuestros clientes van a tener.
Ampliemos además la visión de la experiencia del paciente ya que no se limita al acto médico. Incluye todos los aspectos de su interacción con la organización: la facilidad para agendar una cita, la amabilidad del personal, la claridad en la comunicación y el seguimiento post-tratamiento. Cada uno de estos elementos está influenciado por la cultura organizacional y acaba materializándose en la marca.
Las palabras y las promesas deben ser coherentes con los actos y los comportamientos de la marca si queremos ser relevantes y construir una gran reputación. De lo contrario pasaremos a ser indiferentes en nuestro sector. Y para alcanzar la coherencia toda la empresa debe estar alineada por que son casi infinitos los puntos de contacto y momentos en que una marca debe demostrar esa coherencia.
Y esta alineación no es una tarea sencilla. Requiere tiempo, liderazgo y una estrategia clara. Es fundamental realizar un diagnóstico, identificar las áreas de mejora y diseñar un plan de acción que involucre a todos los miembros de la organización.
Ponemos muchas veces el foco en la comunicación interna como elemento clave. Y, sí, es una herramienta estratégica, pero solo eso, una herramienta. Si no hay una estrategia la comunicación no podrá jugar el papel crucial que tiene dentro de la organización.
Os invito desde este artículo a ver el employer branding como la mejor estrategia para atraer clientes y mejorar los resultados de la compañía. No es un tema de romanticismo es un tema de resultados.