Está muy bien aprender, lo que no podemos olvidar es darle sentido a lo aprendido.

Generando conocimiento

Cada vez disponemos de más herramientas para conseguir unos resultados de una manera exponencialmente más potente que antaño, disponemos de tecnología, de inteligencia artificial, de conocimiento acumulado, y, sobre todo, disponemos de inteligencia, aunque esta es la misma que hace unos años.

En ella me voy a apoyar para exponer que es cierto que también tenemos un problema. Nos abruman con datos, con información, y lo hacen aseverando verdades absolutas, cuando en realidad estamos afrontando entornos relativos.

Es interesante y necesario que la investigación se apoye en conocimiento ya asumido por la comunidad científica, pero yo propondría un cuidado más extenso en la generalización de resultados sin establecer las características de la población a la que nos referimos.

El objetivo

Cuando trabajamos con un objetivo, este mediatiza todos los hallazgos que encontremos. Y lo que es peor aún, le damos un sentido absoluto a algo que no está probado que lo tenga.

Ahora todos estamos trabajando en incorporar al paciente a nuestras instituciones. Y lo primero que hacemos es formarnos, o formar a nuestro personal, en investigación cualitativa, ya es el punto débil en el entorno de la investigación. Entendemos que, de lo que se trata ahora, es de entender la dinámica de las relaciones entre profesionales y pacientes, y debemos acercar a los responsables la manera de obtener la información adecuada para abordar las necesidades de quienes demandan atención sanitaria.

La metodología

Las fases de la metodología cualitativa son las mismas que en investigación cuantitativa (recolección, análisis, interpretación y reflexividad), la diferencia radica en la secuencia del proceso, que es más flexible, menos secuencial; el tipo de datos obtenidos, relativos a cualidades de valor y la forma de análisis, ya que se constatan la importancia, significado y sentido que tienen los fenómenos para las personas en su entorno sociocultural, para entender su comportamiento.

Sí que es verdad que en la investigación cualitativa se pone mayor acento, al ser interpretativa, en describir los intereses de los investigadores para identificar posibles sesgos en la interpretación. Y este es un punto sobre el que debemos reflexionar.

La literatura

Y, como en cualquier conocimiento en el que se quiera avanzar, es necesario conocer los pasos ya dados, con sus resultados positivos y negativos. En lo que hace referencia a experiencia de paciente, empieza a haber ya profusa información sobre cómo medirla y estructurarla. No es tan así cuando hablamos de participación en nuestro sector, y es aquí cuando podemos empezar a estructurarla de manera abierta.

Debemos tener presente que, aun estando en los inicios, podemos encontrar estudios y publicaciones sobre cómo estructurar la participación, cómo irla haciendo evolucionar a través de escaleras o simplemente estadios más o menos sucesivos, pero aquí es donde creo muy relevante plantear que las generalidades no han de tapar realidades individuales de gran interés.

El sentido

Aquí es donde no debemos olvidar que el objetivo es que la población participe para mejorar los resultados en salud. Por ellos no podemos establecer metodologías rígidas y yo, particularmente, recomiendo desarrollar las diferentes fases en función de las realidades del entorno al que debe prestar servicio cada organización, porque no es lo mismo promover la participación de las personas que son atendidas en nuestra institución, que hacerlo de manera general con “pacientes” o “representantes de pacientes” en general. Los primeros nos conocen, los segundos opinan sobre un entorno sanitario, pero sin conocer la institución concreta. Sus aportaciones serán diferentes.

No es lo mismo promover la participación de personas con un nivel socio cultural elevado que hacerlo con otros con un nivel más bajo. Todos aportan, pero están en momentos o situaciones diferentes, y a unos es más necesario empezar en un estadiaje que difunda un tipo información relacionada con participación, antes que diseñar proyectos de forma conjunta y evolucionar hacia la negociación de sistemas de atención y procesos

En definitiva, para entrar al mundo subjetivo, indagando en las conductas del ser humano, y conseguir que se involucre en el funcionamiento de una organización que le presta servicio, pero que tiene una gestión compleja, se requiere de rigor científico, experiencia y foco. Para entrar en el mundo de la participación, se requiere establecer los diferentes estadios y focalizarlos y ampliarlos en el ámbito del ecosistema de nuestra organización.

Si queremos beneficiarnos del conocimiento que genera este tipo de investigaciones, es importante que fomentemos las habilidades de nuestra plantilla. Si queremos que acaben participando, tanto profesionales como pacientes, debemos potenciar la capacidad para relacionarnos con otros en sus propios términos, sin juicios de valor, prestando atención, con sensibilidad y capacidad para fomentar la participación sondeando los detalles de las experiencias y los significados que les atribuyen cada uno.

Si somos capaces de crear un clima que facilite hablar libremente, si aprendemos a moderar todas las participaciones, la calidad y profundidad de la información, crecerá. Si somos capaces de escuchar y hacer opinar a los demás sobre los tópicos que les interesan, fomentando relaciones simétricas que eviten inhibiciones o imposición de valores, incrementaremos el desarrollo y mejora de la provisión de servicios en interés de todos.

Conclusión

Un punto de capital importancia para promocionar la participación es estar presente, sin hacer presente la propia subjetividad. Es importante que lo que aprendemos y desarrollamos revierta de manera fehaciente y con valor a todos los que participamos en ella.

El propósito es reorientar las estrategias de intervención teniendo en cuenta la realidad sociocultural que nos rodea y que rodea a los pacientes que atendemos para adaptar y mejorar el sistema de provisión de servicios de salud.