“Me siento orgulloso de nuestro sistema sanitario, de sus profesionales y de los resultados”
Con una amplia visión y trayectoria profesional en la sanidad madrileña, Fernando Prados, está dispuesto a seguir afrontando su siguiente reto, la Viceconsejería de Asistencia Sanitaria y Salud Pública de la Consejería de Sanidad de Madrid. En esta entrevista para New Medical Economics ha hablado de sus principales objetivos a cumplir y cómo afronta la Comunidad de Madrid la huelga de médicos de AP, entre otras cuestiones.
- Lleva poco en este último cargo, pero ¿podría hacernos un balance de su gestión estos últimos meses?
Hace muy pocos meses que pasé a ser viceconsejero y unos meses antes estuve en la Dirección General del Proceso Integrado de Salud, que aglutinaba toda la toda la gestión de la asistencia sanitaria. No he dejado de estar nunca dentro de la Consejería desde 2017. Sin duda este es un puesto de altísima responsabilidad, es la Consejería que maneja más presupuesto de la Comunidad de Madrid y genera muchísima actividad que hay que coordinar, gestionar y darle rentabilidad.
- ¿En qué le han ayudado los demás puestos en la Consejería para hacer frente a la Viceconsejería de Asistencia Sanitaria y Salud Pública?
Tengo una visión en conjunto ya de toda la sanidad madrileña. Primero fui viceconsejero de humanización y a partir de ahí he ido pasando por el resto de los departamentos, y con este último nombramiento, se puede decir que ya he tenido responsabilidad en todos los departamentos de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Ahora desde el SERMAS (Servicio Madrileño de Salud), que es el mayor servicio sanitario que hay en España, no puedo más que decir que me siento orgulloso de nuestro sistema sanitario, de sus profesionales y de los resultados.
En Madrid estamos en el foco de todas las miradas, porque somos referencia absolutamente de todo. Es raro que se ponga algo en marcha en la sanidad que no tenga a Madrid como referencia. Además, contamos con los mejores profesionales, sin lugar a duda. Eso hace que el espíritu de superación sea mayor y que quieras obtener mejores resultados cada día, tenemos una inmensa suerte de que en Madrid estén ubicados los mejores profesionales de España. Por eso somos referencia de forma permanente y natural, se está referenciando el SEMAS en todo lo que están poniendo en marcha otras comunidades en innovación, investigación, nuevos resultados, nuevas terapias, … Todo eso va de la mano de los profesionales y en cuanto ellos lo ponen en marcha, al final es el propio SERMAS el que tiene dentro de su empresa ese éxito, que no deja de ser un éxito de los profesionales del sistema para los pacientes.
- ¿Cómo es la situación de los médicos de AP y pediatras tras su vuelta a la huelga?
La situación es compleja, están aflorando problemas estructurales y organizativos que ha tenido la primaria dentro de nuestro sistema de salud desde hace muchos años y que no han sido resueltos. Incluso antes de las transferencias, el sistema ya adolecía de algunas cosas que hoy están siendo motivo de conflicto. Se lleva hablando de darle una vuelta a atención primaria desde que entré a gestión, en este tema hay que mirar cuál es su función, cuáles son sus referencias, desde el 78 se lleva trabajando en esto.
La cuestión es que esos problemas aparecen ahora porque venimos de una pandemia donde el sistema ha sido azotado en todos los sitios y al que los profesionales se han adaptado, con la suficiencia, el sacrificio y con la vocación que se le exige a la profesión sanitaria, estás tratando con lo más importante que tiene el ser humano, que es su salud.
Ante eso, nos encontramos que Atención Primaria también ha sufrido esa necesidad de dimensionarse y adaptarse a la situación que vivimos y que en ningún caso estábamos auténticamente preparados para soportar. Se hizo, se hizo bien y se demostró que este sistema sanitario que tenemos y que nos hemos dado los españoles es una auténtica joya para casos como este.
Pero lógicamente, si ya empezamos a poner sobre la mesa aspectos absolutamente políticos o de remuneración, es diferente. Sería genial que se les pudiera pagar muchísimo más a los médicos, pero vivimos en el sistema sanitario que tenemos, que nos lo hemos dado, lo que significa que la demanda es infinita, cualquier ciudadano que requiera la atención sanitaria, tiene atención sanitaria con el nivel de calidad máximo que podamos darle en cualquier momento, y eso exige un esfuerzo por parte de todos. El tener esta sanidad no es gratuito, todos tenemos que hacer un esfuerzo inmenso porque nos estamos obligando a algo que en otros países no se obliga. En otros países ponen freno a su demanda, a su cartera de servicios y a todo. Aquí nos hemos dado este sistema que además les ha costado muchísimo a nuestros padres, a nuestros abuelos llegar a él y nosotros tenemos la obligación de mantenerlo para nuestros hijos y nietos, porque sabemos que es el mejor, pero estamos donde estamos. No nos podemos comparar con otros servicios de salud donde no tienen esos criterios y donde a lo mejor se puede remunerar al profesional de otra manera.
Por otro lado, está claro que hay que hacer un esfuerzo para que el profesional se encuentre bien. Si el profesional se encuentra mal, el profesional va a trabajar mal y nosotros dependemos del trabajo del profesional. Además, tenemos un sistema estatutario con derechos de los profesionales que tenemos que respetar. Tenemos que buscar la fórmula para que el profesional se encuentre bien considerado y que su trabajo se pueda realizar en las mejores condiciones para el beneficio del paciente.
Esto choca brutalmente cuando desde el comité de huelga y desde algunos sectores del sindicalismo lo que exigen es no atender al ciudadano, o sea, utilizan al ciudadano, “no le estamos atendiendo como nosotros queremos, así que no le vamos a atender”. Eso no puede ser, al ciudadano hay que atenderle, el paciente lógicamente tiene unas necesidades que nosotros tenemos la obligación de cubrir, y ante eso, hay que poner sobre la mesa todo lo que se pueda, pero tenemos que sacar la sanidad fuera del debate político. No puede ser que algunos sectores del sindicalismo solo se basen en cuestiones políticas, los demás sindicatos manifiestan los intereses de los profesionales, pero basándose en sus intereses laborales. Cuando te quedas en lo político y tienes lo laboral para tener la excusa de poderlo manejar, equivocan a los ciudadanos, porque no es cierto.
También hay algunos políticos que usan la sanidad. La sanidad es un tesoro que tenemos todos y cuando los políticos se ponen a buscar las cosas malas, como hemos visto con el Zendal, que fue algo horroroso, estamos quitando credibilidad a nuestro sistema sanitario y el paciente pierde confianza en él. Así se destruye la sanidad pública que tanto mencionan. Tenemos un hospital que es una joya y está demostrado que tiene sus beneficios cuando se utiliza en determinados momentos para que el sistema funcione, no solo con esos pacientes que obtienen el manejo y el tratamiento de un hospital monográfico con todo lo que se supone, sino que el resto de los hospitales, por la derivación de sus pacientes, pueden trabajar con lo que les queda de una manera mucho más efectiva y con mejores resultados.
Es muy duro cuando ves que lo están criticando, que lo insultan, que insultan a los profesionales que están dentro de él y lo hacen solamente con el ánimo de echar por tierra una medida que ha tomado una presidenta de una comunidad autónoma, que fue ella, no la tomaron otros y por eso hay que criticarla, además otros generaron otras respuestas para esta misma solución que fueron infinitamente peores, hasta ridículos. Y cuando alegan el tema de lo económico es alucinante. Dicen que la Comunidad de Madrid es la que menos invierte per cápita en sanidad y resulta que el problema que tiene el Zendal es que hemos invertido mucho dinero ahí. El esfuerzo que se hizo fue tremendo, al coste que teníamos que tener, ese hospital ha salvado muchas vidas.
Todos los hospitales tienen un gasto enorme porque la sanidad es carísima y requiere de muchísimo presupuesto para poder mantener toda la actividad que se le exige y que desconocemos cual será. Nosotros empezamos el año sin conocer la actividad que vamos a tener al final de año, porque dependerá de la situación. La pandemia nos ha enseñado que en cualquier momento puede cambiar todo. Pero no solo eso, también aparecen nuevos fármacos que hay que comprar para patologías donde no sabemos cuántos pacientes puede haber. Todo eso deja una incertidumbre de gestión que hay que manejar con cuidado, trabajando día a día y viendo día a día qué problemas hay y cómo resolverlos.
El incluir la sanidad en el debate político va contra el sistema sanitario. Todo aquel que utilice la sanidad como arma política contra su adversario está yendo en contra de la sanidad y, por lo tanto, en contra de los ciudadanos. Los resultados de la sanidad madrileña son los que son. Los comparamos cuando quieran con cualquier otra comunidad autónoma. Pero si dicen que somos más eficientes y gastamos menos, aun teniendo mejores resultados, nos metemos en el debate también, sin valorar cuántas ciudades de más de 200.000 habitantes tienes y sin valorar nada, directamente.
- ¿Cómo gestiona el almacenamiento de datos sanitarios la Comunidad de Madrid?
Los datos hasta ahora parecían como algo personal, cada uno manejaba los datos de acuerdo a las necesidades de su atención, pero nos hemos dado cuenta que los datos ya suponen una herramienta del sistema que no es individual, que no es solamente del paciente, que no es solamente del profesional, sino que es del sistema. Ya estamos capacitados para explotar esos datos y obtener una información que va a revolucionar la sanidad. Hasta ahora vivíamos de otras cuestiones, de profesionales con mucha experiencia en pacientes y ahora nos estamos dando cuenta de que esos datos lo que proporcionan es esa información a todo el colectivo, no solo al profesional que lleva muchos años de experiencia, sino que se extrapola directamente a cualquier profesional que esté atendiendo esa patología o a esos pacientes.
Y luego, viene la genética, que lógicamente es otra fuente de información que ya estamos manejando y donde el poder disponer de los datos va a hacer que consigamos mejores resultados. Todo esto funciona gracias a que los profesionales están permanentemente buscando nuevas soluciones, buscando nuevas iniciativas para conseguir mejores resultados en sus pacientes y lógicamente nos obliga a considerar todas estas cosas como prioritarias y a irlas incluyendo dentro de los diferentes planes, es nuestra obligación.
- En estos momentos, ¿cómo se puede garantizar a los madrileños una atención sanitaria de calidad?
La atención sanitaria de calidad se está proporcionando, tenemos una atención fantástica, aunque el sistema se resienta con todo lo que está pasando. No hemos dejado de dar nunca una atención de calidad, aunque sí es verdad que puede ser más cómoda, menos cómoda. El sistema te obliga a atender a todos los pacientes y si un día quieren aparecer 6 mil, 20 mil, 40.000 pacientes en un servicio de urgencias, hay que atenderlos. La dimensión de esto es muy amplia, el espacio es finito y esos picos que tenemos proporcionan disconfort tanto a los pacientes como a los profesionales.
El tiempo de espera y listas de espera a quien más afecta es a los profesionales, al final son ellos los que tienen que poner soluciones encima de la mesa, porque si no, no consiguen los resultados que esperan. Es nuestra obligación mantener el sistema de calidad, mantenernos en la investigación al nivel que tenemos, mantener a nuestros profesionales motivados para que sigan ejerciendo esa medicina que todavía no ha aparecido, e ir dando soluciones día a día a los problemas que se van planteando.
- ¿Cómo se puede paliar el problema de la escasez de recursos humanos en la sanidad madrileña?
El problema de los recursos humanos en España es un problema que no se ha planificado. Se ha jugado a tres-cuatro años y se necesitan diez años para que una persona que sale del colegio pueda empezar a ejercer la medicina como profesional dentro del sistema. Esos diez años no los está abarcando nadie. Hemos abandonado sin darnos cuenta lo que estábamos haciendo y ahora mismo no hay profesionales suficientes para cubrir lo que necesitamos.
Por otro lado, está la especialización. La especialización es brutal y vamos a más, el conocimiento de la medicina exige que te centres en un área cada vez más pequeña, donde hay más información y donde necesitas mayor especialización. Eso hace que no puedas tener un profesional en paro, porque si está en paro, ese profesional no tiene experiencia suficiente, no trabaja en el sistema, con lo cual no puede trabajar. Yo no puedo tener una persona que haga diez años de formación y tenerla en el paro largo tiempo, porque le perdemos, debe reciclarse de nuevo.
Los picos de actividad no se pueden suplir con nuevos profesionales, es decir, reforzar. Hay ciertas actividades que no puedo reforzar, la formación es muy larga y la experiencia es absolutamente esencial para que lo hagan con el nivel de calidad que lógicamente tenemos la obligación de hacerlo. Las plantillas no están bien dimensionadas para los picos, para el resto sí. Cuando tenemos picos hay cubrirlos y faltan profesionales de muchas especialidades, pero es un sistema en el que algunos profesionales no pueden faltar ni sobrar.
Hemos tenido un boom de algunas especialidades que de repente, por lo que sea, han aparecido nuevas terapias y esas terapias curan a muchos de esos pacientes, disminuyen esas enfermedades y verdaderos especialistas que estaban teniendo un volumen de pacientes brutal, se quedan sin pacientes porque sus pacientes se curan, eso ha pasado con la hepatitis C, o con la cirugía cardiaca, donde ha venido el intervencionismo con el cateterismo y esas grandes operaciones que se hacían en cirugía cardíaca han quedado para un número mucho más reducido, lo que hace que tengamos que replantearnos esa situación. Siguen siendo absolutamente necesarios, esenciales, pero con un menor número de intervenciones de las que se preveían cuando empezaron a formarse. Y todo eso forma parte del sistema. Tenemos que ir adaptándonos a todo eso.
No se puede hacer demagogia de que no hay profesionales, no se planificó. Nosotros hemos decidido que los profesionales necesitan para formarse diez años, pues a partir de ahí, habrá que replantearse formarles más rápido. Educación y Sanidad a nivel Estatal se tienen que poner de acuerdo para hacer mucho más ágil la formación de profesionales o estaremos abocados a tener que estar sufriendo esto permanentemente y poniendo parches que de poco valen.
Entre las cosas malas de nuestro sistema es que los profesionales tienen que ver a un número ilimitado de actividad porque no hay freno a la demanda y la limitación de actividad provoca listas de espara. Y en retribuciones se podría aumentar, pero si se hace, estarían compitiendo las comunidades autónomas, eso tiene que ser en un pacto de Estado, y tienen que estar las comunidades autónomas para buscar las mejores condiciones para los profesionales sanitarios. O en Sanidad hacemos un Pacto de Estado o va a ser muy difícil mantener el sistema como lo tenemos,
- ¿Se van a realizar acciones de mejora para la atención a los pacientes con enfermedades crónicas? ¿Y para pacientes con problemas de salud mental?
En los pacientes de enfermedades crónicas estamos trabajando en diferentes especialidades. Nosotros en los hospitales tenemos todavía muy organizado el sistema por especialidades, por patologías, aunque ya se están dando los pasos para atender a los pacientes de forma multidisciplinar y que sean varios especialistas los que vean las patologías que requieren su visión. La especialización es tan específica que al final no queda más remedio que contar con muchos profesionales para poder tratar una patología determinada. Los planes son individuales, se generan por especialidades y obedece a su propia organización y a la necesidad de dar respuestas a todo lo que supone la patología crónica en el sistema.
En cuanto a salud mental, el Plan Estratégico de Salud Mental y de Adicciones 22/24 prevé la aportación de 47 millones de euros y más de 300 profesionales entre psiquiatras, psicólogos clínicos, terapia ocupacional, enfermería, … Es un plan que ya está publicado en la Comunidad de Madrid y que da respuesta a los problemas que nos estamos encontrando, tanto de adicciones como todo lo que ha resurgido del COVID. El COVID nos ha hecho vivir de forma diferente y eso ha hecho que muchísimas personas hayan aflorado problemas que estaban ocultos.
Hay un plan específico dentro del plan para evitar suicidios. En eso están trabajando los especialistas, hemos tenido que incorporar todo lo que se ha producido en los últimos años, que no ha sido poco, porque las adicciones se han multiplicado. La información que tenemos es inmediata y eso está provocando que muchas personas estén yendo hacia comportamientos que antes no teníamos o que no teníamos la posibilidad de tener.
En la sociedad que vivimos, que vamos tan rápido cuidamos muy poco el tema de la salud mental. Los profesionales además se han visto sometidos a experiencias y a sensaciones que antes no habían tenido. Y eso en los profesionales del sistema me preocupa especialmente y también lo aborda el plan de roma específica. Aquí los profesionales van por delante, tienen los datos, tienen la situación, son los que están día a día con el problema y dan la solución mucho más efectiva.
- ¿Cuáles son los mayores retos de la sanidad madrileña?
Nuestra sanidad tiene dos retos y por eso la importancia de hacer un plan de verdad, en el que todos nos pongamos de acuerdo, eso es esencial.
Primero, son sus profesionales y esto es propio de nuestro sistema, que además tenemos que mantener como sea. Requiere que los profesionales se sientan bien, cómodos, deberíamos hablar sin líneas rojas. Está claro que tenemos que buscar soluciones, no buscar parches y para buscar soluciones hay que abrirse a todo el sistema, hay que debatirlo y hay que llegar a un acuerdo.
No creo que vaya contra los derechos de los profesionales, al revés, hay que capacitarlos más para que puedan hacer mucho mejor su trabajo, porque no nos olvidemos que el secreto de la permanencia de nuestra sanidad reside en los profesionales y en el trabajo que realizan. Si los profesionales no realizan el trabajo bien y no se adaptan al propio sistema que va a ir evolucionando y al que se van a tener que adaptar, y evidentemente no se hacen partícipes de esos retos, no van a funcionar y el sistema se va a hacer inviable. La viabilidad del sistema depende de la actividad de los profesionales, por lo que tenemos que cuidarla y lo que no podemos es no tener profesionales, que no tenemos. Debemos tener un sistema de formación que les permita adaptarse a los cambios que vayan apareciendo, logrando la especialización que requiere la medicina del s.XXI. Todos ellos se súper especializan en sus especialidades y aparecen nuevas tecnologías que no hay posibilidad de aprenderlas en los años de formación, porque aparecen después de la formación y a las que hay que adaptarse sí o sí, porque si no, el sistema no funciona.
Otro de los retos es la introducción de la innovación y las nuevas tecnologías. Tenemos que hacer plan para introducir la tecnología y tener agilidad para poder hacerlo. El sistema público es un sistema muy poco ágil y eso hace que muchísima innovación se pierda, porque se implanta muy tarde. El secreto es que la implantación de algo que está probado y que funciona debe de ser inmediato. El reto de la sanidad es que sea capaz de incorporar todo lo que le va a llegar, que le va a llegar cada día más y mejor, de la forma más rápida posible para poder obtener resultados inmediatos de todo esto, que al final repercute lógicamente en la parte económica, en la parte de salud, en la parte de procedimientos y en la parte de los profesionales. Además, los profesionales tienen que adaptarse a eso de forma inmediata y debemos tener un sistema para que los profesionales tengan la posibilidad de adaptarse en las mejores condiciones y que no les suponga un problema.
El reto de la sanidad es que seamos capaces de ir a eso, de darle fluidez y que seamos capaces de darle solución a la introducción de todos estos cambios que se van a producir dentro del sistema. Y por supuesto, los profesionales. Todo esto sin los profesionales no se puede hacer y si no tenemos una estructura para que los profesionales puedan realizar su actividad de la mejor manera posible, enfocada a dar soluciones a los problemas de la sanidad que se van a encontrar, que tampoco sabemos cuál es, estamos perdidos.