“Nunca nos formaron para dar malas noticias”
Apenas lleva tres meses presidiendo el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), pero Tomás Cobo ya tiene muy claras las líneas estratégicas y objetivos a seguir para convertir a la institución en un verdadero referente de todos los colegios de médicos de España. La digitalización, formación y acreditación serán junto a otras acciones las claves para darle el impulso definitivo.
¿Qué le motivó a presentarse como Presidente a las elecciones del CGCOM?
Lo que me motivó fue tratar de conseguir que la institución fuera lo más útil posible a los colegiados. Tengo especial interés por modernizarla y sobre todo por acercarla a los colegios de España y por ende a los colegiados y colegiadas de nuestro país.
¿Cuáles son sus principales objetivos durante su legislatura? ¿A qué retos se enfrenta?
El primer objetivo es la modernización de la institución. Ahora se habla en todos los sitios de la digitalización y la revolución big data y tenemos que avanzar en ese sentido. En esa revolución, una institución tan potente como es la OMC tiene que estar.
El primer eje de acción y reto que tenemos es la digitalización y precisamente la transformación digital de todas nuestras actividades, como en lo puramente administrativo, para que el médico sea capaz de interactuar con su móvil en los certificados de salud, en los certificados de defunción. En definitiva, para que todas esas interacciones que hacemos con la Administración las podamos hacer de manera sencilla.
Otra de las carencias que tenemos es que exista un repositorio de nuestra actividad profesional. A medida que va pasando nuestra carrera profesional, tenemos que ser capaces de conseguir el archivo de alta confidencialidad, que el médico pueda tener todo su desarrollo profesional incluido digitalmente y que esa inclusión permita interactuar con una plataforma de intermediación con la Administración de tal forma que cuando se vaya a ascender de grado profesional, lo único que tengamos que hacer un click en el archivo y trasladárselo a la Administración y no estar buscando los títulos por casa, … En fin, la modernización en el sentido de la digitalización.
Otro eje de acción que también es clave es ser lo más útiles posible en relación a la formación médica continuada. La debemos potenciar, pero no ya solo desde nuestra Fundación para la Formación, sino desde cada uno de los colegios de médicos de España. Los colegios de Médicos de España forman al año a más de 80.000 médicos, esa parte de formación la tenemos que potenciar al máximo. Tenemos que proporcionar acreditación, acreditación libre de conflicto de intereses y acreditación europea internacional que haga realidad la libre circulación de médicos especialistas. Con esa armonización de la acreditación y con ese libre conflicto de intereses, cumpliendo el código deontológico tanto de la industria farmacéutica como el nuestro, para que no exista ningún atisbo de duda y máxima transparencia en el patrocinio.
¿Cómo valora el papel de la corporación durante la pandemia?
Lo primero a tener en cuenta en este sentido es el comportamiento de nuestros compañeros y compañeras durante toda la pandemia, que ha puesto otra vez en evidencia nuestra vocación de servicio a los demás. Hemos antepuesto el interés del paciente por encima del nuestro. Respecto a nuestra actividad durante la pandemia, cabe destacar la creación de una comisión COVID asesora con nombres y apellidos que elaboró doce informes desde el principio, abordando desde el uso de las mascarillas hasta vacunación. Otra parte fue la participación del presidente Serafín Romero en la Comisión de Reconstrucción en el Parlamento, fue excepcional y quizá el momento más brillante de la institución durante la pandemia. Allí se apostó por el modelo que tenemos, el modelo universal público gratuito, pero se apostó también por la colaboración público- privada. E insistió, una vez más, en la necesidad de que el sistema, los que nos gobiernan, potencien el modelo, y que se promueva la inversión, no solo económica sino también en gestión. Vivimos en una España divergente, con 17 servicios autonómicos de salud, con 17 sueldos diferentes de los profesionales. Siendo la descentralización buena porque se acerca más al ciudadano, la intercomunicación entre los servicios es francamente pobre. Esa es otra área de revolución de big data que decíamos antes, que haya una historia clínica compartida en España.
¿Cuáles son las líneas de trabajo que debe seguir el CGCOM ante la situación derivada de la COVID-19?
Tratar de potenciar al máximo nuestra representación institucional para reforzar el modelo y fomentar una mejora de la contratación porque el 50 por ciento de los profesionales que tenemos están en situaciones precarias. En el ámbito de formación médica continuada, una de las cosas que ha puesto de manifiesto la pandemia es, primero, que el modelo ha aguantado el impacto, es decir, que a pesar de la precariedad, a pesar de los salarios por debajo de la media europea y a pesar de la falta de consistencia de nuestra formación médica continuada, el modelo ha aguantado por la entrega de los profesionales sanitarios, eso es lo bueno que vamos a sacar, la plasticidad que ha tenido el sistema y cómo ha sido capaz el modelo de montar y organizar unidades altamente especializadas en muy poco tiempo. El ejemplo más grueso y grande sería IFEMA, pero al tiempo, en los hospitales pequeños hemos sido capaces de movilizar recursos.
En esa plasticidad han entrado los médicos que nos hemos ido especializando cada vez más en áreas muy determinadas, pero en esta ocasión hemos sido capaces de juntarnos y ha nacido un genuino espíritu de ayuda a los demás. Se han integrado unidades muy especializadas y eso lo que enfatiza es la importancia de que aun siendo clave que nos especialicemos y que tengamos áreas determinadas de conocimiento y unas capacitaciones muy de alta cualificación, también es muy importante que tengamos competencias transversales. Y es en esa parte de competencias transversales en la que es muy importante que la institución fomente más la formación médica continuada.
¿La estructura del CGCOM o su funcionamiento necesita mejoras? ¿Cuáles?
La estructura de la OMC como está concebida está bien, una vez más, está muy descentralizada. Creo que es de las pocas instituciones que mantienen las 52 provincias. Lo que tenemos que hacer desde el centro, desde la estructura, es que el Consejo General, que es el que yo ahora presido, no se vea como un colegio número 53, produciendo de manera independiente. Lo que a mí me gustaría es que fuera el coordinador de la actividad de los 52 colegios. Eso sí, tenemos una representación que es la profesión médica en el entorno internacional y tenemos tres fundaciones a través de una de las cuales, por cierto, la FFOMC, podremos recibir fondos europeos. Pero lo que a mí me gustaría es que, dentro de esa estructura, pudiéramos ayudar a esos 52 colegios porque es el conocimiento que va a llegar directamente a los colegiados.
¿En qué campo debe centrarse más la actividad del CGCOM en los próximos años fuera del COVID?
Los dos bloques grandes de trabajo tienen que ser transformación digital y formación/acreditaciones, también en el ámbito internacional.
¿Qué destacaría de la labor que desempeñan las tres fundaciones con las que cuenta el CGCOM?
En la Fundación para la Protección Social, durante la COVID hemos impulsado todas aquellas ayudas para los médicos que han sufrido las consecuencias de esta enfermedad. No solo ellos, sino su entorno familiar. Desde esta Fundación de Protección Social tenemos que hacer dos labores, y lo decía recientemente en la presentación del estudio del impacto emocional y de salud que había habido en los médicos tras la COVID: primera parte, protección y ayudas; y segunda parte, formación en un entorno muy específico.
A este respecto, desde la Fundación de Protección Social, se ha implementado formación para saber afrontar el reto emocional al que hemos estado sujetos. La vida del médico es una vida que por una parte tiene ciencia, habilidades y competencias. Pero, por otro lado, tiene el componente humanístico donde se encuadra la comunicación de malas noticias y ahí se ve la necesidad de contar con estrategias de superación cuando ocurren las catástrofes. Para eso nunca nos formaron, yo creo que esta parte de formación en cómo afrontar estas emociones y cómo trasladar las malas noticias y cómo generar estrategias de superación es importante.
Los últimos datos de nuestro estudio han resultados aterradores en lo relacionado al ánimo e impacto mental en los médicos de esta pandemia. Un 33 por ciento de los médicos y médicas de España ahora quienes jubilarse y si no lo hacen es porque no tienen dinero para irse. Y un 60 por ciento están en situación de burnout. Por eso, desde la Fundación de Protección Social tenemos que ir en esos tres ámbitos: uno, protección; dos, formación, formación también en estrategias de superación a lo largo de toda nuestra carrera que nunca hemos tenido formación en áreas muy concretas como son las quirúrgicas y las de pacientes críticos, intensivos… y tercero, reflexión, tenemos que ir recabando datos, analizarlos e iniciar acciones.
La segunda Fundación es la Fundación para la Formación. Respecto a la acreditación somos pioneros y esto es una cosa que he llevado yo como delegado de la UEMS. Nos siguen Holanda, Grecia y Portugal, pero hemos sido el primer país en crear una plataforma de acreditación UEMS con créditos UEMS que permite que se haga la formación en español, que se haga de manera más rápida y sobre todo que era lo más importante, que se hiciera de manera más barata. Esa plataforma lo que hace es acreditar lo que llamamos small life educational events para entornos pequeños, refiriéndonos a las sesiones clínicas que se realizan en el hospital, a las sesiones clínicas que se realizan en los centros de Primaria y a los cursos y seminarios que se realizan en los colegios de médicos para 15 o 20 personas. Ahora es posible acreditar esto y es ahí donde se transmite el conocimiento, en el día a día en los hospitales y en los centros de salud. Acreditar esto supone con libre conflicto de intereses, penetrar en el sitio en el que precisamente se produce en el día a día la transmisión de conocimientos. Llevamos ya dos años acreditando y ha ido in crescendo. Estamos extendiéndolo hacia Iberoamérica porque ellos también pueden acceder a esta plataforma. Esa sería la parte de formación/acreditación.
Y en la Fundación de los Colegios Médicos para la Cooperación Internacional lo que queremos es ayudar a todos los médicos, voluntarios y cooperantes. Los médicos cooperantes como tal, entendiendo como los que se dedican a eso como una actividad profesional están bien o bastante bien cubiertos por sus ONGs, pero los médicos voluntarios, entre los que me encuentro, hemos ido siempre a terreno sin ninguna cobertura, con la ilusión, con el entusiasmo de ayudar en entornos que generalmente son hospitales en África, pero íbamos sin ninguna protección. Cuando me refiero a la No protección, me refiero a que no llevábamos la convalidación del título y estos países también tienen sus leyes de convalidación. Íbamos sin seguro de actividad, sin seguro de vida y sin el seguro de responsabilidad civil profesional.
Todo eso lo hemos conseguido desde la Fundación para la Cooperación, hemos conseguido un registro de médicos cooperantes que también permite que cuando en una misión determinada falta un anestesista o un cirujano se pueda buscar uno fácilmente. Hemos impulsado, potenciado y agilizado el uso de un documento, que es el certificado de idoneidad que nos identifica allí donde vayamos, como médicos, especialistas colegiados en España y hemos impulsado la creación de un seguro de responsabilidad civil profesional. Esto es lo puramente práctico.
Ahora, la Fundación para la Cooperación tiene un objetivo más grande y propio del del Consejo General, que es la creación de una facultad de Medicina Panafricana en África para médicos africanos y por médicos africanos. Con la COVID este proyecto se ha paralizado, la sede se hubiera situado en Etiopía, no obstante, últimamente estamos en contacto directo con el Ministerio de Sanidad de Guinea Ecuatorial, que quizá no es el mejor sitio para hacer una Panafricana, pero sí para hacer un programa piloto. Además, este plan que encaja perfectamente con el Plan África de la Unión Europea.
Es un proyecto muy bonito, el ser capaces de construir algo, encajados en la Unión, es el ejemplo de la Escuela Latinoamericana de Medicina que hoy la tenemos, que lleva 20 años y que ha sido capaz de formar médicos, no médicos extraordinarios que vayan a ser grandes cirujanos, pero médicos que tienen unas competencias y unas habilidades precisas en salud pública, quirúrgicas y anestésicas para desarrollar su actividad en el medio rural en África. Esta facultad de Medicina va a permitir esa cooperación, hay mucha gente que cuando se jubila tiene ese interés en ayudar a los demás, con 65 años quizá no dispongan de tanta capacidad asistencial para soportar grandes temperaturas y muchas horas en quirófano, pero si tendrían la capacidad docente. Siempre con la idea de que sea con África y para África. Es decir, que finalmente sean los africanos los que lo hagan. Pero ahora toca arrancar y ahí tenemos un ejército de voluntarios para cubrir esas áreas.
¿Qué principios y valores destacaría del Código de Deontología? ¿Considera que habría que añadir alguno?
El Código de Deontología lo tenemos que renovar porque han sucedido cosas nuevas como la telemedicina o la e-consulta que se ha puesto ahora en evidencia. Me gustaría que volviéramos a las bases de la Ética Médica y una de las bases del código de deontología es el comportamiento que debemos tener entre compañeros, en el hospital, entre los compañeros de diferentes servicios, entre los compañeros del mismo servicio, entre el hospital de Distrito y el Hospital General, el Hospital Universitario, entre las opiniones de un lado y las del otro, ahora lo estamos viendo con el tema de la vacunación. Yo volvería a las bases y a la importancia de que respetemos las opiniones de nuestros compañeros, que las discutamos en foros que sean los adecuados. El tema de la eutanasia, estas dicotomías hay que resolverlas dentro del entorno que corresponde, en un entorno científico. Vamos a aclarar estas polisemias que hay en cuanto a qué es la sedación terminal, en cuanto a qué es el suicidio asistido, en cuanto a qué son los cuidados paliativos… porque si no generamos una confusión en la población.
¿Cómo valora la iniciativa de la relación Médico-Paciente como Patrimonio Inmaterial cultural de la Humanidad? ¿Cuáles son los siguientes pasos a seguir?
Extraordinariamente bien. Lo que pasa que cuando lo propusimos nos sumergimos en un entorno burocrático administrativo muy grande, porque hay que llevarlo a una comisión, votan las comunidades autónomas… hasta que llega a la UNESCO pueden pasar dos o tres años.