“La atención sanitaria y la Sanidad sigue siendo muy vocacional”
La directora gerente del SESCAM ha hecho un balance de su gestión durante los últimos 7 años. Regina Leal considera que lo más importante para ellos ha sido recuperar la motivación de los profesionales. Además de hablar sobre la situación del COVID en Castilla-La Mancha, ha contado cuáles son los mayores retos de la sanidad castellanomanchega y sus proyectos de cara al futuro.
- En este 2022 cumple 7 años como gerente regional del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ¿cómo valora su gestión en todo este tiempo? ¿Qué logros destacaría?
La gestión del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha es labor de muchas personas no solo de su gerente. Cuando llegamos a la dirección del SESCAM nos marcamos un reto muy importante: recuperar un sistema sanitario que se había quedado muy adelgazado en recursos estructurales, de hospitales y centros de salud cuyos proyectos se habían venido abajo; en personas ya que había disminuido mucho la plantilla; en motivación…, nos habíamos planteado recuperar todo lo que faltaba y, de hecho, al principio, generó mucha incertidumbre.
A día de hoy, cuando se analizan los datos, no solo comprobamos hemos recuperado las plantillas y las obras que se paralizaron, sino que además tenemos nuevos proyectos como el Hospital de Puertollano y centros de salud. Y sobre todo hemos recuperado la motivación, una parte fundamental.
Una de las principales herramientas que utilizamos fueron las redes de profesionales y expertos a través de las que los profesionales participan en todas las decisiones de gestión que tomamos. Eso ha generado un clima de trabajo muy diferente al que teníamos.
Ha sido difícil, hemos trabajado mucho y nos han faltado estos dos años de pandemia en los que no hemos podido avanzar todo lo que nos hubiera gustado. Pero, aun así, cuando miramos atrás no solo nos hemos recuperado, sino que estamos en el momento de mayor impulso al sistema de salud de CLM.
- ¿Podría hacernos un balance de la gestión del coronavirus en Castilla-La Mancha?
No creo que nadie pueda hacer un balance triunfalista al respecto. Lo que debemos plantearnos es ¿qué resultados hubiéramos tenido si no hubiéramos hecho lo que hemos hecho?
En Castilla-La Mancha, nuestro consejero apostó por una gestión muy acertada; una gestión intramuros que consistió en optimizar tanto recursos materiales como humanos sin dispersar en un momento tan crítico a nuestros profesionales en distintos centros porque creemos que son más eficaces. No era un momento y de crear más hospitales, sino de concentrar esfuerzos y trabajo.
Y esa gestión nos ha permitido rebajar el dramatismo de la situación, sabiendo que ha sido un drama para muchísimos ciudadanos, para muchísimos profesionales y para todo el sistema. Al principio muchos pensamos que esa primera ola iba a acabar con el sistema. Pero aquí estamos, se han salvado muchas vidas y aunque al principio fue muy duro, creo que se ha hecho razonablemente bien.
Hemos hecho cosas muy buenas como nuestra Red de Vigilancia Epidemiológica, que fue pionera. Su puesta en marcha ha sido una de las grandes claves que nos ha permitido tener unas olas sucesivas que no tenían nada que ver con lo que nos pasó al principio y controlar el virus de otra manera.
En cuanto a la contratación de profesionales, el hecho de haber sido, junto a Madrid, de las comunidades más afectadas en los primeros momentos nos permitió, afortunadamente, captar a muchos sanitarios que vinieron de comunidades autónomas limítrofes y que se han quedado con nosotros.
Por último, y quizás el punto más crítico, fue la gestión de la atención sanitaria en las residencias de mayores. El SESCAM nombró un coordinador sociosanitario regional y cinco provinciales, uno por cada una de las provincias, que gestionaron todo el apoyo que estos centros necesitaron durante la pandemia. Eran el enlace entre las residencias y el sector sanitario, coordinando los equipos que les atendían en estos centros, la sectorización de las mismas, la formación de los profesionales de las residencias, la realización de test, la derivación a los centros sanitarios… En definitiva, han realizado un trabajo impresionante del que estamos orgullosos.
Tenemos que agradecer ahora y siempre el trabajo de todos nuestros profesionales asistenciales, de gestión, de salud pública, de empresas contratadas (limpieza, mantenimiento, transporte…). A ellos les debemos estar superando esta crisis.
- ¿Han tenido desabastecimiento de medicamentos y productos sanitarios durante la pandemia?
Ha habido escasez de material en algunos momentos. Se sometió a la organización a la gran tensión de reordenar los recursos cada día, y si me apura cada hora. Estábamos acostumbrados a tener mucho y además fácilmente, en el momento. No necesitábamos almacenar, era algo que se nos servía rutinariamente.
El concepto de gestión ha cambiado, la tendencia de compras de todos los servicios de salud era el almacén con stock cero. El stock cero era el paradigma de la gestión sanitaria y con este paradigma nos encontramos en el momento en que empezó la pandemia. Se tuvieron que movilizar muchísimos recursos porque faltaban EPIS en los hospitales, había que buscar en todos los hospitales.
Y ahí fue cuando tomamos la decisión de centralizar la compra del material indispensable y los Servicios Centrales del SESCAM se convirtieron en un almacén. Con la ayuda del personal de la empresa pública de Gestión Ambiental de Castilla-La Mancha (GEACAM) comenzamos a distribuir material a los hospitales en función a las necesidades que iban teniendo.
Con los reactivos al principio también fue muy complicado porque cuando ya teníamos la compra hecha se derivaba a otro país o no le dejaban salir de Alemania; por no recordar el episodio de los respiradores que nos dejaron bloqueados en Turquía. Realmente la situación fue muy complicada, pero sin llegar al extremo de decir estoy desabastecida.
En cuanto a medicamentos, es verdad que se despertaron las alarmas durante la primera Semana Santa porque de repente los distribuidores nos cerraron durante cuatro días festivos. Pero supimos reaccionar y controlamos muy bien el stock.
Como la disminución del stock en medicamentos fue mucho más tardía que la de los equipos de protección, la estrategia de la gestión de la emergencia ya estaba creada y había una vigilancia muy estrecha que nos permitió que no hubiera un desabastecimiento en ningún momento. Diariamente todos los hospitales nos tenían que decir qué existencias tenían y en cuanto quedaba un stock para menos de una semana, se buscaba y se reponía y se buscaba.
- ¿Cómo ha sido la colaboración entre los hospitales de Castilla-La Mancha? ¿Y con Madrid?
Excelente. La atención sanitaria y la Sanidad sigue siendo muy vocacional. Y el consejero de Madrid lo tiene muy claro, se mueve entre profesionales sanitarios y esa vocación se contagia.
La colaboración con la comunidad vecina ha sido absoluta. Sus hospitales nos han dejado reactivos PCR cuando no teníamos, y nosotros hemos puesto a su disposición camas.
Una de las cosas que siempre destaco cuando me preguntan qué ha mejorado tras la pandemia, es que hemos conseguido una mayor cohesión del Sistema Nacional de Salud.
El objetivo de todo el Sistema Nacional de Salud era atender al paciente, darle lo que necesitaba. Y lo teníamos que hacer entre todos. En ese momento nadie nos iba a medir qué hospital atendía más COVID, cuál no tenía tanto COVID, qué hospital gastaba más y cual menos. Quitar esa “presión” al sistema sanitario favoreció volver a la verdadera vocación del profesional sanitario, que es atender a la ciudadanía.
El ciudadano es igual, esté donde esté. En Castilla-La Mancha, nuestros hospitales vienen trabajando en red desde hace siete años. Un paciente de Toledo puede ser llamado del Hospital de Manzanares para operarse de una catarata y si el ciudadano quiere, tendrá un equipo sanitario público que le atienda. Hemos generado una red de profesionales que trabajan para todo el sistema.
En el ámbito de la imagen médica, y gracias al proyecto Ykonos, hemos conseguido, por ejemplo, que si la resonancia magnética del Hospital de Toledo trabaja mañana, tarde y noche, pero sus radiólogos no pueden informar ese volumen de pruebas, se pueda hacer el informe desde el Hospital de Almansa, que también tiene radiólogo.
- ¿Cómo apoyaron a los profesionales sanitarios durante los momentos más álgidos de la pandemia?
Lo primero que se hizo fue dotarles de equipos de protección y del material sanitario suficiente para que pudieran atender a los pacientes con las mínimas garantías, y de las camas necesarias para que los pacientes no estuvieran en los pasillos.
Ampliamos los hospitales, se montaron camas en consultas y en todos los espacios disponibles, reforzamos todo lo que pudimos los servicios de Medicina del Trabajo e integramos todos los servicios de prevención de riesgos laborales de la Junta de Comunidades, no solo para apoyar al profesional enfermo, sino también para realizar PCRs.
Se han realizado más de 9.000 contrataciones s. En términos absolutos, hemos sido la segunda autonomía, tras Madrid, en número de contrataciones.
Además, en estos dos últimos años se han instalado nuevos equipos que han supuesto una inversión que ronda los 40 millones de euros. Muchas de estas inversiones estaban contempladas para los próximos años en este Plan de Renovación de Alta Tecnología Sanitari pero se han priorizado con el fin de que los centros sanitarios de la red pública regional dispusieran de herramientas de última generación para seguir haciendo frente a las consecuencias de la pandemia, además de atender la creciente demanda por otras patologías.
Nuestro equipo de salud mental hizo un plan específico de soporte, con un teléfono de atención al ciudadano y al profesional. Colaboramos con la Sociedad Española de Cuidados Intensivos, que realizó un proyecto de apoyo al paciente y al profesional de cuidados intensivos y lo aplicamos en todos nuestros hospitales.
La incertidumbre que teníamos los gestores en cuanto a que nos vimos obligados a cambiar el modelo de un día para otro, también la tuvieron los profesionales en cuanto al enfoque de la enfermedad: no tenían conocimiento sobre cómo se trataban los pacientes con COVID. Realmente fue algo que hubo que aprender sobre la marcha y que cambió mucho también la práctica médica, no solo de gestión.
- ¿Cuáles son los mayores retos de la sanidad castellanomanchega?
Para mejorar, el Sistema Nacional de Salud tiene que estar más cohesionado, tenemos que hablarnos; y no solo a nivel de gestión, ojo.
En Castilla-La Mancha tenemos un proyecto muy ilusionante, que vamos a desarrollar de manera conjunta con Canarias. ISOHCE pretende hacer una migración de todos los datos que tenemos a un dato normalizado para que sea universal el lenguaje que hablemos y podamos tener por fin una historia interoperable, independientemente de la historia que tenga cada uno. Está avalado por el Ministerio y financiado por la UE.
En los servicios de salud tenemos muchísimos datos, pero todavía no sabemos trabajarlos, entre otras cosas porque ni siquiera hemos confrontado un dato con otro; tenemos que buscar estándares para medirnos y para medirnos tenemos que estar normalizados y hablar todos el mismo lenguaje, y buscar ese estándar para ver dónde tenemos que ir y medir todo aquello que hagamos.
Castilla-La Mancha es una de las comunidades más avanzadas en digitalización de su servicio de salud, pero queremos evolucionar a más. Tenemos retos muy importantes, tenemos que llegar a toda nuestra población en una Comunidad tan dispersa como la nuestra, con una situación tan difícil de recursos humanos como la que está viviendo el país.
Para llegar a todos los ciudadanos tenemos que cambiar el modelo, tenemos que cambiar los roles de nuestros profesionales y hacer, por ejemplo, que la enfermería también adquiera competencias porque hoy en día están capacitados para asumirlas.
Este nivel de digitalización nos sitúa también en una situación privilegiada en cuanto a poder atender al paciente de forma remota cuando se pueda. En el SESCAM contamos ya con una experiencia de videoconsulta que hemos puesto en marcha en salud mental, en el área de Tomelloso y que queremos exportar al resto de especialidades.
Esta videoconsulta está integrada en la historia clínica, con todos los mecanismos de seguridad, y a través de ella, incluso el paciente podrá tener su informe y podrá tener todo lo que sea necesario. Estamos trabajando también para que nuestros profesionales de Atención Primaria puedan realizar las interconsultas directamente con los profesionales del hospital, sin necesidad de que el paciente deba trasladarse.
En una Comunidad tan extensa como la nuestra queremos acercar la atención sanitaria a los ciudadanos gracias a todo el desarrollo digital que ya tenemos y que seguimos implementando. Es nuestro principal reto junto al de convertirnos en un referente a la hora de tratar el dato para tener una historia interoperable y poder compararnos y poder trabajar todo el sistema de salud de manera conjunta.
- ¿Tiene previstas nuevas inversiones en I+D+i? ¿Y en infraestructuras sanitarias?
Sí, en I+D tenemos un proyecto, que ya ha salido a licitación, que es el Centro de Gestión del Conocimiento, Investigación y Experimentación del Hospital de Ciudad Real, y que queremos que sea un referente para toda la Comunidad. Son líderes en formación, el método de formación por simulación que tienen es muy novedoso y ha sido muy bien aceptado.
Pero independientemente de estas iniciativas, nuestro principal proyecto es la creación de un Instituto de Investigación de Castilla-La Mancha. Su base gestora va a ser la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos, pero va a ser un Instituto multicéntrico.
Probablemente seamos la primera comunidad que reúna todo el potencial investigador y actúe como aglutinador de toda nuestra investigación en red y que gestione de verdad toda la investigación que se hace en Castilla-La Mancha.
Tenemos muy buenos líderes en este campo, tanto en los centros grandes, como puede ser el propio Hospital de Parapléjicos, Albacete y Ciudad Real, que tienen universidades y donde las oportunidades para los investigadores son mayores; como en centros pequeños, como el Hospital de Tomelloso o el Hospital de Valdepeñas.
La investigación ha sido otra de nuestras apuestas desde que llegamos en 2015 y tenemos proyectos muy interesantes. Por ejemplo, tenemos un proyecto muy bonito sobre medicina personalizada para el cáncer infanto-juvenil. Es un proyecto financiado por el Carlos III con 200.000 euros para una investigadora del Hospital de Toledo y que desarrollará la estrategia nacional sobre medicina personalizada en cáncer infantil y de adolescente.
Estamos colaborando también, a través de profesionales de Atención Primaria, en un proyecto muy interesante a nivel nacional sobre medicina predictiva. Es un proyecto observacional, cuyo objetivo es crear una cohorte de análisis tanto genético como de hábitos de vida para elaborar un modelo predictivo de desarrollo de cáncer.
Tenemos un potencial investigador muy importante que tenemos que aprovechar y por eso hemos querido darle forma a este Instituto.
- ¿Qué debilidades y fortalezas tiene el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha?
Nuestra gran debilidad como servicio de salud es la dispersión. Para nosotros es un problema serio. Murcia, con una población de millón y medio de habitantes tiene 28 centros de Atención Primaria para atender sus urgencias en este nivel asistencial; nosotros debemos tener 190 para 2 millones, pero por una razón geográfica.
Se trata de una cuestión que, sin duda, debe ser objeto de debate: cómo se financian los sistemas de salud donde la dispersión es mayor. La dispersión tiene el mismo sobrecoste o mayor quizá que la insularidad. Y, sin embargo, eso nunca ha llegado a estar compensado y debe de estarlo.
Nosotros atendemos por igual a todos los pacientes porque creemos que así debe de ser, pero el paciente de Molina de Aragón no nos cuesta igual que el paciente de Toledo, y lo sabemos y creemos que debe tenerse en cuenta
Por otra parte, nuestra gran fortaleza son nuestros profesionales y, como he mencionado antes, nuestro alto nivel de digitalización.