“En la Clínica siempre hay una inquietud por estar en la vanguardia”
José Luis Mateo del Campo ha hecho un balance de su trayectoria profesional en la CUN. En esta entrevista, también ha contado a los problemas que se han tenido que enfrentar durante la pandemia y cómo han tenido que reorganizar su Departamento, entre otras cuestiones.
Lleva casi 12 años en el equipo de la Clínica Universidad de Navarra, hasta 2013 como Director Técnico y en la actualidad es el Jefe de Obras e Instalaciones, ¿qué balance hace de su paso por esta institución?
La Clínica es el único hospital español que pertenece a una universidad y esto implica que no solo es un sitio en el que se curan pacientes, que es lo más importante, sino que aquí también se forman los médicos del futuro y se realiza una gran labor investigadora. A los profesionales, la Clínica nos ofrece un mundo de oportunidades para aprender y crecer, sea cual sea el área de responsabilidad asistencial, investigadora o de gestión, como es mi situación. En mi caso, además, me ha permitido un crecimiento profesional muy grande porque he podido participar de forma muy activa en el gran proyecto de la Universidad en estos últimos años, que es la construcción y puesta en funcionamiento de la sede de Madrid de la Clínica. Y todo esto, además, se realiza siempre con un gran sentido de servicio y dedicación a los demás.
¿Qué proyectos ha realizado durante todo este tiempo?
Durante este tiempo, sin duda, el gran proyecto de todos los que formamos la Clínica ha sido la apertura de la sede de Madrid en otoño de 2017, la construcción y puesta en marcha de un nuevo hospital.
La Clínica es un edificio siempre en movimiento, que continuamente se tiene que modificar y adaptar a las nuevas situaciones, tecnologías… La sSnidad es un sector que se encuentra en continua transformación, a una velocidad increíble.
En los últimos años, en Pamplona, hemos puesto en marcha un área quirúrgica nueva, consistente en la construcción de 3 quirófanos, dos de ellos híbridos de última generación, y la instalación de una resonancia magnética de alto campo (3T) intraoperatoria. También hemos abierto el área de cirugía mayor ambulatoria, con la creación de 10 boxes para recuperación de los pacientes, y hemos tenido que levantar unas nuevas escaleras de evacuación en el exterior.
También llevamos a cabo las obras correspondientes para la instalación de grandes equipos de electromedicina (un acelerador lineal LINAC, TAC…), donde participamos en todas las fases, desde la propuesta de adquisición hasta la puesta en marcha y mantenimiento posterior del equipamiento.
¿Cuál ha sido el que mayor satisfacción le ha proporcionado?
Sin duda, la puesta en marcha de la sede de Madrid. Entre 2017 y 2019 participé en la última fase de la construcción y puesta en marcha. En Madrid ya teníamos un pequeño edificio, un centro ambulatorio y en noviembre de 2017 hemos abierto un hospital diseñado en función del paciente, sostenible, que puede crecer y albergar desde ya tecnología de vanguardia, como la Unidad de Protonterapia más avanzada de Europa.
Fue un periodo muy intenso, con momentos de mucha tensión, pero que finalmente ha merecido la pena, por el propio edificio, y por todo lo que te enriquece profesional y personalmente.
De manera general, ¿qué cambios han tenido que hacer los profesionales de la Clínica para atender a la población tras decretarse el Estado de Alarma por el COVID-19?
Como en todos los hospitales, lo primero para nosotros ha sido garantizar la seguridad de los pacientes y de sus familiares, así como la de todos los profesionales. Para ello, desde principios de marzo se pusieron en marcha controles de acceso y se han instalado cámaras termográficas. Se han establecido circuitos independientes para los pacientes COVID positivos o con sospecha y para los pacientes sin sospecha, de manera que se garantizara la atención médica de todos. De este modo se pudo mantener la atención a pacientes que no podían dejar de venir a la Clínica (Diálisis, Oncología, …) y cirugías emergentes, porque no se han podido parar intervenciones como los trasplantes. En algunos servicios se han establecido turnos de trabajo presencial, asegurando siempre la atención.
Y en particular en su Departamento, ¿se ha tenido que reorganizar algún Servicio?
En mantenimiento estamos trabajando al 100 por cien, dado que se han tenido que habilitar zonas nuevas, trasladando equipamiento y evaluando instalaciones críticas. Se han tenido que reorganizar y modificar los circuitos en plantas de hospitalización y áreas especiales como quirófanos, UCI, … Además, desde el Servicio de Electromedicina se han trasladado, integrado y validado equipos críticos como respiradores, monitores de pacientes, etcétera.
En todo el hospital se ha creado un circuito COVID y otro circuito para pacientes no COVID, se han convertido salas en vestuarios, se ha actuado sobre salas de descanso y pasillos… todo se ha realizado en un tiempo récord, creando dos niveles de “contaminación” para aumentar la seguridad de los trabajadores y pacientes.
Además, la Clínica Universidad de Navarra ha habilitado una zona de la UCI para que los pacientes puedan despedirse de sus familiares, ¿qué nos puede contar de este proceso?
Esa zona está en la sede de Madrid. Los enfermos, en situación terminal, recibían tratamientos paliativos -un aspecto asistencial de valor en el COVID y que ha sido reconocido por la OMS- y desde la Clínica se quería hacer todo lo posible para que las personas pudieran despedirse de sus seres más queridos y así ayudar a los familiares a sobrellevar el duelo. Todo esto había que hacerlo salvaguardando la seguridad, por lo que se reorganizó la UCI para que los pacientes se ubicarán en un lugar de muy fácil acceso, de tal forma que los familiares pudieran acceder sin pasar, a su vez, por lugares de riesgo.
Además, los familiares debían acceder con EPIs, y contábamos con equipos suficientes gracias a que, viendo el cariz que tomaba la pandemia y al contar con servicio de lavandería propio, se optó por comprar EPIs reutilizables, que se lavaban 3 veces al día para garantizar la disponibilidad a profesionales y familiares de pacientes en fase terminal.
¿A cuántos pacientes por COVID-19 se han atendido hasta el momento en la CUN? ¿Podría hacer un recuento de cuántos han necesitado UCI, cuántos han sido dados de alta y cuántos fallecidos?
Entre marzo y abril, en la primera oleada, entre las dos sedes, la Clínica realizó 5.645 consultas y atendió a 1.586 pacientes, de los que 521 fueron hospitalizados y 72 ingresaron en la UCI. En nuestros hospitales fallecieron 34 personas, el 6,5% de los ingresados, una cifra que nos entristece, pero que a la vez nos llena de orgullo el haber podido dar soporte a tantas personas durante su enfermedad.
¿Se cuenta con el suficiente suministro para los pacientes, tanto de gases licuados como de botellas de oxígeno medicinal comprimido?
Sí, por supuesto. El Servicio de Mantenimiento se encarga del abastecimiento, asegurándose de que tanto el depósito como las rampas de botellas se encuentren con capacidad como para abastecer a la Clínica durante varios días. Con la ayuda de Nippon Gases, se ha realizado recientemente una sustitución del depósito por uno de mayor capacidad y este cambio nos ha beneficiado mucho durante el periodo de crisis sufrido recientemente con el COVID-19, dando mucha tranquilidad a la dirección médica y farmacéutica del centro.
¿Cuál es la principal ventaja de sus gases y servicios a centros hospitalarios frente a otros de otras marcas?
Realmente, los gases están regulados por la AEMPS y todas las empresas gasistas aportan el elevado grado de calidad requerido por los hospitales. El beneficio que nos aporta Nippon Gases es la proximidad de sus plantas de fabricación y de almacenamiento a nuestras sedes, lo que hace que la logística de gases y productos sea muy rápida y eficaz, así como la prestación del servicio técnico.
¿Tiene algún proyecto innovador en mente para realizar en los próximos años?
A pesar de las dificultades de la pandemia, en la Clínica siempre hay una inquietud por estar en la vanguardia y ahora mismo estamos en la transformación de la gestión del Servicio de Electromedicina.
Estamos desarrollando mejoras, como los trabajos de integración de los sistemas de monitorización y alarmas en el GMAO o en la integración en el HIS del Hospital de todas las pruebas médicas, para lo que estamos trabajando en colaboración con el Departamento de Sistemas.
Además, impulsamos proyectos de mejora energética, como la implantación de un sistema de desinfección de torres húmedas, en el que se puede ahorrar hasta un 75 por ciento de agua.