El Boletín Oficial del Estado ha publicado dos guías para que los enfermeros y enfermeras pueden indicar nuevos fármacos en procedimientos diagnósticos o terapéuticos a los pacientes que desean dejar de fumar y a los que requieren el uso de anestésicos locales.

Estas guías son fruto de la colaboración y validación de expertos de diferentes ámbitos profesionales (enfermería, farmacia y medicina) y un grupo de profesionales en representación de las organizaciones sanitarias y corporaciones profesionales implicadas y sus contenidos se revisarán al menos cada cinco años para así incorporar la nueva evidencia disponible. Además, durante ese tiempo, se integrarán las novedades científicas o actualizaciones necesarias.

Guía sobre tabaco

La primera guía tiene en cuenta la atención sanitaria y los tratamientos para la deshabituación tabáquica.

Y es que la epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar el mundo. Mata a más de 8 millones de personas al año, de las cuales más de 7 millones son consumidores directos y alrededor de 1,2 millones son no fumadores expuestos al humo ajeno. Se estima, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que el consumo de tabaco es responsable del 70% de todas las muertes a nivel mundial, entre los 30 y los 69 años.

En España, al igual que en otros países desarrollados, el tabaquismo es la primera causa de muerte evitable y el principal problema de salud pública, tanto por la morbimortalidad que genera como por la disminución que ocasiona en las expectativas de calidad y esperanza de vida. Cada año fallecen en España alrededor de 50.000 personas, como consecuencia del consumo de tabaco, el 33,1% se debe a cáncer de pulmón siendo la primera causa de muerte atribuible al tabaquismo, seguido de enfermedades cardiovasculares con un 27% y enfermedades respiratorias 23%.

La tendencia de consumo, según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, es que un 16,4% de mujeres y un 23,3% de hombres fuman a diario.  En estos últimos años ha ido descendiendo el porcentaje de población fumadora, pero muy lentamente entre las mujeres a diferencia de entre los jóvenes, entre los que se aprecia una marcada tendencia al alza por la incorporación de nuevos dispositivos de administración de nicotina. Además, se observan diferencias por género tanto en las causas que inducen al inicio del consumo, en el mantenimiento de la adicción, en la respuesta a los tratamientos, en la dificultad de abandono y en las tasas en la recaída, por lo que se hace necesario adaptar las intervenciones y tratamiento a las necesidades específicas.

Así, en la atención a las personas fumadoras, se deben garantizar la accesibilidad al consejo sanitario respecto al consumo de tabaco y la exposición al humo del tabaco ambiental, y a los distintos recursos de ayuda para dejar de fumar.

Para ello, el rol del enfermero o enfermera es fundamental mediante dos puntos clave:

  1. Una valoración individualizada (del grado de aceptación, la adherencia al tratamiento, la aparición de efectos secundarios y síntomas derivados del síndrome de abstinencia).
  2. La combinación de intervenciones para modificar la conducta y el uso de fármacos eficaces en base a los protocolos establecidos, que garanticen el seguimiento protocolizado del tratamiento farmacológico de estos pacientes en colaboración con el resto de profesionales.

Los dos nuevos fármacos que las enfermeras y enfermeros pueden indicar a los pacientes que desean dejar de fumar son: Vareniclina y Citisiniclina.

Guía para el uso de anestésicos locales

Por su parte, la guía sobre el uso de anestésicos locales pretende orientar las actuaciones (indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos) en la administración de anestésicos locales por parte del personal de enfermería.

Con estas actuaciones, se colabora en la consecución del objetivo terapéutico de eliminar el dolor en estos procedimientos y prevenir futuras complicaciones.

Los anestésicos locales se utilizan en procedimientos vinculados a pruebas diagnósticas o terapéuticas y procedimientos de cirugía menor de urgencia o programada para generar una pérdida de sensibilidad de una parte reducida del cuerpo sin que el paciente pierda la consciencia.

Comenzaron a usarse en la práctica clínica en 1946 y hoy en día siguen utilizándose en muchos procedimientos que son práctica habitual de las enfermeras, en el ámbito de sus competencias, ofreciendo una atención integral a las personas que necesiten este tipo de intervenciones. Por este motivo es necesario conocer su farmacología y las complicaciones derivadas de su uso en actividades diagnósticas y terapéuticas.

Las intervenciones enfermeras comprendidas en esta nueva práctica clínica son:

Valoración previa del paciente en la que se tendrán en cuenta las condiciones en las que el paciente se enfrenta al evento para prevenir riesgos, tras una adecuada anamnesis médica o enfermera.

Control del instrumental, campo quirúrgico, preparación de la zona, medicación anestésica…

Administración de anestesia local y realización de la intervención.

Seguimiento y cuidado de la herida en cirugía o punto de inserción o acceso en otros procedimientos.

Asesoramiento del paciente e intervenciones básicas, dirigidas a garantizar su independencia en la realización de autocuidados.

Todas estas actuaciones se dirigen a alcanzar unos resultados en salud positivos en un entorno adecuado de información, seguridad, confidencialidad y confort. Y es que un adecuado abordaje anestésico es clave en el control y la minimización de sus efectos. Por ello, las consultas de enfermería deben incorporar herramientas que garanticen el seguimiento protocolizado del uso de anestésicos locales en colaboración con el resto de profesionales de referencia.

Los medicamentos listados en la guía de indicación enfermera: procedimientos diagnósticos o terapéuticos que requieren del uso de anestésicos locales son: Bupivacaína, Lidocaína, Mepivicaína, Tetracaína. Combinaciones de Amidas, Combinaciones con Bupivacaína, Asociaciones Tetracaína+ Nafazolina y Asociaciones Tetracaína+ Oxibuprocaína.

Bibliografía

BOE: https://www.boe.es/boe/dias/2024/04/04/index.php?e=4335