En el panorama sanitario actual, caracterizado por una creciente esperanza de vida y una mayor demanda de cuidados complejos, la Enfermería de Práctica Avanzada (EPA) está emergiendo como una respuesta eficaz al incremento del gasto sanitario y a los desafíos a los que se enfrenta el sistema sanitario.
La EPA ofrece una atención más centrada en el paciente, lo que permite optimizar la utilización de los recursos sanitarios garantizando una continuidad asistencial y una mayor eficiencia en la gestión del cuidado.
Precisamente, la figura de la EPA tiene como objetivo dar respuesta a las necesidades de cuidados de los pacientes, integrando un nivel avanzado de práctica enfermera. Este modelo asistencial implica un aumento de las responsabilidades de las enfermeras, con la aplicación de conocimientos especializados en la toma de decisiones clínicas y la gestión de la salud. Para lograr que este modelo se acerque al cumplimiento de sus objetivos, es imprescindible que las enfermeras puedan poner en práctica la formación avanzada que reciben en la universidad, complementada con una formación superior que les proporcionan las capacidades y habilidades necesarias para dar respuesta a las crecientes necesidades de cuidados.
En países como Reino Unido, Estados Unidos o Canadá, la implementación de estos roles ya ha demostrado una mejora en la calidad de la atención y una reducción de la saturación en los servicios asistenciales. Sin embargo, en España aún existen barreras administrativas y legislativas que limitan el desarrollo de estos perfiles, pendientes aún de un desarrollo homogéneo que impide a las enfermeras ejercer plenamente su autonomía profesional dentro del sistema sanitario.
La incorporación de la tecnología en enfermería
Otro aspecto clave es la incorporación de tecnologías digitales para la atención al paciente. La teleenfermería, el uso de inteligencia artificial para el análisis de datos clínicos y la automatización de procesos han demostrado ser herramientas eficaces para mejorar la gestión del cuidado y la toma de decisiones en la práctica enfermera. La pandemia de la COVID-19 consiguió que se acelerase la implementación de estas tecnologías, demostrando su eficacia en la monitorización remota y la reducción de la carga asistencial.
‘La creciente demanda de una atención sanitaria más eficiente y personalizada abre la puerta a una mayor autonomía de las enfermeras’
Sin embargo, la incorporación de estas innovaciones no está exenta de retos. Es necesario un mayor compromiso por parte de las instituciones sanitarias para la formación de los profesionales en competencias digitales y el acceso a tecnologías innovadoras. El desarrollo de la inteligencia artificial en el ámbito de la salud requiere un marco regulador que garantice la ética y la seguridad en su aplicación, asegurando que las enfermeras continúen desempeñando su liderazgo en el cuidado profesional y en la toma de decisiones clínicas.
La innovación en enfermería no está exenta de desafíos. Entre las principales barreras se encuentran la falta de reconocimiento de las enfermeras de práctica avanzada que se acompañe de una a regulación, inexistente hoy en día, que no permite ejercer plenamente su rol, limitando así su impacto en la atención sanitaria.
Aún persiste una visión tradicional de la profesión que obstaculiza la aceptación de nuevos modelos de atención, tanto en el ámbito hospitalario como en la atención primaria, con una clara resistencia al cambio de modelo que reclamamos las enfermeras, centrado en el cuidado.
Pero, a pesar de estas dificultades, también existen grandes oportunidades. La creciente demanda de una atención sanitaria más eficiente y personalizada abre la puerta a una mayor autonomía de las enfermeras. Además, la colaboración interdisciplinar entre enfermeros, resto de profesionales sanitarios y las tecnologías emergentes puede generar un impacto positivo en la gestión del cuidado y las respuestas que se brindan a las necesidades actuales de los pacientes.
Por ello, estoy convencida de que la evolución de la profesión enfermera hacia un modelo que integre a las enfermeras de práctica avanzada permitirá no solo mejorar la atención a la población, sino también contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario español en las próximas décadas.
Mar Rocha Martínez, Tesorera del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid
mar.rocha@codem.es