En un mundo cada vez más interconectado y consciente de los desafíos globales en materia de salud, la atención primaria emerge como un pilar fundamental para abordar las necesidades sanitarias de la población. En Europa, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha desplegado una estrategia integral para fortalecer este componente crucial del sistema de salud. Desde España, un país que ha destacado por su enfoque en la atención primaria, podemos analizar cómo esta estrategia de la OMS se está implementando y cómo puede moldear el futuro de la salud en el continente.
La atención primaria, según la OMS, es «esencial para garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud integrales y de calidad». Esto implica no solo la provisión de servicios médicos básicos, sino también la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la coordinación de la atención en todos los niveles del sistema de salud. Es un enfoque holístico que reconoce la interdependencia de factores sociales, económicos y ambientales en la salud de las personas.
España ha sido un ejemplo destacado en la implementación de la atención primaria de salud. Desde la década de 1980, el país ha desarrollado un sistema de atención primaria sólido, con centros de salud bien distribuidos, profesionales capacitados y una orientación hacia la atención integral y comunitaria. Este enfoque ha demostrado ser efectivo en la mejora de indicadores de salud y en la satisfacción de los pacientes.
Sin embargo, incluso en España, persisten desafíos en el ámbito de la atención primaria. La escasez de personal, la falta de coordinación entre niveles asistenciales y las desigualdades en el acceso a la atención son solo algunos de los problemas a los que se enfrenta el sistema. Estos desafíos no son exclusivos de España; son comunes en muchos países europeos y requieren respuestas coordinadas a nivel regional.
Es en este contexto que la estrategia cobra relevancia. Al promover un enfoque renovado en la atención primaria, la OMS busca abordar los desafíos actuales y preparar a los sistemas de salud para enfrentar futuras crisis. La estrategia se basa en cuatro pilares fundamentales: empoderamiento de las comunidades y de los individuos, fortalecimiento de la colaboración intersectorial, reorientación de los servicios de salud y fortalecimiento de la capacidad institucional.
El primer pilar, el empoderamiento de las comunidades y de los individuos, reconoce la importancia de la participación de la población en su propia salud. Esto implica no solo brindar información y educación sobre salud, sino también involucrar a las comunidades en la toma de decisiones y en la gestión de los servicios de salud. En España, por ejemplo, se han implementado programas de participación comunitaria que han demostrado mejorar la adherencia al tratamiento y la promoción de estilos de vida saludables.
El segundo pilar, el fortalecimiento de la colaboración intersectorial, identifica que los determinantes de la salud van más allá del ámbito puramente sanitario. Factores como la educación, el empleo, la vivienda y el medio ambiente tienen un impacto significativo en la salud de las personas. Por lo tanto, es fundamental trabajar en colaboración con otros sectores para abordar estos determinantes de manera integral. En España, se han desarrollado iniciativas de salud intersectoriales que han logrado reducir las desigualdades en salud y mejorar los resultados sanitarios en comunidades desfavorecidas.
El tercer pilar, la reorientación de los servicios de salud, se centra en cambiar el enfoque de la atención hacia un modelo más centrado en el paciente y en la comunidad. Esto implica no solo tratar las enfermedades, sino también promover la salud y prevenir la enfermedad a través de intervenciones basadas en la evidencia y adaptadas a las necesidades locales. En España, se han implementado modelos de atención centrados en el paciente que han demostrado mejorar la satisfacción de los pacientes y la eficiencia del sistema.
El cuarto pilar, el fortalecimiento de la capacidad institucional, reconoce la importancia de contar con sistemas de salud sólidos y resilientes. Esto implica invertir en infraestructura, tecnología, recursos humanos y sistemas de información para garantizar la prestación de servicios de salud de calidad. En España, se han realizado inversiones significativas en la infraestructura de atención primaria, incluyendo la construcción de nuevos centros de salud y la modernización de equipos y tecnologías.
Desde la atención primaria y salud pública debemos:
Promover la prevención: fomentar estilos de vida saludables a través de campañas de concientización sobre la importancia de la actividad física, una dieta equilibrada, el abandono del tabaco y el consumo excesivo de alcohol.
Mejorar el acceso a la atención: implementar estrategias para reducir las barreras de acceso a la atención primaria, como la ampliación de horarios de atención, la telemedicina y la asignación de recursos en áreas desatendidas.
Fortalecer la coordinación entre niveles de atención: facilitar la comunicación y la colaboración entre los diferentes niveles de atención, incluidos los centros de atención primaria, los hospitales y los servicios de salud mental, para garantizar una atención integral y continua.
Abordar determinantes sociales de la salud: trabajar en colaboración con otras áreas gubernamentales y organizaciones comunitarias para afrontar factores sociales, económicos y ambientales que influyen en la salud, como la pobreza, la educación y el acceso a la vivienda.
Promover la participación comunitaria: involucrar a la comunidad en la planificación, implementación y evaluación de programas de salud, reconociendo su experiencia y conocimientos locales.
Adoptar tecnologías innovadoras: integrar tecnologías de la información y la comunicación en la prestación de servicios de salud, como la telemedicina, los registros médicos electrónicos y las aplicaciones móviles de salud, para mejorar la accesibilidad y la eficiencia de la atención.
Capacitar y apoyar a los profesionales de la salud: brindar oportunidades de formación y desarrollo profesional continuo para el personal de atención primaria, así como apoyo emocional y recursos para prevenir el agotamiento y mejorar la satisfacción laboral.
En el simposio Internacional “Transformando la atención primaria de salud: de España a Europa”, celebrado en el Ministerio de Sanidad de España, en Madrid, y organizado por el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud, OMS Europa, que apoya y promueve la formulación de políticas de salud basadas en la evidencia, debemos destacar como puntos clave:
En la era posterior a la COVID, competimos por los recursos. Tenemos que seguir demostrando que la atención primaria tiene una buena relación calidad-precio.
La equidad, los derechos humanos y la justicia social siguen siendo los principios rectores de la atención primaria, haciéndose eco de la esencia de Alma Ata incluso 45 años después.
La atención primaria no se trata solo de brindar atención; es la piedra angular de la cohesión social y debe ser atesorada.
La atención de calidad exige tiempo: comunicarse, escuchar y considerar el contexto único del paciente.
Los profesionales anhelan colaborar, pero a menudo carecen de los recursos y el tiempo necesarios. Empoderarlos para que cumplan con sus funciones es primordial.
En España, la atención primaria ha contribuido significativamente a la promoción de la salud. Las bajas admisiones hospitalarias muestran que la atención primaria tiene una sólida capacidad de resolución, particularmente en enfermedades crónicas.
El dinero por sí solo no es la solución. Debemos alinear a las partes interesadas, el compromiso político, los recursos, las reformas, los líderes, etc.
España, Eslovenia, Finlandia, Países Bajos y Reino Unido compartieron experiencias sobre varias estrategias, incluidas las soluciones centradas en la persona, el intercambio de tareas entre los profesionales de la salud, los nuevos roles como los prescriptores sociales y la distribución de fondos. El apoyo de la Comisión Europea es a menudo tan simple como reunir a las personas para que se escuchen entre sí.
Si bien España ha logrado avances significativos en la atención primaria de salud, todavía hay margen para mejorar y aprender de las experiencias de otros países europeos. La estrategia de la OMS proporciona un marco sólido para guiar estas mejoras y promover la colaboración entre países en la región. Al compartir buenas prácticas, datos y recursos, los países europeos pueden trabajar juntos para fortalecer sus sistemas de salud y garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud integrales y de calidad.
La atención primaria de salud es un componente fundamental de los sistemas de salud en Europa y en todo el mundo. Desde España, un país que ha destacado en este ámbito, podemos aprender lecciones valiosas sobre cómo fortalecer y mejorar la atención primaria. La estrategia de la OMS proporciona un marco sólido para guiar estas mejoras y promover la colaboración entre países en Europa. Al trabajar juntos, podemos construir sistemas de salud más sólidos, resilientes y centrados en las necesidades de las personas y las comunidades.
Como conclusión: la transformación de la atención primaria de salud de España a Europa en 2024 representa un desafío significativo, pero necesario en el camino hacia sistemas de salud más equitativos, eficientes y centrados en el paciente. La OMS tiene la responsabilidad y la capacidad de liderar este proceso, proporcionando una dirección estratégica, apoyo técnico y recursos financieros para ayudar a los países a alcanzar sus objetivos en materia de salud. Solo a través de un esfuerzo conjunto y coordinado podemos garantizar que todos tengan acceso a servicios de salud de calidad y que nadie se quede atrás.