Tengo 63 años y sufro constantes olvidos y despistes. Incluso he visto en un par de ocasiones a personas que conocía, pero en ese momento no sabía cómo se llamaban. Estoy muy preocupada y me gustaría saber si tengo Alzheimer.

“¿Quién llamó al teléfono?”, “¿quién vino a verme ayer?”, “¿qué hemos comido?”…
El Alzheimer puede empezar a manifestarse a partir de estas primeras lagunas de memoria que comportan la dificultad para recordar acciones recientes, fechas, citas… como pone de manifiesto el personaje de Julianne Moore en la película Still Alice, sobre una profesora universitaria que empieza a tener síntomas de esta demencia.

Es frecuente en la consulta del médico escuchar quejas de ese estilo pero no debemos alarmarnos, no todos los problemas de memoria son Alzheimer. Trastornos como la depresión y la ansiedad, la falta de vitaminas, o el hipotiroidismo, entre otras, así como los efectos secundarios de ciertas medicaciones, pueden causar problemas de memoria, pero afortunadamente son aspectos que pueden ser tratados.

Es normal olvidar momentáneamente algo, pero no olvidar la existencia de ese objeto o para qué sirve, es importante hacer una distinción entre los problemas de recuperación y los de almacenamiento.

La pérdida de memoria asociada al envejecimiento se caracteriza por pequeños despistes. A medida que envejecemos, nuestro cerebro y sistema nervioso pasan por cambios naturales, pierden peso y neuronas y esto se traduce en una atrofia. Nuestro cerebro pasa a parecerse a una nuez. La reducción en el pensamiento, la memoria y la capacidad cognitiva es una parte normal del envejecimiento. Estos cambios no son iguales en todas las personas y la prevención mediante los llamados factores protectores ayudan al cerebro a mantenerse activo y fuerte.
Los factores protectores más importantes o beneficiosos para nuestro cerebro son:

– Ejercicio cognitivo regular al menos 20 minutos diarios o educación reglada.
– Ejercicio físico regular.
– Dieta saludable, dieta mediterránea, consumo de ácidos grasos amaga 3, vitaminas del grupo B y antioxidantes.
– Vida social activa.
– Prevención y control de los factores de riego vascular.

Cuando los problemas de memoria se hacen más evidentes o habituales, los familiares o amigos cercanos son conscientes de este cambio pero todo ello no interfiere en las actividades de tu vida diaria estaremos ante el llamado Deterioro Cognitivo Leve (DCL).
Este Deterioro Cognitivo Leve constituye un estado transicional entre el envejecimiento normal y la demencia leve aunque no todos los pacientes con DCL evolucionan a demencia, únicamente alrededor de un 20%.

En cuanto al tratamiento reclamaremos la importancia de la combinación del tratamiento farmacológico con el no farmacológico ya mencionado anteriormente.
En cuanto a tratamiento farmacológico se han ensayado diferentes opciones, fármacos aprobados para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, nootropos, citicolina, vaso-dilatadores, vitamina E, Ginkgo biloba, los ácidos grasos omega-3, así como la DHA.
Pero ¿qué ocurre cuando estos problemas de memoria de los que hablamos se intensifican y comienzan a interferir en la vida diaria de la persona?

Cuando la persona pierde su independencia para las tareas llamadas instrumentales como pueden ser, planificar compras y tareas, realizar compras, manejar el dinero, cocinar, realizar gestiones domésticas y bancarias, utilizar transportes públicos, manejar la medicación, … es cuando hablamos de un posible inicio de demencia.

Matizando la palabra posible ya que el médico realizará exámenes y pruebas clínicas como analíticas, pruebas de neuroimagen y exploraciones neurológicas para descartar que tales síntomas referidos anteriormente se puedan explicar por otra patología.

Existen demencias potencialmente reversibles. La prevalencia de estas demencias se es-tima entre un 10% y un 30%, dependiendo de la fuente que se consulte. Las demencias reversibles son aquellas en las que al tratar al paciente, se puede recuperar el estado cognitivo previo al cuadro demencial producido por X causa, por ello a estas se las denomina demencias secundarias.

Aunque la mayoría de los tipos de demencia son irreversibles (degenerativas). Irreversible significa que los cambios en el cerebro que están causando la demencia no pueden detenerse ni revertirse y la Enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia.
Como mencionábamos al comienzo de este artículo, la mayoría de los pacientes que acu-den a consulta refieren el mismo tipo de quejas como son la repetición frecuente de preguntas, colocar cosas en lugares equivocados, pérdida del sentido de la orientación, problemas para resolver tareas habituales, cambios bruscos de humor, falta de interés por los hobbies, falta de vocabulario, … haremos un breve esquema de las preguntas que el médico podrá hacerle para orientarse en el diagnóstico.

1.- ¿Hace cuánto ocurre?
2.- ¿Cómo comienza, de forma brusca de un día a otro o con un inicio lento, poco a poco?
3.- ¿Progresan los problemas referidos o por el contrario mejoran o están estables desde su inicio?
4.- ¿Qué tal está el ánimo?
5.- Si el ánimo es bajo, ¿las temporadas en las que mejora cree que también lo ha-ce su memoria?
6.- ¿Ha notado alguna dificultad en las actividades de su día a día? ¿Hay tareas que antes hiciese sin dificultad y ahora le cuesten más esfuerzo o incluso necesite ayuda para realizarlas?
Para finalizar recordaremos la importancia de los factores protectores para la mejora de la función cognitiva y entre ellos mencionaremos los cuadernos de estimulación cognitiva Cuadernos AKKER con 3 niveles de dificultad adaptados a cada estadio y que cuentan con 5 variaciones de cada nivel para disponer de una mayor variedad de ejercicios a realizar.
Mime su cerebro hoy, mañana lo agradecerá.

Edurne Otegui y Anabel Campos