La palabra vocación proviene del latín “vocatio” que significa: llamado. La vocación profesional se refiere a esa inclinación natural que una persona experimenta hacia una actividad específica. No se trata de decidir una profesión a la que vamos a dedicar la mayor parte de nuestro tiempo a lo largo de nuestra vida; implica descubrir aquello que nos interesa, en lo que somos buenos y que nos permite sentirnos realizados y aportar nuestro granito de arena al mundo para dejarlo un poco mejor que cuando llegamos.
Precisamente, la medicina es una profesión que siempre ha estado relacionada con la vocación. Dicho impulso vocacional, además de ser individual e interior, también se encuentra influenciado por razones externas, como la familia. Ya lo señaló el presidente de New Medical Economics, José María Martínez García, en el Nº185 de la revista, “la vocación por la gestión sanitaria puede ser heredada de padres a hijos debido a causas genéticas que pueden influir en la personalidad y los intereses. Somos 50% genética y 50% influencia del ambiente. Si con la educación y el ejemplo logramos desarrollar esa predisposición genética asociando factores ambientales positivos conseguiremos potenciar nuestras vocaciones y las de nuestras familias y con ello crearemos sociedades más justas, prósperas y libres”.
Este es el caso del Prof. Fernández-Vigo, un claro ejemplo de vocación y pasión por la profesión e investigación que ha sido transmitida a sus descendientes, quienes han seguido su estela con plena convicción y una exigente formación. Pese a no tener referentes cercanos que desempeñaran una actividad similar, con tan solo 12 años, en el Prof. Fernández-Vigo germinó un enorme interés por la oftalmología. Para Fernández-Vigo no es solo una profesión, sino una “forma de entender la vida”.
Se formó y empezó a madurar su vocación en Santiago de Compostela y posteriormente en Extremadura, ganó la cátedra con 34 años y más tarde se mudó a Madrid, ciudad donde reside. Actualmente, el Prof. Fernández-Vigo dirige el Centro Internacional de Oftalmología Avanzada (CIOA), una institución médica dedicada a la atención integral de la visión, de los ojos y de sus enfermedades. El CIOA está formado por tres clínicas, ubicadas en las ciudades de Madrid, Badajoz y Évora (Portugal).
Sus motivaciones siempre han sido la asistencia clínica, el trato con el paciente y la docencia, pero lo que le ha ido moviendo especialmente a lo largo de todo este tiempo ha sido la investigación como actividad eminentemente creativa, “la búsqueda de soluciones a los problemas que nos encontramos en la clínica, un esfuerzo intelectual de primera categoría tremendamente enriquecedor. Ojalá no me falten nunca los retos, los proyectos de investigación porque si me los quitan me quedo sin ilusión, que es el motor de la vida”.
El Prof. Fernández-Vigo siempre ha buscado la excelencia en todos los ámbitos de su vida: en la investigación, en la oftalmología y en la familia. Todos sus empeños e ilusión han estado dirigidos a mejorar cada uno de estos aspectos, que han servido de modelo para el desarrollo de la vocación familiar de sus cuatro hijos. “Si ven que eres feliz trabajando por tu pasión, de alguna manera se contagia. Todos mis hijos alrededor de los 10 años me pidieron entrar en el quirófano por voluntad propia, tenían esa curiosidad innata por la profesión”, confiesa el Prof. Fernández-Vigo.
La oftalmología no solo ha sido una profesión para el Prof. Fernández-Vigo, sino que ha sido el eje principal sobre el que ha creado su proyecto de vida, “en total somos 8 oftalmólogos en la familia, mi mujer Ana Macarro que ha sido un soporte fundamental del proyecto, mis dos hijos mayores y mi sobrino, cuyas parejas también trabajan en este ámbito. Además, de mis dos hijos menores, uno se encuentra estudiando medicina y otro se va a examinar pronto de la EVAU con la intención de estudiar esta ciencia”, afirma Fernández-Vigo.
José Ignacio Fernández-Vigo Escribano, el segundo de sus hijos, recuerda cómo todos los días después del colegio pasaba por la consulta de su padre, durante la adolescencia le ayudaba con algunas tareas relacionadas con la investigación. A José Ignacio le encandiló la oftalmología y la ilusión con la que trabajaba su padre, “eso nos caló y por eso hemos decidido seguir los pasos y la trayectoria de esta especialidad tan bonita y completa. Al final todos nos hemos enganchado a ella”.
Con 37 años, José Ignacio Fernández- Vigo, especialista en retina, desarrolla su actividad profesional en la medicina pública de la mano del prestigioso Prof. García Feijóo en el Hospital Clínico San Carlos y en la medicina privada con su familia. Con un curriculum excepcional para su edad (145 publicaciones indexadas, 28 capítulos de libros, 37 premios científicos nacionales e internacionales, 281 comunicaciones a congresos, investigador en 35 ensayos clínicos y un largo etcétera), la Sociedad Española de Oftalmología le otorgó el Premio Arruga 2023 al mejor oftalmólogo joven de España menor de 40 años, “es una recompensa al esfuerzo y trabajo continuado desde hace muchos años, la oftalmología para mí nunca ha tenido horario”, indicó. “Este galardón también tiene una parte del esfuerzo y apoyo de la familia que trabajamos en CIOA, que me han animado y apoyado en los momentos de mayor carga de trabajo”.
El impacto de la investigación clínica en el desarrollo de la oftalmología
La oftalmología, como rama de la medicina, es una ciencia que ha avanzado drásticamente en las últimas décadas gracias a diversos factores, como el desarrollo de la tecnología, la mejora de la comunicación entre especialistas y la investigación clínica. Para que los pacientes reciban la mejor atención es importante que día a día se apueste por nuevos métodos de diagnóstico, técnicas para la aplicación de los tratamientos y medicamentos más eficientes y accesibles para ellos.
Todo lo que se conoce actualmente de la medicina en todas sus ramas, es consecuencia de cientos de investigaciones y experimentos que han llevado a cabo los médicos desde hace siglos. Los avances metodológicos y cognitivos de las ciencias médicas son el fruto de las investigaciones, que constituyen la parte fundamental de la adquisición y la generación de nuevos conocimientos. Tanto es así, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha manifestado la necesidad de que tanto el sector público como el privado invierta en el desarrollo de investigación de la salud.
Para la familia Fernández-Vigo, los proyectos de investigación suponen una de sus mayores fuentes de ilusión y motivación: “un proyecto de investigación pocas veces es rentable y supone mucho tiempo de trabajo, pero se hace porque es tu vocación. Sientes que aportas soluciones a la sociedad y te consideras útil”. Además, trabajar la familia unida supone una ventaja competitiva frente a otras clínicas “tenemos mucho más compromiso con el proyecto y mucha más ilusión”, afirma José Ignacio Fernández-Vigo.
Como señala el Prof. José Fernández-Vigo, la oftalmología resulta tan atractiva debido a que es una especialidad médico-quirúrgica que les otorga autonomía y que permite desarrollar proyectos de investigación apasionantes. Sin embargo, lamenta la situación vigente de la investigación oftalmológica ya que no sienten el respaldo de las instituciones públicas. “La burocratización de la investigación es de tal categoría que hemos renunciado a proyectos por las trabas que nos pone un sistema destinado a controlar nuestras actividades, con decenas de técnicos, asesores, consultores, auditores… vigilando nuestro trabajo y debiendo dedicar gran parte de nuestro tiempo, esfuerzo y medios a cumplir una normativa absolutamente limitante”. Actualmente, la investigación que lleva a cabo no la realiza a través de la universidad, donde las trabas son todavía mayores, sino a través de su empresa donde goza de algo más de libertad: “Los proyectos de investigación que presentamos ya no son proyectos puramente académicos, sino que se realizan a través del CIOA. Las instituciones públicas no facilitan la investigación y debemos asumir como empresa la inversión para poder llevar a cabo esa investigación”, reclama.
La I+D tiene una gran importancia en CIOA. “Hemos trabajado mucho en modelos predictivos y en diagnóstico por imagen para obtener biomarcadores que puedan guiar tanto la posible respuesta al tratamiento como diagnósticos más certeros”, cuenta José Ignacio Fernández- Vigo.
En la actualidad están desarrollando varios proyectos tecnológicos, incluido un robot de diagnóstico de enfermedades basado en IA en colaboración con Telefónica. Tanto este proyecto como muchos otros se están llevando a cabo conjuntamente con el Grupo VARPA de la Universidad de La Coruña y el Hospital Clínico San Carlos. Según indica el Prof. Fernández-Vigo: “La inteligencia artificial es capaz de obtener muchísima más información que el ser humano. Los oftalmólogos nunca nos habíamos imaginado que viendo el fondo del ojo pudiéramos diferenciar si el paciente era hombre o mujer hasta la llegada de la IA, que acierta hasta en el 97% el sexo de los pacientes”.
La telemedicina es otro de los avances con gran aplicabilidad en la oftalmología y uno de los retos del CIOA. “Nuestro afán es poder llevar la telemedicina a las residencias de ancianos, al mundo rural y a países subdesarrollados. Con el proyecto Ocuexplorer 5G en colaboración con Telefónica hemos conseguido diagnósticos de fondo de ojo en remoto en tan solo 14 segundos y con un nivel de acierto superior al 80%”, señala José Ignacio Fernández-Vigo. “La oftalmología se encuentra en un período convulso con grandes retos tecnológicos, como hemos descrito, y profesionales, provocados por la entrada de fondos de inversión que cambian nuestro “statu quo” y el modelo de negocio”.
La Sociedad Española de Oftalmología (SEO) tiene un papel fundamental para el avance de la profesión y de que todos estos proyectos se hagan realidad. Es de vital importancia hacer un esfuerzo conjunto para que los oftalmólogos se sientan lo suficientemente motivados como para formar parte de la SEO, “hay tareas pendientes porque solo 2600 oftalmólogos de 4000 pertenecemos a ella”, comenta el Prof. Fernández-Vigo. “La SEO está realizando un gran esfuerzo en cuanto a la necesaria modernización y digitalización de la misma para atraer especialmente a los oftalmólogos jóvenes, para adaptarse a los nuevos tiempos en cuanto a formación, defensa de la profesión y contenidos”, subraya José Ignacio Fernández-Vigo.
No cabe duda de que la investigación científica es un arte que tiene un enorme potencial de creatividad y desarrollo, y aunque aún quede mucho camino por recorrer, la familia Fernández-Vigo intentará continuar ese legado durante muchas generaciones, aportando valor, desarrollando conocimiento, excelencia y por supuesto, ofreciendo lo mejor a sus pacientes.
Carmen Tornero Fernández. Redactora jefe en New Medical Economics
Jesús González Bonilla. Redacción y diseño en New Medical Economics