El pasado día 12 de diciembre se celebró el Día de la Cobertura Sanitaria Universal, desde la OMS se insta y solicita a los gobiernos que den prioridad máxima a las inversiones en la construcción de sistemas de salud resilientes para salvaguardar la salud y el bienestar de todas las personas, en todos los lugares del mundo.
Es este un mundo cada vez más turbulento, el cambio climático, las emergencias y otras conmociones van a tener un impacto aún mayor en los sistemas de salud y en las personas que más los necesitan. Más del 40% de las personas en el mundo ya viven en zonas altamente susceptibles al cambio climático. Más de una cuarta parte de la población mundial vive en entornos afectados por conflictos prolongados, pobreza y falta de acceso a los servicios básicos de salud.
Las necesidades humanitarias mundiales han alcanzado niveles récord con más de 360 millones de personas necesitadas en todo el mundo. Al mismo tiempo, la mitad de la población mundial no está completamente cubierta por los servicios de salud esenciales y 2 mil millones de personas se enfrentan a dificultades financieras o están empobrecidas debido al gasto de salud de bolsillo. Sin una acción urgente, estas brechas solo se ampliarán.
La OMS conmemoró este año su 75 aniversario, se constituye con la convicción de que la salud es un derecho humano. Derecho que garantizar y facilitar con la cobertura sanitaria universal. El invertir en sistemas de salud resilientes, basados en una fuerte atención primaria de la salud, es el camino más inclusivo, equitativo y rentable hacia la cobertura sanitaria universal.
Los sistemas de salud que pueden responder a las conmociones y soportar las presiones son cruciales para reducir eficazmente la carga de enfermedades en el mundo y evitar los millones de muertes adicionales cada año, que se esperan como resultado de la crisis climática, los riesgos ambientales evitables y las complejas emergencias sanitarias.
Desde la OMS se está trabajando con los países para reorientar los sistemas de salud hacia una atención primaria de salud, este enfoque puede ayudar a prestar el 90% de los servicios de salud esenciales mientras salva 60 millones de vidas para 2030, para acelerar el progreso hacia la cobertura sanitaria universal. Los grupos defensores de la juventud exigen a los gobiernos que tomen medidas al respecto con iniciativas para fomentar la cobertura universal de la salud.
‘La confianza y la transformación van de la mano’
Con el reciente informe sobre el gasto sanitario mundial de 2023, la OMS realizó un nuevo Informe de Gasto Sanitario Mundial y una base de datos que arroja nueva luz sobre la evolución del gasto sanitario mundial en el apogeo de la pandemia de la COVID-19 y las lecciones que se pueden aprender para preparar los sistemas de salud para el futuro.
El informe revela que en 2021 el gasto mundial en salud alcanzó un nuevo máximo de 9,8 billones de dólares o el 10,3 % del PIB mundial. Sin embargo, la distribución del gasto siguió siendo muy desigual. En 2021, alrededor del 11 % de la población mundial vivía en países que gastaban menos de 50 dólares por persona al año, mientras que el gasto promedio per cápita en salud era de alrededor de 4000 dólares en países de altos ingresos. Los países de bajos ingresos representaron solo el 0,24% del gasto mundial en salud, a pesar de tener una participación del 8% de la población mundial.
Debemos de tratar de ofrecer atención de calidad a todos, en todas partes y en todo momento. La OMS, el Banco Mundial y el British Medical Journal (BMJ) lanzaron una nueva colección de artículos sobre la calidad de la atención médica. La colección hace hincapié en que la calidad del servicio de salud debe ser una prioridad, no una idea de último momento, incluso durante las emergencias. Los autores comparten experiencias y soluciones probadas, y piden una mayor inversión y atención política a los problemas de calidad, no solo al acceso, como piedra angular de la cobertura sanitaria universal.
Son muchos los datos, directrices y estrategias aportadas en la recientemente conferencia de alto nivel celebrada los días 12 y 13 de diciembre 2023 en Tallinn, Estonia, titulada “Confianza y transformación. Sistemas de salud resilientes y sostenibles para el futuro”.
¿Por qué “confianza» y «transformación»? Después de la pandemia y con la actual situación social, política y económica, varios estudios y encuestas han señalado una creciente falta de confianza en las instituciones y los políticos, con el consiguiente impacto en los sistemas de salud. La gente no confía en que los servicios de salud se faciliten cuando sean necesarios; los trabajadores de la salud y de la atención médica están perdiendo la confianza y no se sienten valorados; y los políticos no confían en la capacidad de los sistemas de salud para reformarse frente a los nuevos desafíos como: las innovaciones digitales o para abordar asuntos como el envejecimiento demográfico y el aumento de las comorbilidades. Como conclusión, la confianza pública en los líderes de la ciencia y la salud se ha sacudido, con los profesionales de la salud dejando sus profesiones y los responsables de la toma de decisiones preocupados por el rendimiento del sistema e inseguros sobre dónde y cómo invertir mejor.
OMS/Europa está trabajando en estrecha colaboración con el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud para garantizar una base de evidencia, solicitando un cambio en la forma en la que se abordan los desafíos de los sistemas de salud, centrándose en las personas. Las personas (pacientes, trabajadores de la salud y sus interacciones) son el centro y la prioridad.
La primera premisa que subyace de la conferencia es que la confianza y la transformación van de la mano. La segunda es que la transformación es más probable si las personas están primera línea, pacientes y trabajadores de la salud, identifican y abordan los problemas y desafíos a los que se enfrentan.
Se debe centrar en reconstruir la confianza, proporcionando ejemplos concretos de políticas escalables que reflejen un sentido de cocreación por parte de los pacientes y los profesionales de la salud. También en utilizar las herramientas y enfoques necesarios para medir y gestionar la transformación, destacando ejemplos de dónde, qué y cómo invertir para apoyar el cambio sostenible.
Presentar un marco actualizado de evaluación del rendimiento del sistema de salud que haga referencia a nuevos elementos importantes, como la digitalización y el cambio climático, y tomar en cuenta las lecciones de la pandemia de la COVID-19.
Hay que destacar como asuntos tratados: los sistemas de salud de doble vía; prestación de servicios en contextos de emergencia; iniciativas digitales; protección financiera; participación de los jóvenes y la sociedad civil; ecologización sostenible de los sistemas de salud; abordar los desafíos de la fuerza laboral; y la medicina de precisión.
Los sistemas de salud deben gastar mejor para garantizar salud para todos y para optimizar los gastos, deben centrarse principalmente en: atención primaria, salud en el trabajo, salud digital, salud mental. Para abordar las cambiantes necesidades de salud de la población en el contexto de los desafíos a largo plazo y emergentes, los sistemas de salud deben hacerlo mejor con menos. La transformación de la prestación de servicios de salud hacia modelos centrados en la persona que tienen como objetivo mejorar los resultados y minimizar la carga para los pacientes y el sistema de salud es vital para lograr este objetivo.
Los responsables políticos tienen la capacidad de impulsar este tipo de transformación de muchas maneras. Los requisitos previos fundamentales para todos ellos son: la comprensión de que su papel principal es permitir en lugar de imponer el cambio; y una buena comprensión de la economía política en torno a la prestación de servicios de salud en su propio entorno. La colaboración entre países puede ayudar a inspirar y dar forma a los esfuerzos de transformación, pero la adaptación a las particularidades de cada sistema es necesaria y solo puede tener éxito si se basa en una participación significativa de las partes interesada
La cobertura sanitaria universal significa que todas las personas pueden acceder a los servicios de salud que necesitan, sin dificultades financieras. A través de una nueva declaración política sobre la cobertura sanitaria universal en septiembre de 2023, los líderes mundiales se comprometieron a redoblar sus esfuerzos para lograr la cobertura sanitaria universal para 2030. Estos compromisos ahora deben convertirse en inversiones en sistemas de salud resilientes.