Sr. Lavandeira,

Tras la lectura de su reciente artículo titulado “El nuevo Real Decreto de prescripción enfermera, ¿en qué ayuda a los pacientes?” siento comunicarle que en todo el mismo no se ve ni un atisbo de beneficio para nuestros pacientes: tan solo seguridad jurídica para el personal de enfermería. Como enfermero y médico con experiencia de años en ambas profesiones, le aseguro que no trae beneficio alguno para nuestros pacientes ni para la gran mayoría de los enfermeros españoles. Es más, le puedo adelantar que es algo muy negativo para todos, si bien hay una pequeña parte de la enfermería nacional que se beneficia y favorece con esta posible iniciativa.

A la enfermería se le va a cargar de una actividad que no se le va a reconocer, compensar cargas laborales, premiar, facilitar y mucho menos pagar. Al paciente le supone un riesgo al intentarse facilitar una orden de dispensación de fármacos (la prescripción le recuerdo que es un acto médico u odontológico) sin formación específica para ello en la carrera de enfermería (es un grado y no un máster como en medicina, se lo recuerdo) y con una supuesta capacitación automática por antigüedad o bien por un corto curso online. Al médico le va a suponer un incremento de la carga laboral y de las derivaciones incluso ya desde su propio centro pues se esperan que los futuros protocolos (no son una realidad hasta este momento) van a ser muy restrictivos a la hora de los supuestos de esas continuaciones de un tratamiento que se pudieran realizar.

Finalmente, le recuerdo que la continuación de un tratamiento es algo que ya está muy sobrepasado por medio de la prescripción médica con recetas digitales, por lo que bien poca argumentación tendría poner a una enfermera a realizar continuaciones de tratamiento que bien puede realizar su médico como siempre.

 

Manuel Mª Ortega Marlasca,

Especialista en medicina familiar y comunitaria. Doctor en medicina.