La diabetes es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en el mundo, afectando a millones de personas y generando una enorme carga sobre los sistemas de salud. Según la Federación Internacional de Diabetes, más de 537 millones de personas viven con esta condición a nivel global, y se prevé que ese número siga aumentando. El manejo adecuado de la diabetes implica un monitoreo constante, un control preciso de la glucosa en sangre, ajustes en la dieta y el ejercicio, y, en muchos casos, la administración de insulina. Todo ello representa un desafío tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud.

En este contexto, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como una herramienta poderosa que está transformando el manejo de la diabetes. No solo está mejorando la calidad de vida de los pacientes, sino que también está optimizando la eficiencia de los sistemas sanitarios. Desde dispositivos de monitoreo continuo hasta algoritmos que personalizan tratamientos, la IA está revolucionando el control de esta enfermedad crónica.

El director de la Cátedra UdG-Dexcom, Josep Vehí, considera que lo más importante del uso de herramientas de IA para el control de la diabetes es que “dan mucha más seguridad a los pacientes, lo que significa una mejor calidad de vida”.

Uno de los aspectos más críticos en el manejo de la diabetes es la capacidad de los pacientes para controlar sus niveles de glucosa en sangre. Tradicionalmente, esto implicaba punciones frecuentes y mediciones manuales, lo que además de ser incómodo, no siempre proporcionaba una imagen completa de las alteraciones a lo largo del día.

Hoy en día, dispositivos de monitoreo continuo de glucosa (MCG), como los de Dexcom integran IA para proporcionar información en tiempo real y sin la necesidad de tantas intervenciones manuales. Estos dispositivos no solo registran los niveles de glucosa cada poco tiempo, sino que también emplean algoritmos avanzados que analizan los datos para alertar a los usuarios cuando se avecinan episodios peligrosos, como hipoglucemias o hiperglucemias. Sin embargo, el Prof. Vehí cree que si queremos obtener más beneficio de todo esto, “se deberían integrar los datos que se obtienen en tiempo real a través de los sensores con las datos obtenidos de la historia clínica”.

El verdadero avance de estos sistemas radica en su capacidad predictiva. Gracias a la IA, los MCG no se limitan a mostrar datos pasivos, sino que anticipan problemas antes de que ocurran, ayudando a los pacientes a actuar proactivamente. Esta capacidad de «prever» eventos no solo mejora el control de la enfermedad, sino que también reduce el estrés y la incertidumbre asociados al manejo diario de la diabetes.

Otro de los grandes beneficios de la IA es su capacidad para personalizar los tratamientos. Aunque existen pautas generales para el manejo de la diabetes, la respuesta de cada paciente es única. Factores como el metabolismo, la dieta, el nivel de actividad física o la respuesta a los medicamentos varían significativamente de persona a persona.

En este sentido, los algoritmos de aprendizaje automático están diseñados para adaptarse a las particularidades de cada paciente. Estos sistemas analizan grandes cantidades de datos sobre el comportamiento glucémico de cada persona, ajustando las dosis de insulina, los planes de alimentación o las recomendaciones de ejercicio en función de los patrones observados.

El uso de la IA en el manejo de la diabetes no solo beneficia a los pacientes, sino también a los sistemas sanitarios y a sus profesionales. “Gracias a la IA, podemos formar al paciente y dar información al médico para que al final se puedan tomar decisiones consensuadas o conjuntas”, cuenta el Prof. Vehí. El tratamiento de esta enfermedad crónica genera una demanda constante de recursos, desde consultas médicas frecuentes hasta hospitalizaciones por complicaciones. Con la ayuda de la IA, muchas de estas necesidades pueden reducirse.

El futuro del manejo de la diabetes con IA es prometedor, pero también exige un compromiso constante para superar los retos relacionados con la privacidad, la accesibilidad y la ética. Si se abordan adecuadamente, la IA no solo transformará el manejo de la diabetes, sino que también será un modelo para la gestión de otras enfermedades crónicas, mejorando la vida de millones de personas en todo el mundo.