Ring, ring….
“Llamaba para preguntar con cuántos días de antelación tengo que avisar para renunciar a la Residencia”.
“Hola, llamaba porque estoy desbordada de guardias. No puedo más. He empezado a tomar antidepresivos, pero me planteo dejar la profesión. Estoy muy agobiada y he perdido la ilusión”.
“Buenos días. Quiero ‘colgar la bata’ y llamaba por si tenéis localizada alguna página sobre empleo para médicos fuera de la asistencia, … En EEUU tienen esta página, que os envío, por si hay algo parecido en España”.
“Hola. Soy médica de familia y sigo pasando una consulta diaria de 45-50 pacientes. Estoy tomando orfidal cada día para afrontar la ansiedad tan intensa que sufro al ir al trabajo”.
“Buenas tardes. Soy estudiante de sexto de medicina y me planteo hacer el MIR fuera de España. ¿Me podrían pasar información sobre: Alemania, Irlanda y Francia?? Muchas gracias”.
Cada una de estas llamadas restan ilusiones, restan vocación… y, un día se convierten en una gráfica del Ministerio de Sanidad, que representa un descenso mantenido de médicos.
El “Informe anual del Sistema Nacional de Salud” del Ministerio de Sanidad, publicado en agosto de 2024, revela una curva descendente de profesionales médicos en laborales asistenciales, en el sector público y privado.
La caída de profesionales se inicia en 2020 y coincide con la sobrecarga y colapso del Sistema Sanitario. Las condiciones de trabajo extremas durante la COVID, las jornadas extenuantes de 24 horas y las consultas sobrecargadas, sin tiempo para los pacientes, afectan a la salud del profesional, la calidad de atención y la seguridad del paciente. La desafección, el desgaste y la perdida de motivación está poniendo en peligro el número de efectivos disponibles, y, en consecuencia:
Tener menos médicos en la asistencia equivale a una sobrecarga extrema, tras el azote de la COVID y el progresivo envejecimiento poblacional. Estamos a nivel sanitario en peor situación, y con menos efectivos.
Tener menos médicos en la asistencia, cuando un médico hace jornadas ilimitadas con guardias, equivale a tener un importante “agujero de horas” que sobrecarga al resto de médicos de la plantilla.
Tener menos médicos en la asistencia equivale a un ritmo de trabajo frenético, sin tiempo para el paciente, que produce desgaste profesional. Según el último estudio de la Escuela Nacional (1), “Prevalencia del síndrome de burnout en médicos que trabajan en España”, uno de cada cuatro médicos sufre burnout; y más de la mitad tiene algún síntoma de desgaste.
Tener menos médicos en la asistencia, dificulta la accesibilidad del paciente al sistema y engorda los tiempos de espera. Los datos de espera media de consulta a nivel estatal son: 10 días para Atención Primaria, 3 meses para Consulta Hospitalaria y 100 días de espera de cirugía no urgente (2).
Tener menos médicos en la asistencia equivale a tener, cada vez, menos médicos en la asistencia. Se van. No aguantan. Son esas llamadas de auxilio.
Por otro lado, hay más médicos colegiados que nunca, con un total de 301.684, según el último dato registrado del Instituto Nacional de Estadística (2003).
Hay más médicos colegiados que nunca pero menos en la asistencia, cada año, en los últimos años. ¿Qué está pasando?
Las difíciles condiciones de trabajo de España, los sueldos escasamente competitivos y la inestabilidad laboral han obligado a emigrar cada año a 400 – 600 médicos, según datos de colegiación médica en otros países de la Unión Europea. Por otro lado, hay un número difícil de cuantificar de médicos que se escapan en otras salidas laborales relacionadas con la medicina sin labores asistenciales: industria farmacéutica, etc. Otro porcentaje abandonan la profesión, es decir, cuelgan la bata. Y a todo esto, se suman las jubilaciones que seguirán siendo un factor determinante hasta 2028.
Hasta el momento, la solución se ha centrado en abrir más facultades o aumentar el número de plazas de medicina. Ya tenemos 53 facultades de medicina y el doble de plazas (9007 plazas MIR) que hace 10 años, pero las llamadas de auxilio de los médicos siguen. Es el momento de encontrar fórmulas que hagan atractiva la profesión, que motive a los profesionales y recuperen la ilusión y prestigio.
La clave está en poner el foco en las condiciones de trabajo y el reconocimiento profesional, todo ello regulado en el Estatuto Marco.
El Estatuto Marco es la normativa que regula las condiciones de trabajo de todos los empleados públicos de la sanidad y a día de hoy:
Vulnera la salud y seguridad del médico. Esta norma hace posible el desgaste profesional o burnout a través jornadas ilimitadas, obligatorias, mal pagadas y que no cotizan en tiempos para la jubilación.
Las guardias de 24 horas aumentan un 15% el riesgo de sufrir un evento cardiovascular, aumentan un 4% la incidencia de tumores, aumentan el riesgo de patología mental, aumentan la siniestralidad por accidentes de tráfico tras la guardia, etc.
La toma de decisiones bajo excesiva presión y agotamiento reduce el rendimiento y aumenta la probabilidad de error médico. Las jornadas de 24 h vulneran la seguridad en la toma de decisiones.
Por cada guardia de 24 horas del médico pasan 3 turnos de enfermería, auxiliares y celadores. Por cada médico de guardia debería haber 3 médicos contratados, al igual que en el resto de las profesiones sanitarias y no sanitarias.
Vulnera la calidad y la seguridad de la asistencia del ciudadano. Esta normativa hace posible que el paciente se enfrente al riesgo de ser operado por un médico que lleva 20 horas trabajando. La jornada del médico regulada en el Estatuto Marco va en contra del Código Deontológico (3) y por tanto, en contra del médico, de los pacientes y de la relación médico-paciente.
Cronifica la escasa retribución de los médicos. El sueldo base A1 con pagas extras incompletas es insuficiente para competir con Europa. El sueldo de los médicos españoles está a la cola salarial de la unión europea, y en concreto, los residentes son los peor pagados de Europa. Así lo recoge “El Libro blanco de condiciones laborales de los médicos europeos de FEMS” (4).
Presenta una escala de clasificación insuficiente para el médico. El médico se encuentra clasificado en el grupo A1 de los empleados públicos. La equiparación a otros empleados públicos para los que la titulación exigida son 4 años de grado representa un claro desajuste para los médicos especialistas del SNS. Para ejercer la medicina en el SNS es imprescindible ser médico especialista, que equivale a 12 años de formación de media. El grado de responsabilidad y formación del médico precisan de reconocimiento.
Las evidentes deficiencias del Estatuto Marco requerían de modificación y esta tarea se inició hace dos años. Recientemente, a través de la filtración del borrador normativo, sabemos que el nuevo texto mantendrá la misma situación de inseguridad para los pacientes y los médicos, restringirá libertades en el ejercicio, a través de nuevas cláusulas de incompatibilidad; y no reconocerá la responsabilidad del médico en el SNS. En esencia, no cambia lo verdaderamente relevante y, por tanto, no nos vale para revertir “la curva de caída de médicos”.
El código deontológico dice: “Artículo 7. 5. Siendo el sistema sanitario el instrumento principal de la sociedad para la atención y promoción de la salud, los médicos han de velar para que en él se den los requisitos de calidad, suficiencia asistencial y mantenimiento de los principios éticos. Están obligados a denunciar las deficiencias, en tanto puedan afectar a la correcta atención de los pacientes”.
Los médicos necesitamos un Estatuto propio del médico que regule la condición especial del ejercicio de la medicina, adaptado al Código Deontológico, y contenga:
Reconocimiento profesional con Categoría A+: acorde a nuestra responsabilidad y formación Grado+Master+FSE.
Jornadas limitadas, como cualquier trabajador. Las horas fuera de la jornada son horas extra.
Retribuciones dignas y competitivas con Europa. Sueldo base acorde con las exigencias formativas. Paga extra completa con todos los complementos.
Protección del médico frente a las agresiones. En este momento el médico es la principal víctima de agresiones del sistema sanitario. Las causas más frecuentes son debidas al colapso del sistema: tiempos de espera.
El observatorio de agresiones de la OMC apuntaba el pasado marzo de 2024 que: “Cada día dos médicos son agredidos en sus puestos de trabajo”. Los profesionales más agredidos son los médicos, y en concreto, las médicas de Atención Primaria (5).
Reconocimiento de la profesión de riesgo (6): exposición a agentes biológicos, nocturnidad, el doble riesgo de suicidio con respecto a la población general, etc.
Este es el momento de decidir cómo va a ser la regulación de nuestro ejercicio médico, de parar la fuga, de protegernos y proteger a los pacientes, de que paren las llamadas de auxilio.
Bibliografía
“Prevalencia del síndrome de burnout en médicos que trabajan en España:revisión sistemática y metaanálisis”. Prevalence of burnout syndrome in physicians working in Spain: systematic review and meta-analysis”.
Informe anual del Sistema Nacional de Salud. Ministerio de Sanidad.
Código Deontológico: “Artículo 7. 5. Siendo el sistema sanitario el instrumento principal de la sociedad para la atención y promoción de la salud, los médicos han de velar para que en él se den los requisitos de calidad, suficiencia asistencial y mantenimiento de los principios éticos. Están obligados a denunciar las deficiencias, en tanto puedan afectar a la correcta atención de los pacientes”.
European Doctors Working conditions. A FEMS White book.
Observatorio de Agresiones de la OMC.
La medicina es una profesión de riesgo.
Sheila Justo Sánchez, Vicepresidenta de Amyts (Asociación de Médicos Titulados Superiores de Madrid)