En el mundo empresarial, la frase «contratar despacio y despedir rápido» se ha convertido en un principio fundamental para muchos líderes y reclutadores experimentados. Este enfoque resalta la importancia de realizar un proceso de contratación meticuloso y detallado, asegurando que los nuevos empleados no solo posean las habilidades técnicas necesarias, sino que también se ajusten a la cultura y valores de la empresa. Uno de los elementos más cruciales de este proceso es la habilidad de «leer a las personas» durante las entrevistas y formular las preguntas adecuadas para conocer realmente al candidato. Leer a las personas implica observar y entender tanto lo que se dice como lo que no se dice durante una entrevista. Se trata de captar señales no verbales, interpretar las emociones y evaluar la autenticidad del candidato. Esta percepción es esencial porque los candidatos, a menudo, presentan una versión pulida y ensayada de sí mismos, ocultando características que podrían no ser evidentes a primera vista. Al leer correctamente a una persona, un entrevistador puede evaluar la autenticidad y detectar señales de alerta que podrían impactar en el rendimiento o la integración del candidato en el equipo. Además, permite entender la verdadera motivación del candidato para unirse a la empresa, evaluando si busca un crecimiento a largo plazo o simplemente una posición temporal.
Una entrevista efectiva no se limita a hacer preguntas estándar, sino a formular las preguntas correctas que revelen la verdadera esencia del candidato. Algunas estrategias incluyen:
Preguntas situacionales y comportamentales: Preguntar sobre experiencias pasadas y cómo el candidato ha manejado situaciones similares a las que enfrentará en el puesto. Esto no solo revela habilidades técnicas, sino también la capacidad de resolución de problemas y el enfoque ante desafíos.
‘Una buena contratación puede ser una de las inversiones más valiosas que una empresa puede hacer’
Silencio estratégico: Después de que el candidato responde, el silencio puede ser una herramienta poderosa. Al no intervenir de inmediato, se le da espacio para expandirse, lo que a menudo lleva a revelaciones más profundas y sinceras.
Preguntas abiertas: Estas permiten que el candidato hable libremente, revelando no solo sus conocimientos, sino también su personalidad y valores.
Además, la investigación previa es fundamental para entender con quién se está tratando y evitar decisiones apresuradas. Revisar los antecedentes no solo implica verificar la educación y la experiencia laboral, sino también comprender el contexto en el que el candidato ha trabajado, los desafíos que ha enfrentado y cómo se ha desempeñado en diferentes ambientes. Involucrar a diferentes personas en el proceso de entrevista puede ofrecer perspectivas variadas y minimizar el sesgo personal. Se recomienda que estas personas provengan de áreas distintas a la del puesto para ofrecer una visión más completa.
Uno de los errores más comunes en la contratación es la prisa. La urgencia de cubrir una vacante puede llevar a decisiones precipitadas y, en última instancia, a malas contrataciones. Es esencial resistir la presión de llenar rápidamente un puesto y, en cambio, tomarse el tiempo necesario para encontrar al candidato adecuado. Una contratación precipitada puede resultar en mayores costos a largo plazo, tanto en términos de tiempo como de recursos. Finalmente, la filosofía de «contratar despacio y despedir rápido» enfatiza la necesidad de tomarse el tiempo necesario para asegurarse de que se contrate a la persona correcta desde el principio. Sin embargo, si se comete un error, es importante actuar rápidamente para corregirlo. Mantener a un empleado que no es adecuado para el puesto puede ser perjudicial no solo para el equipo, sino también para la moral y la cultura de la empresa. La clave para una contratación exitosa radica en la combinación de una lectura efectiva de las personas, la formulación de las preguntas correctas y la realización de una investigación exhaustiva. Al no apresurarse y enfocarse en estos aspectos, las empresas pueden asegurarse de construir un equipo sólido y cohesionado, alineado con sus objetivos a largo plazo. Recuerda, una buena contratación puede ser una de las inversiones más valiosas que una empresa puede hacer, mientras que una mala contratación puede ser un costoso error que se debe evitar a toda costa.