Durante los últimos cincuenta años, la vacunación se ha consolidado como uno de los pilares fundamentales de la salud pública mundial. Desde la erradicación de enfermedades mortales hasta el desarrollo de plataformas tecnológicas innovadoras, la historia de la vacunación refleja no solo avances científicos, sino también desafíos éticos, sociales y económicos. Este artículo propone un recorrido por los hitos más significativos de las últimas cinco décadas, reflexionando sobre las lecciones aprendidas y los desafíos actuales y futuros, con una perspectiva interdisciplinaria que puede interesar a profesionales de la salud, historiadores, científicos y ciudadanos preocupados por el bienestar colectivo.
El pasado: hitos y aprendizajes de cinco décadas de inmunización
Uno de los mayores logros de la vacunación fue la erradicación de la viruela, declarada oficialmente en 1980 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta proeza médica y logística fue posible gracias a una campaña de vacunación masiva que abarcó múltiples países y contextos socioeconómicos.
Durante las décadas de 1980 y 1990, se fortalecieron los Programas Ampliados de Inmunización (PAI), especialmente en países de ingresos bajos y medianos. Estos programas lograron incrementar la cobertura vacunal infantil, reducir la mortalidad por enfermedades prevenibles y fomentar la creación de sistemas nacionales de vigilancia epidemiológica. Paralelamente, el desarrollo de nuevas vacunas amplió el espectro de prevención. Se introdujeron vacunas contra enfermedades como la hepatitis B, el rotavirus y el virus del papiloma humano (VPH), ampliando los grupos etarios beneficiarios e incorporando un enfoque de salud a lo largo del curso de vida.
La introducción de vacunas conjugadas, como la del neumococo o la Haemophilus influenzae tipo b (Hib), fue un hito en la protección de poblaciones vulnerables como lactantes y adultos mayores. Estas vacunas no solo redujeron la incidencia de enfermedades invasivas, sino que también generaron inmunidad comunitaria, beneficiando indirectamente a personas no vacunadas.
Además de los avances biotecnológicos, surgieron lecciones cruciales sobre la importancia de la confianza del público en los sistemas de salud. La crisis de confianza derivada del fraude del artículo de Wakefield sobre la vacuna triple vírica (MMR) y el autismo dejó en evidencia el impacto que puede tener la desinformación en la percepción de riesgo y la cobertura vacunal.
La creación de alianzas público-privadas, como Gavi, The Vaccine Alliance, contribuyó a mejorar el acceso global a vacunas, movilizando financiamiento innovador y reduciendo brechas históricas en los países más pobres.
La equidad como eje estructural de la vacunación
Un aspecto clave que ha emergido con fuerza en las últimas décadas es la equidad en el acceso a vacunas. La pandemia de la COVID-19 fue un punto de inflexión. A pesar del desarrollo acelerado y exitoso de múltiples vacunas, la distribución desigual entre países ricos y pobres reveló una falla sistémica en la gobernanza de la salud global. Iniciativas como el mecanismo COVAX, liderado por Gavi, la OMS y CEPI, intentaron corregir estas desigualdades, pero encontraron múltiples obstáculos, desde limitaciones logísticas hasta nacionalismo vacunal.
Las disparidades no solo se observan entre países, sino también dentro de ellos. Factores como ubicación geográfica, nivel socioeconómico, pertenencia étnica o nivel educativo influyen directamente en el acceso a los servicios de inmunización. Por ello, la equidad debe concebirse no como una meta idealista, sino como un imperativo operativo en toda política vacunal.
La implementación de estrategias de vacunación diferenciadas, con enfoque de género, interculturalidad y participación comunitaria, se ha mostrado eficaz para mejorar la cobertura en zonas rurales o en poblaciones indígenas. La atención primaria en salud y los agentes comunitarios de salud juegan un rol fundamental en este contexto, actuando como puentes entre el sistema de salud y la comunidad.
Pandemias, clima y nuevos paradigmas tecnológicos
La irrupción del SARS-CoV-2 evidenció tanto el potencial como las limitaciones del sistema científico global. Las plataformas de ARN mensajero (ARNm), que ya se investigaban para otras patologías, demostraron ser una herramienta poderosa para la producción rápida de vacunas seguras y eficaces. Este tipo de tecnología plantea un cambio de paradigma: de modelos de producción lentos y centralizados a modelos ágiles, adaptables y descentralizados. Sin embargo, la pandemia también dejó al descubierto la necesidad de fortalecer los sistemas de salud, modernizar las cadenas de frío, capacitar al personal sanitario y establecer mecanismos de gobernanza sanitaria basados en principios de solidaridad, transparencia y rendición de cuentas.
Por otra parte, el cambio climático está modificando la geografía de muchas enfermedades infecciosas. Patógenos transmitidos por vectores, como el dengue o el zika, están expandiendo su alcance geográfico debido al aumento de temperaturas y cambios en los patrones de precipitación. Esto exige una investigación urgente en nuevas vacunas adaptadas a estas amenazas emergentes.
El avance de tecnologías como la inteligencia artificial y el análisis de big data permite hoy anticipar brotes epidémicos, modelar escenarios de vacunación y diseñar campañas más eficaces. Esto representa una revolución en la manera en que se planifica la prevención y el control de enfermedades.
El futuro: vacunación inteligente, inclusiva y participativa
El futuro de la vacunación estará moldeado tanto por la ciencia como por las decisiones políticas y sociales. En el plano tecnológico, se prevé el desarrollo de vacunas multivalentes, comestibles, intranasales o incluso personalizadas mediante inteligencia artificial. Sin embargo, su impacto dependerá de la capacidad de los estados para garantizar su acceso universal y equitativo.
La digitalización del proceso vacunal, a través de carnés digitales, trazabilidad de dosis y sistemas de monitoreo en tiempo real, representa una oportunidad para mejorar la eficiencia del sistema. No obstante, también plantea desafíos relacionados con la privacidad de datos, la ciberseguridad y la exclusión digital.
Asimismo, será esencial una inversión sostenida en investigación básica, ensayos clínicos y vigilancia post-comercialización. Las alianzas entre sectores público, privado y académico jugarán un papel decisivo para enfrentar los retos del siglo XXI, como la resistencia antimicrobiana, la aparición de nuevas zoonosis y el envejecimiento poblacional.
Por ello, el compromiso social es más necesario que nunca. La participación comunitaria en la planificación, ejecución y evaluación de programas de vacunación es esencial para fortalecer la confianza y asegurar la sostenibilidad. En contextos multiculturales, el enfoque intercultural es clave para superar barreras lingüísticas, simbólicas y estructurales.
Además, la alfabetización científica debe incorporarse de forma transversal en los sistemas educativos. Una ciudadanía informada es una ciudadanía empoderada, capaz de tomar decisiones responsables y de resistir la desinformación.
La vacunación en España y el compromiso con la Agenda 2030
En España, los avances en vacunación han sido fundamentales para reducir la mortalidad infantil y prevenir enfermedades infecciosas. El sistema de salud español ha logrado una alta cobertura vacunal, especialmente en el calendario infantil, lo que ha permitido erradicar o controlar enfermedades como la polio, el sarampión y la difteria. Sin embargo, el contexto actual de globalización y movilidad, junto con los desafíos de las enfermedades emergentes, exige una constante actualización y adaptación de las estrategias vacunales.
A nivel global, el compromiso con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible implica reconocer que la salud es un derecho fundamental y que la vacunación es una herramienta clave para alcanzarlo. La meta de la OMS de garantizar la cobertura universal de vacunación es una prioridad en este marco. La cooperación internacional, la innovación tecnológica y la equidad en el acceso a vacunas son aspectos esenciales para lograr la Agenda 2030.
En este sentido, España también juega un papel crucial, tanto como parte de la Unión Europea como en sus relaciones de cooperación internacional, contribuyendo a iniciativas como COVAX y apoyando la distribución equitativa de vacunas en países de ingresos bajos y medios.
Cincuenta años de historia vacunal ofrecen un testimonio invaluable sobre el poder de la ciencia, la cooperación internacional y la acción colectiva. Sin embargo, los desafíos actuales y futuros nos recuerdan que el progreso no es inevitable ni lineal. La vacunación del futuro deberá ser más que una herramienta biomédica: deberá constituirse en un bien común, accesible, justo y culturalmente pertinente. Solo así se garantizará que los avances científicos lleguen a todas las personas, en todos los lugares, sin dejar a nadie atrás.
Es crucial que, como sociedad, no solo confiemos en los avances científicos, sino que asumamos una responsabilidad compartida. Las personas deben ser conscientes de que su decisión de vacunarse no solo afecta su salud individual, sino que tiene un impacto directo en la salud colectiva. Los profesionales de la salud, por su parte, tienen la responsabilidad de ser comunicadores efectivos, educar y fomentar la confianza en las vacunas, además de ser ejemplos de integridad científica. Las instituciones deben garantizar el acceso equitativo a las vacunas y asegurar la implementación de políticas públicas inclusivas y eficientes.
La vacunación, por lo tanto, no es únicamente un acto individual, sino un compromiso social y ético. Los logros alcanzados en las últimas cinco décadas no habrían sido posibles sin la participación y el trabajo conjunto entre los gobiernos, las organizaciones internacionales, la comunidad científica y la sociedad en general. Por ello, es imperativo que cada uno asuma su parte en este esfuerzo, para que podamos continuar avanzando en la lucha contra enfermedades prevenibles y garantizar un futuro más saludable para las generaciones venideras.
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