El descanso es esencial en el ser humano y, dentro del descanso, los hábitos de sueño saludables lo son para mantener una buena salud. Se ha demostrado a través de numerosas investigaciones que el sueño es uno de los elementos que influyen en la salud y en el mantenimiento de la calidad de vida de las personas. Existe una relación entre la calidad del sueño y la capacidad del organismo para recuperarse del desgaste diario.
Diferentes trastornos del sueño se han relacionado con problemas de salud. El hecho de dormir pocas horas o no contar con un sueño reparador, pero también dormir en exceso, puede contribuir a una afectación de la presión arterial, enfermedades coronarias, cerebrovasculares, problemas metabólicos e inmunológicos, depresión o trastornos cognitivos, de memoria y aprendizaje, entre otras afecciones.
Los problemas de sueño afectan también de manera importante a los niños y adolescentes. No descansar bien se asocia en el período de desarrollo del ser humano con falta de concentración, bajo rendimiento escolar, hiperactividad, ansiedad, irascibilidad, comportamiento agresivo o, por el contrario, letargo y falta de atención.
En la sociedad actual, el ritmo de vida occidental ha ido adquiriendo una tendencia en las personas a dormir menos. Se han ido cambiando los hábitos de sueño debido mayoritariamente a pautas sociales, factores laborales, ambientales, familiares o de ocio. La utilización de las tecnologías de la comunicación como Internet, las redes sociales o los videojuegos hacen que, tanto adultos como niños dediquen horas de sueño a actividades que les activan, por lo que dificultan aún más el conseguir un sueño reparador. Así, se ha calculado que, en las últimas dos décadas, se ha reducido de forma progresiva el tiempo medio de sueño, habiendo perdido casi dos horas de sueño al día.
El sueño es una necesidad básica del organismo que le permite descansar y recuperarse tanto física como mentalmente. Se trata de un fenómeno fisiológico y conductual en el que existe una disminución periódica, parcial y reversible del nivel de consciencia y, por lo tanto, una menor respuesta a estímulos del exterior. El sueño y la vigilia son dos estados de la actividad cerebral que se suceden de manera cíclica.
En la sociedad actual, el ritmo de vida occidental ha ido adquiriendo una tendencia en las personas a dormir menos
Para poder medir el sueño se han de tener en cuenta 5 dimensiones: la duración del mismo, o el número de horas de sueño que se producen por cada 24 horas. La continuidad o eficiencia del sueño o la facilidad para dormirse y mantenerse dormido de forma continuada sin interrupciones. El tiempo o momento del sueño, teniendo en cuenta el día y la noche. La alerta o la habilidad para mantenerse despierto. Y, por último, la satisfacción o la calidad del sueño, es decir, la sensación subjetiva de cómo se ha dormido y descansado.
Así pues, disfrutar de un sueño saludable y de calidad es importante para un amplio abanico de funciones que tienen lugar en el organismo mientras se duerme. Sin embargo, la calidad del sueño no se puede analizar al margen de los condicionantes sociales de la salud. El nivel socioeconómico, los horarios de trabajo o las condiciones de la vivienda, entre otros, son factores que pueden condicionar la calidad del sueño.
Por todos estos motivos, el sueño podría considerarse como un determinante más de la salud, al igual que lo son otros hábitos saludables como la alimentación o el ejercicio físico. En este sentido y para promover la investigación, la formación y la promoción del sueño saludable se ha creado el Observatorio Global del Sueño (sleepobservatory. org), en el que, a través de un espacio de debate, se parte del sueño como necesidad básica e indispensable del desarrollo diario de las personas. Uno de los objetivos del Observatorio es conocer el estado actual de la calidad del sueño en la población para detectar las situaciones que necesitan acciones de mejora.
El sueño puede ser también un factor contribuyente a la carga que supone la enfermedad. Durante la enfermedad, los ingresos hospitalarios o los períodos de convalecencia, la necesidad de descanso es crucial. De igual forma, algunas enfermedades o simplemente el hecho de sentirse enfermo, pueden provocar problemas de sueño en las personas que las padecen. Existen en este sentido numerosas iniciativas y estudios que valoran la eficacia de determinadas intervenciones en la mejora de las condiciones del sueño y del descanso de los pacientes. Una de estas iniciativas es el proyecto SueñOn (suenon.recursosencuidados.es), que reúne a diferentes organismos e instituciones sanitarias a nivel nacional. Promovido por un equipo de enfermería, el proyecto nace para sensibilizar a los profesionales y promover el descanso de las personas hospitalizadas reorganizando los cuidados de enfermería para evitar interrupciones innecesarias.
En las personas enfermas, aunque se conoce la importancia de un diagnóstico y tratamiento de los trastornos de sueño, se suele infraestimar su frecuencia e importancia. Diferentes estudios han mostrado también que el hecho de acostarse y despertarse más temprano de lo habitual, así como las interrupciones nocturnas, alteran el sueño de los pacientes ingresados en un hospital. Estas interrupciones del sueño pueden darse por circunstancias como que haya una excesiva luz, la realización de las rutinas en los cuidados de enfermería, el paciente o los familiares con los que se comparte la habitación, el ruido habitual de la planta de hospitalización, la temperatura, las condiciones de la cama y, por supuesto, el dolor, la preocupación o la angustia ante la situación anómala por la que está pasando. Esta carga de la enfermedad necesita un plan de actuación coordinado para mejorar el sueño saludable.
Adoptar hábitos de sueño saludable puede impactar positivamente en la salud individual y colectiva. Por todos estos motivos, es necesario desarrollar estrategias para mejorar el sueño saludable como, por ejemplo, informar y educar a la población, así como incluir el sueño saludable en las acciones de promoción de la salud.
Texto adaptado en parte de:
Barbé F et al. Informe sobre la salut del son. Observatori Global del Son de Catalunya, 2017.
Buysse DJ. Sleep health: Can we define it? Does it matter? Sleep, 2014; 37: 9-17.
Merino Andreu M. et al. Sueño saludable: evidencias y guías de actuación. Documento oficial de la Sociedad Española de Sueño. Rev Neurol 2016; 63 (Supl. 2): S1-S27.
Perry GS et al. Raising awarness of sleep as a healthy behavior. Prev Chronic Dis 2013; 10: 130081.