A bote pronto, a nadie se le escapa que la lista de espera quirúrgica lleva una tendencia al alza, con crecimientos semestrales que superan el récord anterior una y otra vez, llegando en junio 2023 a 819.964 pacientes. Es decir, son 115.000 pacientes más los que esperan una intervención quirúrgica con respecto al periodo inmediatamente anterior a la pandemia (diciembre 2019).
Sin embargo, el tiempo medio desde junio del 2020 tiende a disminuir, hoy se sitúa en el nivel más bajo desde junio de 2018. Más personas en espera, pero con menos tiempo medio, conllevan un nivel también controlado de personas que esperan más de seis meses. Tanto en número como en porcentaje, si bien el número estos pacientes suponen más de 35.000 con respecto a diciembre 2019.
A junio en el 2023 el número de pacientes que entran en lista de espera quirúrgica es el mayor del periodo estudiado (desde diciembre 2016), llegando a prácticamente a 1,5 millones de pacientes. Esta cifra viene a reflejar el aumento de actividad en consultas y pruebas diagnósticas, que viene a incrementar la presión asistencial en las áreas quirúrgicas.
Paralelamente, el número de salidas por intervención también ha crecido exponencialmente, siendo el semestre que más se han producido, llegando a prácticamente a 1,25 millones de pacientes intervenidos. El diferencial de 250.000 pacientes entre entradas y salidas es habitual en prácticamente todos los semestres analizados. Datos que no se reflejan en los incrementos de lista de espera, pues gran parte de ellos están fuera de la estadística publicada por diferentes motivos, entre los que se encuentran los pacientes transitoriamente no programables, los que han rechazado centro alternativo o los que están en espera de especialidades no recogidas en el informe publicado. El problema de las esperas es, por tanto, mucho mayor de lo que los datos reflejan.
Si dispusiéramos de esos datos, estaríamos más cerca de los 1,75 millones de intervenciones quirúrgicas que en el Proyecto Venturi hemos estimado que se han dejado de hacer en el ámbito público desde el impacto de la pandemia hasta finales del 2022.
Aun así, considerando la cifra de personas en espera quirúrgica publicada, el peso de las personas en espera quirúrgica con respecto a la actividad quirúrgica pública mantiene una senda de crecimiento, llegando a suponer el 21,4% en 2022 . Este dato es muy relevante, pues está diciendo que la posibilidad de resolver esa actividad, con la capacidad actual, cada vez es un reto más complicado.
Pero ¿cómo se puede haber llegado a ese incremento de salidas de lista de espera? A priori podemos aventurar dos hipótesis:
La proporción de intervenciones quirúrgicas realizadas a pacientes que figuran en la lista de espera sobre el total se ha incrementado en el primer semestre de 2023. Habitualmente se sitúa en torno al 55-57%.
La actividad quirúrgica pública (sumando aquellos que tienen dependencia pública y privada) se ha disparado en el primer semestre del año 2023, con un aumento que podría estar alrededor del 13% sobre el año anterior.
Extrapolando ese ritmo de actividad a todo el año, y teniendo en cuenta la proporción de salidas entre el primero y segundo semestre del año, la proporción de intervenciones quirúrgicas que son sacadas de la estadística que se publica se podría estar hablando de una estimación de 4.000.000 de intervenciones quirúrgicas públicas en 2023.
De confirmarse esta hipótesis se podría afirmar que en el año 2023 el sistema público habría recuperado la velocidad de crucero perdida por impacto de la pandemia. Buen dato, pero insuficiente pues para absorber todo lo pendiente los crecimientos de actividad tendrían que ser mucho mayores (más del 50%) para atender todo lo acumulado.
Esperaremos a los datos tanto de lista de espera como la actividad quirúrgica que se publique del cierre del año 2023. Prometen ser interesantes y, esperemos, con tendencia positiva.