Estamos en un momento en el cual escuchamos mucho hablar de las emociones, del mundo emocional, de lo importante que son en nuestra vida, de lo importante que es reconocer la emoción que estamos sintiendo en cada momento y de cómo aprender a gestionarla.

Poco a poco se va introduciendo en las escuelas, clases de gestión emocional debido a la importancia que se ha visto que tienen las emociones en el día a día, su conocimiento y su correcta actuación frente a ellas.

La sociedad en la que vivimos está compuesta por personas racionales y por personas emocionales. Ésto no quita para que una persona racional sepa reconocer su emoción y regularla, y la persona emocional sepa ser racional cuando la situación lo requiera.

El término racional es un término que se ha empezado a utilizar hace no  mucho tiempo. En lo que a las personas se refiere, depende de donde se hayan criado, la educación que hayan tenido y las creencias que se  le hayan inculcado. Las personas racionales son fáciles de reconocer si se les presta un poco de atención. Las personas racionales tienen ciertas características:

  • Si tienen que tomar una decisión, esperan a que sea el momento oportuno, no se dejan llevar por la emoción.Saben que si hay un estado emocional que puede influir, prefieren esperar a que la emoción baje de intensidad para evitar una mala interpretación de los hechos.
  • La emoción y la razón no se pueden desligar,con lo cual, las personas racionales saben de sobra el importante papel que juega la emoción cuando se tiene que tomar una decisión. Esto les da la oportunidad de dar marcha atrás y volver a analizar si se cometió algún error en la forma y en el momento de razonar.
  • Son personas que creen en el consenso y en el poder que puede tener. Nadie tiene la razón en todo y hay diferentes puntos de vista de un mismo tema. Es por ello que la racionalidad, a la fuerza, implica escuchar diferentes puntos de vista.
  • Para las personas racionales,las relaciones sociales las experimentan de un modo constructivo. Cuando se da la posiblidad de tener una disputa, no actúan ni desde las ganas de venganza ni desde el rencor.
  • Las personas racionales,son personas que miden las consecuencias de sus actos. No ceden a sus impulsos puesto que saben que estos impulsos, pueden llegara tener consecuencias irreparables,considerando los beneficios y los riesgos.

En contraposición las personas emocionales se caracterizan por:

  • Ser personas empáticas: tienen facilidad para ponerse en el lugar del otro, eso les facilita averiguar cómo se siente la otra persona.
  • Son personas más intuitivas por el hecho de estar más conectadas con sus emociones
  • Son más creativas.
  • Tardan más tiempo en tomar una decisión. El motivo es que pasan tiempo recogiendo información sobre la decisión que tienen que tomar. Razonan y miran mucho los pros y los contras de la decisión.
  • Se sienten incomprendidas en muchas ocasiones. Es más frecuente en los hombres que en las mujeres emocionales. En la sociedad en la que vivimos, las emociones no están muy bien vistas y se sigue exigiendo la imagen de los “chicos no lloran”.Llorar se sigue considerando como imagen de una persona débil.
  • El respeto y la educación es una característica muy propia de las personas emocionales.
  • Son sensibles a las críticas y de reacción pasional.
  • Buenos trabajando en equipo.
  • Son personas más propensas a la depresión: las personas emocionales absorven las emociones positivas y también las emociones negativas. Cuando viven una situación que provoca emociones negativas, las personas emocionales las retroalimentas, haciendo por ello que sea más fácil que caigan en la ansiedad y en la depresión.

Las emociones preceden al propio pensamiento. Cuanto más retroalimentemos la emoción, sobre todo cuando es una emoción que nos está bloqueando o impidiendo hacer algo, más fuerza coge la emoción y más nos bloqueará.

No es fácil asumir que no somos capaces de controlar la emoción, puesto que la mayoría de nosotros pensamos y estamos convencidos que tenemos pleno control de nuestras emociones y sobre lo que hacemos.

¿Os habéis parado a pensar que dependiendo de cómo sea la emoción con la que nos levantemos de la cama, así será, si no es todo, sí parte de nuestro día? De pendiendo de cómo nos sintamos de motivados cuando nos levantemos, así será el resto de nuestra jornada. La emoción marca y condiciona, mucho más de lo que nos pensamos. Es el timón de nuestro día.

Hay una frase Oscar Wilde que dice: “No quiero estar a merced de mis emociones.Quiero usarlas, disfrutarlas y dominarlas”. Si reflexionamos sobre ello, es lo que a todos nos gustaría y no al contrario, siendo ellas las que nos dominen a nosotros.

En el momento en el que buceas un poco o te metes en el mundo emocional, hay una frase que se repite continuamente y es, tienes que aprender a controlar y gestionar tus emociones.

Pero…¿Sabemos qué es una emoción?

Antes de aprender a gestionar y controlar emociones hay que saber qué es una emoción para saber qué terreno estoy pisando.

La emoción es una respuesta neuronal y química generada por nuestro cerebro en el momento que se da una situación, la cual, requiere un determinado comportamiento por nuestra parte haciendo que la respuesta química que emita nuestra cerebro, nos lleve a la ejecución de una respuesta conductual.

La fuerza que ejercen tus emociones tiene como finalidad, ayudarte a reaccionar o a adaptarte a todo lo que sucede a tu alrededor y con ello llegar al estado de tranquilidad y equilibrio.

Las emociones siempre nos están dando información, sobre todo cuando la emoción es tristeza, rabia, miedo…nos están dando información de que algo no va bien y por consecuencia, hay que reaccionar y poner solución a la situación que las ha provocado.

La emoción es lo que experimentamos primero, anteponiéndose incluso al propio pensamiento.

Posteriormente aparece el sentimiento, responsable de dar impulso a la mente aportando la motivación necesaria para la realización de la actividad o por el contrario, bloqueándonos e impidiendo que realicemos la actividad. La emoción y el pensamiento van de la mano. Si controlamos una emoción y la ponemos a nuestro favor con el pensamiento, podemos llegar a dar forma comportamientos positivos, ayudándonos a llegar a alcanzar nuestro objetivo.

Si consigues aliarte con tus emociones y acompañarlas de un pensamiento positivo, llegarás a donde te propongas. El bienestar y la felicidad es el resultado de conseguir que la mente que piensa y la mente que siente, remen en la misma dirección. Nunca hay que olvidar que todas las acciones que realizamos en nuestro día a día, están regidas por las emociones.

Conclusión: las emociones son el motor de las personas, tanto racionales como emocionales. Su correcto conocimiento ayudará a una mejor gestión de situaciones difíciles y no tan difíciles que se nos puedan dar.

Actuar bajo un estado emocional que no nos aporte equilibrio y serenidad, puede llevarnos a situaciones que conlleven consecuencias a distintos niveles, tanto para nosotros como para las personas que nos rodean.

Un correcto conocimiento emocional y una correcta coordinación de la emoción y el pensamiento te pueden llevar a una vida en equilibrio.