Los intereses de los antivacunas
Realmente, en alguna medida, este artículo va a ser continuación del anterior que escribí el mes pasado. Lo hago porque, continuamente, doy vueltas en mi cabeza al incomprensible rechazo vacunal que no para. Incluso tengo una percepción, no medible, de que está aumentando desde que se está vacunando masivamente a los niños. Y alimentado, malignamente, por figuras públicas conocidas, que pueden influenciar a muchas otras anónimas, pero que se dejan arrastrar. Lo más peligroso, sin duda, es que esas figuras públicas a las que me refiero, están ya “marcadas” previamente, en el sentido de que cualquier persona sensata debería saber que lo mejor es no seguirlas, porque gran parte