La experiencia del paciente que no se mide no se mejora
La experiencia del paciente se ha convertido en el argumento central de las conversaciones sobre gestión sanitaria en foros de gerentes y profesionales sanitarios. El paciente cuya opinión se tiene en cuenta se adhiere más a la medicación, tiene menos morbimortalidad, confía en su profesional sanitario y está menos condicionado por la desinformación en salud. Un paciente satisfecho consume menos recursos y puede votar condicionado por su opinión de la sanidad, por lo que es de sumo interés para la Administración. A veces por convicción y otras por oportunismo político o imagen, medir la experiencia del paciente es el objetivo de gran parte de las iniciativas que se han