Desde hace años por nuestra actividad con directivos de recursos humanos y salud venimos observando el cambio de tendencia en todos los aspectos que rodean al mundo del bienestar en las organizaciones. El bienestar se ha convertido en un elemento clave, ya no solo en el desarrollo del día a día de las organizaciones, sino como un elemento influyente ante el talento y el desarrollo en nuestras empresas e instituciones.

Tanto directivos como empresarios y empleados ven al talento como un elemento necesario para el porvenir de unos y otros. Con la llegada de la pandemia, los hábitos, herramientas y formas de hacer ante el bienestar han cambiado considerablemente. Y esto ha ocurrido porque la salud ha cambiado en su efecto y consecuencias en nuestras empresas. Digo en nuestras empresas especialmente, ya que convivimos casi más entre nuestros compañeros y equipo que en otros entornos.

La salud y el bienestar se han convertido en una herramienta fundamental ya que hablamos de estrés, ansiedad, salud mental y hábitos saludables. Y la salud mental y su efecto ante el absentismo se ha convertido en un asunto económico preocupante a nivel estado.

Los trastornos mentales, junto con el estrés, la depresión y la ansiedad son las principales causas de incapacidad laboral en los países desarrollados, según datos de la OMS. Además, el cuidado de la salud mental en el entorno laboral es crucial para abordar el problema del absentismo laboral y promover un ambiente de trabajo saludable.

El absentismo laboral por problemas de salud mental ocasiona un coste cada vez más elevado a empresas y organizaciones. En España, se calcula que las pérdidas ascienden a unos 37.000 millones de euros al año, lo que equivale al 3% del producto interior bruto del país.

Los principales motivos del absentismo laboral son estrés y problemas personales, problemas familiares, falta de motivación, conflictos laborales y falta de flexibilidad.

El absentismo laboral es, sin duda, un problema complejo que no deja de crecer en nuestro país y que quizás estamos ante un momento para reflexionar cómo coordinarlo mejor entre administraciones, compañías, organizaciones empresariales y sindicales.

‘El bienestar laboral busca el equilibrio entre todos los aspectos que repercuten en el trabajo de un empleado’

Y es que la población mundial ha atravesado años convulsos: pandemia, confinamientos, restricciones de todo tipo, cambios en la escala de higiene y seguridad, y las consecuencias socioeconómicas que eso ha tenido.

El bienestar es estar sano en múltiples dimensiones de nuestras vidas. Estas incluyen la parte emocional, física, ocupacional, intelectual, financiera, social, ambiental y espiritual.

Un plan de bienestar exitoso abarca, por supuesto, incentivos económicos, como bonos o primas, pero estos deben estar acompañados de otras medidas que potencien y sostengan la motivación, la orientación al logro, la adaptación al cambio y la recursividad.

Para un buen plan de biselar debemos definir los objetivos y el alcance de la encuesta. Elegir un método de envío fiable. Diseñar encuestas inclusivas. Garantizar el anonimato en las respuestas. Comunicar con transparencia y claridad. Promover la participación en las encuestas. Analizar los resultados obtenidos. Se pueden hacer muchas cosas más, pero estos elementos son imprescindibles. Es decir, hay que tener un plan empresarial.

Desde recursos humanos y las áreas de salud se deben establecer políticas claras y alineadas con la cultura y las estrategias de las organizaciones pensando en los empleados.

Todos estos aspectos se aplican en todos los sectores. En muchas ocasiones, en las empresas de salud estas políticas de bienestar deben concretarse mucho más. Son muchas las ocasiones en las que nos hemos olvidado de que los que atienden realmente médicos, enfermeras y enfermeros y resto de profesionales del sector sanitario deben ser los mejor cuidados. Ya eso lo saben todas las áreas de recursos humanos del sector sanitario.

Y tenemos claro y se puede decir alto que el bienestar laboral busca el equilibrio entre todos los aspectos que repercuten en el trabajo de un empleado; sensaciones y sentimientos de satisfacción que no solo tienen que ver con la salud física, también con la mental y con otros factores económicos y sociales.

Para estos, los líderes tienen mucho que ver y su influencia es vital mirando hacia arriba y abajo.

Además, debemos tener una alta capacitación en comunicar el bienestar. Transmitir y proponer acciones frescas y dinámicas en las organizaciones con un alto contenido e internar acciones recurrentes y creativas.

Todo esto lo sabemos hacer en nuestras empresas y debemos elevar el nivel de ejecución y calidad.