Ya en 2011 se publicó un ambicioso estudio realizado por la Fundación Bamberg sobre la dieta de los españoles, consistente en una Encuesta Nacional de Ingesta Dietética (ENIDE 2011) por encargo de la AESAN. El estudio alcanzó a 3.000 familias, dividiéndose el territorio nacional en cuatro zonas y contemplando la ingesta en las cuatro estaciones del año: primavera, verano, otoño e invierno. La conclusión fue que, en general, se comía una dieta mediterránea y saludable. Se exceptuó la dieta infantil y de adolescentes, cuyas conclusiones me temo serían diferentes.
Hoy, diez años después, cada vez más, debido al avance de la medicina molecular y la metabolómica, se está evidenciando la enorme importancia de una alimentación equilibrada en macronutrientes vitaminas y minerales esenciales. Una correcta y completa alimentación protege a nuestras células e impide el desarrollo de muchas enfermedades. Especialmente de las infecciones tanto bacterianas como víricas, en las que incluyo la provocada por el SARS.Cov.2.
Por ello es necesario que, desde Atención Primaria, se contemple la necesidad de promover y controlar una correcta nutrición, siendo esta una de las actividades más importantes para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades entre su población asignada.
A la hora de diagnosticar y tratar a los pacientes es muy importante evaluar su estado nutricional y los posibles peligros de cara al curso de su enfermedad, siendo la prescripción alimenticia de tratamientos de productos de nutrición clínica, en concreto, suplementos nutricionales orales, una de las herramientas terapéuticas a contemplar. El MNA es la herramienta estandarizada y mayormente utilizada para el cribado nutricional, aunque hoy en día hay métodos de cribado o detección precoz del riesgo nutricional como Conut®, que puede superar otros métodos en la práctica clínica, según la recoge la revista de Nutrición Hospitalaria, en el artículo firmado por la Dra. María Natalia García-Vázquez y equipo de la Unidad de Nutrición Clínica del Hospital Universitario La Paz de Madrid.
Por ello, todos los procesos asistenciales deben contemplar la intervención nutricional que controle y que, tras una evaluación del estado nutricional, trate la desnutrición con un buen régimen alimenticio que impida el desequilibrio metabólico; sobre todo en enfermedades como el cáncer y las sufridas por los enfermos crónicos como diabetes, hipertensión, respiratorias y cardiovasculares. Estos procesos deben contemplar la evaluación del estado nutricional en los distintos niveles asistenciales identificándose el papel de la asistencia especializada y la atención primaria y las relaciones entre la farmacia hospitalaria y la comunitaria.
Es claramente muy importante contemplar el diagnóstico de la desnutrición y el equilibrio nutricional en los pacientes diagnosticados (no que den positivo por el virus, sino que sufran la enfermedad del COVID-19. Pero sobre todo en los hospitalizados por COVID-19, que sufren un alto riesgo nutricional debido al aumento de requerimientos nutricionales por situación inflamatoria aguda y una grave dificultad para cubrirlos a causa de hiporexia y dificultades en alimentación. Los pacientes ingresados en UVI son pacientes desnutridos o en muy alto riesgo de desnutrición que sufren una gran pérdida de masa muscular.
Pero también hay que diagnosticar la situación de la desnutrición de todos aquellos otros pacientes, en cierta manera también víctimas de la pandemia, que puedan haber sido afectados por causa de la situación del confinamiento, por las limitaciones en la asistencia sanitaria, tanto en Atención Primaria como en Especializada.
Es indudable el alto impacto de la pandemia en la gestión del paciente con desnutrición relacionada con la enfermedad. Me pregunto al respecto: ¿Cómo se está abordando la desnutrición en el paciente COVID-19 en los diferentes niveles asistenciales? ¿Qué retos se plantean ahora la relación médico-paciente?
Durante el encuentro con endocrinólogos de los principales hospitales y gestores de las CCAA, responsables de la nutrición, realizado por la Fundación Bamberg, con la colaboración de Nestlé Health Science se pusieron de relieve los siguientes aspectos:
La doctora Julia Álvarez Hernández, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Príncipe de Asturias señaló que hay una necesidad de formación de los estudiantes de medicina en esta materia, una falta de comunicación a la sociedad y de sensibilización de los políticos en esta materia. También señaló la necesidad de evidenciar la importancia el valor terapéutico del complemento nutricional en el tratamiento de las enfermedades. Resaltó que “el tratamiento nutricional individualizado, con suplementos nutricionales orales, es muy coste-efectivo”.
En relación a la situación durante el COVID-19, Miguel Ángel Martínez Olmos, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad de Nutrición Clínica y Metabolismo (SENPE) señaló la importancia de trabajar en equipo entre los médicos internistas, neumólogos e intensivistas con dietistas-nutricionistas y la importancia de las enfermeras nutricionistas en el tratamiento del desequilibrio nutricional y desnutrición de los enfermos COVID. También destacó la importancia de aquellas empresas que son capaces de suministrar los complementos nutricionales en los domicilios de los pacientes. En este sentido, Carlos Sánchez Juan, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario de Valencia resaltó que la ayuda de la Industria de la Nutrición Clínica es muy importante.
Por su parte, Ana Zugasti Murillo, de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición y jefe de la Sección de Dietética y Nutrición Clínica de Complejo Hospitalario de Navarra, señaló la necesidad de avanzar en la historia clínica digital, integrando con ella las video consultas y mejorando los sistemas de comunicación para que esto sea posible.
También desarrollando la carpeta sanitaria del paciente donde el mismo pueda meter los datos de control solicitado por el médico, tales como niveles de glucosa, hipertensión, etc.
Luis Ángel González, director gerente del Hospital Clínico Universitario de Salamanca puso de relieve la importancia del control nutricional por parte de las unidades de enfermería y el abordaje funcional del paciente COVID por el servicio de rehabilitación, desde el momento de su ingreso, con un seguimiento post hospitalario. Concluyó en que “tan malo es la desnutrición como la obesidad”, que los trastornos nutricionales deben formar parte del informe de alta y de la historia clínica a lo largo de la vida del paciente.
Juan Carlos Valenzuela Gámez, jefe de Área de Farmacia y de la Dirección General de Asistencia Sanitaria de Castilla-La Mancha, puso de relieve la importancia de los complementos nutricionales en la farmacia y la necesidad de seguimiento domiciliario de estos tratamientos para el paciente COVID-19 desde AP. Se recomienda la coordinación en la detección de desnutrición y riesgo de desnutrición en todos los niveles asistenciales siendo muy importante la coordinación con los servicios sociosanitarios y la atención domiciliaria.
Alfonso Alonso Fachado, subdirector general de Gestión Asistencial e Innovación del SERGAS, enfatizó la importancia de incorporar el control nutricional en los procesos asistenciales pluridisciplinares, cosa que hay han hecho en Galicia bajo el Plan Desnutrición Cero.
Inmaculada Vázquez Cruz, subdirectora de Gestión Asistencia Hospitalaria de Andalucía señaló la necesidad de definir un modelo de seguimiento nutricional, con un abordaje precoz y pluridisciplinar, con un seguimiento post COVID tanto desde el hospital como desde Atención Primaria.
En este encuentro se pusieron sobre la mesa los aspectos básicos más importantes en la gestión del riesgo nutricional, del que recojo solo algunas ideas surgidas a lo largo del debate. Los videos de las presentaciones completas del mismo pueden solicitarse a daniel@bambergsummits.com.
Concluyendo, como decía el sabio Hipócrates: “Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina” o, lo que, actualizado al día de hoy la ciencia dice: Come los alimentos como medicinas para que no tengas que acabar tomando medicinas como alimento.