“Tenemos que ir contagiándonos poco a poco y esperemos que, inmunizándonos”
El jefe de mantenimiento del Hospital Universitario San Agustín ha explicado en esta entrevista a New Medical Economics el funcionamiento del Departamento que lidera, los cambios que han surgido durante la pandemia, y cómo ha sido la coordinación del suministro de los gases medicinales para el cuidado de los pacientes infectados, entre otras cuestiones.
¿Puede explicarnos cómo funciona el Departamento de Mantenimiento del Hospital Universitario San Agustín (HUSA) y qué necesidades y retos son más habituales en el día a día?
El Servicio de Mantenimiento del HUSA se encarga de la gestión del mantenimiento de todos los centros adscritos al Área III del Servicio Público de Salud del Principado de Asturias, que en concreto son 29 centros además del propio hospital; para ello se gestiona tanto el personal propio de mantenimiento que atiende al HUSA como todas las empresas subcontratadas especializadas (mantenimiento de ascensores, instalaciones de incendios, climatización, equipos de alta tecnología, etcétera). En lo referente al hospital a cargo del ingeniero de mantenimiento hay un equipo de 28 profesionales de diversos perfiles, todos ellos pertenecientes a la plantilla del Servicio Público de Salud y entre los que están electricistas, mecánicos, administrativos, …
En el escalón de mando inmediato inferior al ingeniero se encuentran cuatro jefes de taller, cuya función es de nexo entre el ingeniero y el personal de oficio, supervisando los planes de mantenimiento implementados por el ingeniero, así como servir de un primer apoyo técnico al personal de oficio en aquellas cuestiones que así sea necesario. El reto más habitual es ser capaces de absorber los “picos” de trabajo en aquellos momentos en los que surgen de una forma rápida, económica y segura, especialmente si se producen en periodos vacacionales o en momentos en los que la plantilla pueda estar mermada.
Imagino que durante la emergencia sanitaria que hemos vivido, se han tenido que reorganizar muchos procesos y procedimientos dentro del hospital… ¿Cuáles han sido los principales cambios?
Aunque ha habido cambios, en mi opinión, los principales han sido en lo referente a circuitos de circulación de las personas, tanto de los pacientes como de los propios trabajadores, así como del incremento de la utilización de equipos de protección individual y colectiva siempre que ha sido posible esto último. Las modificaciones técnicas más habituales han sido principalmente las encaminadas a mantener presurizaciones ambientales que evitaran la propagación del virus fuera de zonas aisladas, actuando sobre equipos de climatización y compartimentos estancos siempre que la tecnología existente lo ha permitido. Otro de los retos ha sido la necesidad de modificar las infraestructuras del hospital para poder atender con la mayor de las seguridades posible y con los medios disponibles, a pacientes que fueran evolucionando a críticos en el caso de que la tasa de ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos fuera del 100%. Nuestra experiencia en el ámbito sanitario es amplia, lo cual nos ha permitido adaptarnos con cierta rapidez y facilidad a todos estos cambios, que aún no han terminado según se va avanzando en los conocimientos de la enfermedad COVID-19.
¿En qué medida se ha visto afectado el Departamento de Mantenimiento? ¿Podría describir los cambios sufridos y, en especial, los más críticos?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que hemos estado trabajando bajo una presión enorme durante muchos días, días muy largos a la espera de lo que pudiera llegar a ocurrir en un principio y a dónde íbamos a llegar cuando ya estaba ocurriendo; sentíamos que éramos un eslabón crítico para ser capaz de acometer todas las exigencias de cambios continuos y que fue necesario ejecutar en periodos de tiempo muy cortos para así satisfacer las necesidades de cada momento.
La piedra filosofal de nuestra labor, y quizás la que nos hizo alcanzar nuestros objetivos exitosamente, fue la reorganización del Servicio. Pensemos qué hubiese ocurrido si todos los jefes de taller y el ingeniero hubieran enfermado simultáneamente, tendríamos un barco sin capitán en el centro de una gran tormenta. Nuestra organización nos permitió trabajar de una forma segura, teniendo dos jefes de taller de retén y dos presenciales junto conmigo, minimizando el riesgo de contagio de todos los mandos simultáneamente. El personal de oficio se reorganizó para adecuar el número de técnicos a las circunstancias de cada momento. Otra de las claves fue la prevención, el mantener al máximo las precauciones, utilizar los equipos necesarios y seguir las indicaciones dadas para evitar contagios dentro del Servicio nos permitió que todo el personal estuviera disponible de manera continua para cuando resultaba necesario.
¿Cómo han gestionado el abastecimiento de los principales productos, equipos, etc., durante la fase más aguda de la pandemia provocada por el coronavirus? ¿Y en relación con medicamentos y productos sanitarios como, por ejemplo, los gases medicinales?
En lo que al Servicio de Mantenimiento corresponde, esto es, suministro de energía, gases medicinales, etcétera, antes de comenzar la pandemia, y cuando ya suponíamos que la situación se podía complicar, mantuvimos contactos con los proveedores de los principales productos, para interesarnos por sus stocks y cómo ellos iban a gestionar las hasta ese momento desconocidas necesidades que podríamos llegar a tener. En el caso de los gases medicinales, aunque si es cierto que hubo un incremento en el consumo de Oxígeno Medicinal, en ningún momento fue especialmente relevante, más allá de lo que pueda serlo una epidemia de gripe convencional que se da todos los años.
Dados los síntomas respiratorios provocados por la COVID-19, ¿qué importancia han tenido gases medicinales, como el oxígeno medicinal en el abordaje de los enfermos afectados por el coronavirus?
No soy yo la persona más indicada para responder a esta cuestión, debería de hacerlo un especialista en la materia, quizás un neumólogo, pero lo que no es cuestionable es la necesidad de un suministro seguro que sea capaz de absorber las necesidades de consumo de situaciones como la que hemos vivido, tanto en lo referente al gas canalizado como al acondicionado (botellas), con una logística capaz de hacer frente a las dificultades del momento. En nuestro caso el proveedor, Nippon Gases, ha alcanzado las expectativas.
¿Cómo ha sido la coordinación del suministro de este medicamento tan importante para el cuidado de los pacientes infectados con el laboratorio fabricante?
Ha sido fluido y como le comentaba al principio de la entrevista, no hemos tenido problemas de suministro, tanto por la buena labor del laboratorio como por anticiparnos a las necesidades y evitar entrar en pánico y realizar pedidos de cantidades que pudieran suponer roturas de stock en sus almacenes.
¿Qué les diría a todos esos pacientes que han precisado de alguna atención hospitalaria, y que hoy en día se encuentran temerosos estos días en los que están apareciendo rebrotes?
Les diría que ante todo sigan –sigamos -siendo prudentes. A mí modo de ver las cosas, es normal que aparezcan rebrotes, hemos abierto fronteras tanto entre países como entre comunidades autónomas, estamos en un periodo estival en el que la gente viajamos y salimos más de nuestras casas; lo extraño sería que no aparecieran estos rebrotes, y la clave es mantener el equilibrio entre contagios y capacidad asistencial de nuestro sistema sanitario, es decir, evitar colapsar el sistema sanitario, especialmente con casos críticos, y es por ello por lo que tenemos que seguir extremando las precauciones. Quizás no suene del todo bien, pero, tenemos que ir contagiándonos poco a poco y esperemos que, inmunizándonos, para evitar un otoño e invierno en el que estemos mezclando esta enfermedad con la gripe común, que ya por sí sola puede ser un origen de saturación de la red sanitaria.
A los pacientes también les diría que nuestro sistema sanitario dispone de medios y de profesionales con gran experiencia en nuestros respectivos campos de trabajo y que estaremos aquí pase lo que pase haciendo todo lo que esté en nuestras manos, puesto que ese es nuestro trabajo, para ayudarles incondicionalmente, y a cambio solo pedimos sentido común en las calles de nuestro país, en mi caso, creo que ese es nuestro mayor respaldo, ver que la gente se comporta como corresponde. Hasta el momento, y salvo excepciones, creo que la sociedad española ha sido ejemplar en este aspecto.
¿Qué hemos aprendido durante la pandemia?
Difícil pregunta…. yo me he dado cuenta de lo pequeño y global que es nuestro mundo, que todo pasa a segundo término cuando hay una crisis como esta y que hay instituciones mundiales que quizás no están a la altura de las circunstancias
Ante una crisis similar futura, ¿estamos mejor preparados? ¿O bien cree que todavía quedan medidas por implementarse tanto en los procesos generales del hospital como desde el punto de vista del Servicio de Mantenimiento del mismo?
En mi opinión, sí estamos mejor preparados y ante una situación futura a corto o medio plazo, esta experiencia nos serviría, aunque por otro lado un hospital está continuamente reinventándose y siempre iremos descubriendo nuevas medidas a implementar; más allá, si esta crisis ocurriera de aquí a muchos años, quizás volveríamos a tropezar dos veces con la misma piedra y a encontrarnos con problemas muy similares a los que ya nos hemos enfrentado.
En cuanto al Servicio que lidero creo que todos hemos aprendido, especialmente a trabajar con una presión poco habitual y sin lugar a errores, pero sintiéndonos más necesarios que nunca, ha unido al equipo y estoy seguro de que eso no se nos va a olvidar jamás.