«Hacemos de nuestra principal razón de ser el beneficio de nuestros mutualistas»
Médico de profesión, Miguel Carrero es presidente de Previsión Sanitaria Nacional (PSN) desde julio de 1998. En esta entrevista para New Medical Economics ha explicado las ventajas y fortalezas de PSN y cómo se han tenido que enfrentar a esta crisis sanitaria, entre otras cuestiones.
¿Cuáles son las ventajas y fortalezas de Previsión Sanitaria frente a otras aseguradoras?
Nuestra principal diferencia es que estamos orientados y especializados en la atención directa al colectivo profesional universitario, colectivo del que tenemos un gran conocimiento porque somos parte integrante. Entendemos sus carencias, sus necesidades, sus fortalezas. Fruto de la experiencia de 90 años le aportamos servicios y soluciones específicas y muy exclusivas que solo pueden encontrar en PSN. Como entidad mutual, fundamentada en la solidaridad y sin ánimo de lucro hacemos de nuestra principal razón de ser el beneficio de nuestros mutualistas. A su vez somos necesarios en la medida de la insuficiencia manifiesta de la Administración Pública para cubrir las necesidades de protección de los profesionales.
Otro de nuestros valores diferenciales es ser vínculo de unión entre las distintas profesiones. El mundo universitario es un elemento de cohesión de una cultura. Es una forma de ser, tal vez su principal característica es la formación y la responsabilidad que ostentan los profesionales universitarios que tiene muchas más cosas que les unen de las que les separan.
¿En qué proyecto estáis trabajando actualmente en PSN?
Lo cierto es que la crisis por la que estamos atravesando ha impactado directamente en muchos de nuestros proyectos, obligándonos a aparcar algunos de ellos por una cuestión de responsabilidad y prudencia ante la incertidumbre actual. Estamos centrando esfuerzos en ofrecer el mejor servicio a nuestros mutualistas y dentro de ese trato personalizado que nos caracteriza, nuestra red de oficinas es clave. Por eso, en los últimos años hemos inaugurado numerosas oficinas en ubicaciones de primer nivel de la mayoría de capitales de provincia.
Otro proyecto en el que estábamos muy centrados era en nuestro seguro de salud pero se trata de una apuesta tan necesaria como ambiciosa y ello requiere de unos esfuerzos en capital humano y económico que nos ha obligado a aparcarlo hasta que la situación permita retomarlo. Para nosotros lo prioritario es afrontar con solidez y fortaleza las necesidades de todos nuestros mutualistas y asegurados.
¿Qué importancia ha tenido la prestación de servicios durante la pandemia del COVID? ¿Cuál ha sido vuestro papel?
Hemos hecho un importante esfuerzo por equilibrar la necesidad de ofrecer un servicio de calidad a los mutualistas con todas las garantías y apoyo para nuestro personal. Con nuestros empleados hemos generalizado el teletrabajo, establecido turnos de trabajo durante la vuelta a la nueva normalidad, facilitado permisos compartidos entre el trabajador y la empresa para aquellos casos en los que la situación imposibilitaba compatibilizar trabajo y vida familiar… en definitiva, hemos puesto todo de nuestra parte para tratar de ofrecer el mejor servicio a nuestros mutualistas, facilitando al máximo la labor de nuestra plantilla. Algunas de nuestras oficinas tuvieron que cerrar pero la mayoría ha prestado un servicio presencial en horario reducido pero han seguido prestando soporte ante realidades que no entienden de pandemias. Nuestros mutualistas requieren de liquidez o tienen que notificar un accidente o un fallecimiento y esas necesidades precisan nuestro soporte.
Desde un punto de vista más social, quizá la acción más importante que pusimos en marcha fue la de ceder nuestro Complejo San Juan, en Alicante, a las autoridades sanitarias para que se habilitara como hotel medicalizado. Allí se han atendido durante varios meses, tanto a pacientes de COVID como a sanitarios de la zona que preferían descansar entre turno y turno fuera de sus domicilios para mantener alejadas del virus a sus familias.
¿La pandemia os ha afectado económicamente?
Es evidente que esta pandemia afecta a todo el mundo y a nosotros no somos una excepción, si bien lo está haciendo de una manera muy distinta. En primer lugar, porque nos han cogido bastante preparados para hacerle frente gracias al desarrollo tecnológico que ha posibilitado el teletrabajo, la atención multicanal, la posibilidad de contar con operativa a distancia, firma electrónica… En segundo lugar, podemos presumir de contar con un colectivo profesional extraordinario, unos mutualistas que están plenamente identificados con PSN y eso, sin duda, también ayuda a que en nuestro caso, el impacto se haya amortiguado. Nuestro colectivo es inteligente y no es muy dado a dar bandazos. Sabe que hay una situación de riesgo que hay que afrontar y colabora a sobrellevarla.
¿Cómo crees que será la recuperación de la actividad en el sector asegurador?
Lenta, muy lenta. El sector asegurador se caracteriza precisamente, valga la redundancia, por la seguridad. Es un sector que apuesta mucho por la estabilidad porque es lo que debemos ofrecer: seguridad y confianza. Y creo sinceramente que el sector lo ha conseguido, y la mejor prueba es que ha superado distintas crisis económicas sin grandes problemas. Seguros es anticíclico por eso en tiempos de incertidumbre como el actual es un valor. A pesar de los duros momentos que se han pasado en otras épocas, en seguros no ha habido quiebras significativas como sí ha ocurrido en el sector bancario u en otras actividades mercantiles. El sector asegurador resistió. Dicho esto, riesgos tenemos todos y, en nuestro caso, vienen de donde menos te esperas. Unas veces puede ser una pandemia como la del COVID y otras simplemente la pertenencia a Europa que impone una regulación que eleva la burocracia a la máxima potencia.
¿De una pertenencia a Europa?
Europa es un conjunto de países guía y referencia durante muchos siglos, de una vasta cultura hoy seriamente amenazada, inmersa en una profunda crisis identitaria, terriblemente burocrática y de restricción de la libertad individual, de los valores, de la creatividad y, por ende, de la verdadera humanidad. Camina hacia la anulación de la originalidad, de lo individual, de la libertad personal. Fruto de una desaforada burocracia que piensa que todo se puede y se debe regular y organizar desde los estamentos oficiales y gubernamentales, lo que quiere decir que todo está tan estrechamente reglado que limita la necesaria libertad para el normal desarrollo de cualquier actividad. Estas políticas nos impiden ser competitivos frente a otros países, países que fomentan la competitividad, la creatividad y, por tanto, el desarrollo de la sociedad en libertad.
¿Esta crisis sanitaria concienciará más a los españoles sobre la importancia de tener protección, de estar protegidos?
No hay mal que por bien no venga. Hay gente que ha aprendido muchísimo. Una crisis de estas características te somete a un alto nivel de estrés en todos los sentidos: emocional, funcional, profesional, social… del que sacar conclusiones y enseñanzas. Desde luego donde más se ha aprendido es en el ámbito sanitario, sector de por sí muy preparado. No así de otros sectores imposibilitados, por sus características, para aprender. Realmente está siendo una prueba de fuego y el conjunto de la sociedad sacará sus conclusiones.
Y ante una crisis similar futura, ¿qué medidas deberían adoptarse de forma preventiva?
Pues en mi opinión lo más importante es ser capaz de gestionar en base a criterios de conocimiento y profesionales, sin olvidar la consideración profundamente humanitaria. Alguna vez es necesario abandonar la mansedumbre política Hay magníficos profesionales capaces, desde la libertad y la responsabilidad profesional, de aportar soluciones adecuadas y fundamentadas. En este sentido, también hemos tenido ejemplos de algunos aciertos, como lo fue situar a Antonio Zapatero al frente del hospital de campaña de IFEMA, de igual modo, el de Fernando Prados para coordinar la Atención al Ciudadano y de la Humanización de la sanidad madrileña ha sido una buena decisión. Al final estamos hablando de personas, es un problema fundamentalmente humano que solo se puede atajar poniendo al frente a quienes entienden la naturaleza del problema y su verdadero objetivo es el ser humano. Otra vez será.