Entrevista a Manuel Bretón Romero, Presidente de Cáritas Española

Manuel Bretón lleva 3 años liderando Cáritas España y el trabajo de sus cerca de 85.000 voluntarios. Tras una vida militar intensa y cargos técnicos en la política de Defensa, el teniente general retirado dedica su talento a defender a los españoles en exclusión social y a los que están al borde del precipicio.

 

Lleva más de tres años al frente de Cáritas España, después de haber puesto en marcha la Cáritas castrense. ¿Podría hacernos un resumen de lo que ha visto con sus propios ojos en este tiempo?

Es difícil resumir lo experimentado en estos años intensísimos y llenos de experiencias inolvidables, pero si me lo pregunta yo lo resumiría, en que tengo la inmensa suerte de que me toca la lotería todos, absolutamente todos los días, y ¿a quién conoce, hoy en día, después de más de 70 años de vida que pueda decir lo mismo?

¿Cuál es su principal prioridad al liderar Cáritas España?

Ante todo, dar continuidad a unos años de crecimiento y enorme credibilidad ante la sociedad, y a la que se ha llegado por la dedicación y gran profesionalidad de todos los que han pertenecido a esta gran familia a lo largo de estos años, que han conseguido poner a Cáritas en lo más alto de las organizaciones de este tipo. Hay que tener en cuenta que tenemos “la obligación” y así nos lo dice el Papa Francisco, cuando nos define como “la caricia de la Iglesia a su pueblo”, de trabajar para fortalecer un sistema social que transmita esperanza y responda a las tremendas necesidades que padece una parte importante de nuestra sociedad.

¿Cuántos ciudadanos españoles se encuentran en exclusión social? ¿Y en riesgo?

Nosotros, una vez superada la crisis de 2008, seguíamos atendiendo a casi un millón y medio de personas ya no atención primaria de comida, pero sí en materia de empleo, familia…etcétera. La Fundación Foessa en su último informe nos enseñó con los datos fundamentados que siempre presenta, que esas personas se quedarían con nosotros, empezaron en la vulnerabilidad y no habíamos sido capaces de darles como sociedad las oportunidades que necesitaban y los habíamos dejado en la exclusión.

En este momento no quiero ni pensar porque no tenemos datos exactos de las personas que están acudiendo a cada recurso de Cáritas y de otras muchas instituciones, pero sí le puedo decir que en nuestros centros de atención primaria de los 70 Cáritas diocesanas hay muchos que han triplicada su atención. En breve, gracias al equipo de estudios de Cáritas y a la Fundación Foessa estaremos en disposición de dar datos precisos de la situación que tendremos en los próximos meses.


¿Cáritas es un complemento o la alternativa?

Yo diría que las dos cosas, hay familias que pueden tener una renta mínima por pequeña que sea que pueden asumir ciertos riesgos y acuden a nosotros para suplir lo que falta. Esto para nosotros no es una muy buena solución. Una renta mínima ayuda, sin duda, a las personas en exclusión o al borde de estarlo, pero no puede ser en cualquier circunstancia y para toda la vida, tiene que ser vinculada a políticas de empleo efectivas que den oportunidades de conquistar por sí mismos su futuro…Por lo tanto, para todos creo que somos más alternativa por la manera de hacer de Cáritas y de estar con los que más sufren. Nosotros creemos en ellos, los acompañamos y sabemos que son capaces de hacerlo si podemos encontrar las oportunidades que necesitan y que siempre buscamos juntos.

En cuestiones como la inmigración, un dilema difícil lleno de matices, ¿Cáritas es brazos abiertos, o también interviene con el razonamiento político e ideológico que late detrás de esta candente cuestión social en torno a la apertura de nuestras fronteras?

Esta candente cuestión social de este momento es una cuestión coyuntural, si me lo permite, y el tema de la inmigración es un tema estructural. Las personas tienen que ejercer sus derechos plenamente. Para Cáritas, que es Iglesia y Evangelio, cualquier persona tiene derecho a crecer y desarrollarse en el territorio que ha nacido, eso queremos casi todos, pero en muchas ocasiones las oportunidades se cierran. Estamos ante una pandemia muy seria como es la COVID-19, el otro día el Papa Francisco hablaba de la pandemia del hambre y nos decía que no nos olvidáramos de ella…Hay muchos países llenos de personas capaces que no pueden salir adelante y mantener a sus familias en ellos y se ven obligados a emigrar, como haríamos todos. El problema es, a veces, las políticas migratorias que no son realistas y que no tratan a las personas migrantes como queremos que nos traten a nosotros. Cerrar las fronteras no va a ayudar, va a ayudar una política de derechos y deberes justa y equitativa que piense, por encima de todo en la persona y respete sus derechos fundamentales.

Usted tiene una sólida trayectoria militar que le precede en el cargo. ¿El Ejército le preparó para pensar en los demás?

Pues creo que sí, no cabe duda de que una trayectoria profesional como la mía o como la de cualquier persona al llegar a cierta edad, va marcando y puliendo el carácter. Puedo decir, con orgullo, por supuesto, que mi vida viene marcada por el servicio a los demás. He servido con enorme ilusión a mi Patria y continúo sirviendo, con más ilusión si cabe, a aquellos que más lo necesitan de nuestra sociedad.

En su trayectoria también tiene un peso importante la faceta política. Contra el prejuicio social de que la política va a lo suyo, ¿a usted le enseñó también a mirar con visión social amplia?

Bueno también debo decir que parte de esa suerte, a la que me he referido antes y que me ha acompañado a lo largo de mi vida, se debe a que siempre he estado trabajando e incluso convivido con grandes personas, gente de la que he aprendido, me han transmitido muchísimo y me han enriquecido notablemente y eso, sin lugar a duda, te hace crecer continuamente.

¿Qué aptitudes militares usa en su nuevo desempeño?

Más que aptitudes yo les llamaría valores. Y sí, por supuesto, los hay y tiene mucho que ver con lo que hacemos en Cáritas: la defensa del más débil, la voluntad de vencer, el compartir e incluso la austeridad, todo esto lo he mamado desde que empecé a vivir esta maravillosa vida que Dios me ha dado.

¿El derecho a la vivienda digna se ha convertido en un dogma de fe constitucional?

El derecho a una vivienda digna es un derecho de la persona, sin lugar a duda, no sé si es un dogma de fe constitucional, pero lo que sí es para Cáritas es un derecho de todas las personas. Y se puede conseguir. Cáritas genera cada año en torno a 17.000 empleos de inserción, tiene empresas de inserción y de economía social y si se genera trabajo para las personas más vulnerables, lo demás viene sobrevenido.

¿Considera que el trabajo digno es la primera política social?

Creo que el empleo y el trabajo digno es lo que genera oportunidades para todos y para todo. Una persona que no tiene trabajo está sin salida.

¿Cuántas aportaciones tuvo Cáritas en 2019?

Estamos recogiendo todavía los datos exactos, pero aproximadamente 365 millones de euros y de ellos el 75% son aportaciones privadas y 25% aportaciones públicas con un gasto de administración y gestión del 5%.


¿Las aportaciones públicas son suficientes para todo lo que hace Cáritas?

Nos sentimos bien tratados por las administraciones, en general y, sobre todo, lo que necesitamos es poder seguir con la interlocución que tenemos con cualquier partido para que legislen, favoreciendo a las personas que menos tienen y haciendo en esto como en todo un trabajo excelente, conociendo su realidad y las oportunidades que realmente necesitan por encima de intereses políticos.

Además de dinero, ¿qué cosas concretas necesita Cáritas?

Necesitamos alianzas con empresas, instituciones, que tenemos muchas y las agradecemos de corazón, necesitamos todo lo que genere oportunidades para las personas que nos confían la vida, con las que trabajamos y que son nuestra esencia. Necesitamos que muchas personas crean que es posible que el mundo sea diferente y se pongan a ello con alternativas concretas y con seriedad, aunando esfuerzos.