En el marco del III Congreso internacional OAFI, dirigido a pacientes con artrosis, se reunieron expertos para debatir sobre la actualidad de esta enfermedad y de las diferentes opciones terapéuticas que existen para la artrosis.
La artrosis es una enfermedad articular degenerativa que afecta al cartílago, hueso y tejidos blandos de la articulación. Puede darse en cadera, rodillas, manos, pies y columna vertebral, siendo las tres primeras las más frecuentes.
Las articulaciones son los componentes del esqueleto que nos permiten el movimiento y, por tanto, nuestra autonomía funcional. En el interior de las mismas existe, generalmente, un fluido llamado líquido sinovial que es producido por la membrana sinovial. Los extremos óseos que se unen para formar la articulación están recubiertos por el cartílago articular. Cuando este cartílago articular se lesiona, se produce dolor, rigidez e incapacidad funcional y afecta a la movilidad y autonomía. Normalmente la artrosis se localiza en la columna cervical y lumbar, algunas articulaciones del hombro y de los dedos de las manos, la cadera, la rodilla y la articulación del comienzo del dedo gordo del pie.
En España, la artrosis afecta a siete millones de pacientes, un 10% de la población general, representando casi la cuarta parte del total de pacientes atendidos en las consultas de los reumatólogos. Según el estudio EPISER 2016 de la Sociedad Española de Reumatología, la artrosis sintomática de rodilla tiene una prevalencia puntual del 13,83% y la artrosis de mano del 7,73%. Asimismo, otros estudios han revelado que alrededor de la mitad de la población adulta de más de 50 años muestra signos radiológicos de artrosis de rodilla, aunque es más frecuente en mujeres sobre todo a partir de 55 años.
Esta enfermedad suele estar más asociada a una población de edad avanzada, pero empiezan a detectarse otros perfiles como jóvenes, mujeres o deportistas debido a otros estilos de vida más activos y el aumento de la esperanza de vida.
El Dr. Josep Vergés, presidente y CEO de la Fundación OAFI, ha reclamado durante el congreso más investigación al respecto para encontrar nuevos medicamentos. Además, el Dr. Vergés propone “la participación activa de los pacientes en su enfermedad mediante programas específicos de prevención mediante el Proyecto Artro360 firmado por las sociedades médicas, enfermería, farmacia comunitaria y pacientes de OAFI, entre otras”.
En el encuentro, se determinaron que algunos tratamientos tienen un efecto por debajo del umbral clínico, otros son de corta duración o bien tienen elevados efectos adversos a largo plazo. Es el caso de los analgésicos y antiinflamatorios (AINE’s) y Opioides.
Otro grupo de fármacos para el tratamiento de la artrosis son los SYSADOA. Se trata de un grupo de fármacos de efecto lento para el tratamiento de la artrosis, compuestos naturales y estructuralmente heterogéneos. Entre ellos hay dos que son de origen animal (parte proteína y parte azúcar) y un tercero vegetal. Todos ellos han demostrado clínicamente reducir el dolor, la rigidez, y tienen un buen perfil de seguridad.
Los SYSADOA, fue uno de los temas principales tratados en el Congreso. Según declaraciones del Dr. Jordi Monfort, jefe del Servicio de Reumatología del Hospital de Mar de Barcelona en su ponencia de ¿Sabes qué son los SYSADOA?, apuntaba que, “son un grupo de fármacos, poco heterogéneo, siendo el más conocido probablemente el condroitín sulfato (CS), seguido del sulfato de glucosamina (G) y la combinación de ambos también existe, y por vía intra articular el ácido hialurónico”.
Análisis y elaboración de la Guía de Aplicación de los SYSADOA
Durante cerca de un año, detallaba el Dr. J. Monfort, cómo se elaboró el estudio Delphi con el objetivo desarrollar la actual Guía de Aplicación de los SYSADOA, a partir del análisis de la población estudiada (según edad, sexo, sobre peso, cirugía previa, grado de afección de artrosis, etc..). Se creó un equipo de Coordinación, Comité Científico de expertos de diferentes áreas de reumatología y atención primaria y un Panel de Expertos multidisciplinar formado por especialistas de las áreas de atención primaria, reumatología, traumatología, ginecología, fármaco clínica y rehabilitación.
Sobre la recomendación de uso de la SYSADOA: “la población target de estos fármacos son gente con artrosis de rodilla, cadera o de mano, que están en fases iniciales o precoces de la artrosis, no en fases muy evolucionadas, con un dolor de ligero a moderado”, afirmaba el Dr. Monfort.
De forma global, el estudió concluyó que el uso de SYSADOA orales puede considerarse apropiado en pacientes con artrosis de rodilla grado 1, grado 2 y grado 3, según la clasificación radiológica de Kellgren y Lawrance, pero no considerado en la artrosis de grado 4, en artrosis de rodilla femorotibial interna y externa, artrosis femoropaelar, en articulaciones interfalángicas proximales e interfalángicas distales, en rizartrosis y en artrosis de cadera. No sería apropiado en artrosis erosiva de manos, artrosis de hombro, de columna, ni de tobillo.
Se acuerda también la prescripción de los SYSADOAS orales en pacientes con dolor leve-moderado o grave, que todos son eficaces para mejorar la capacidad funcional y la calidad de vida de los pacientes con artrosis. Están dirigidos a pacientes con riesgo cardiovascular, enfermedad cardiovascular y enfermedad digestiva. Por el contrario, estarían contraindicados en pacientes con enfermedad hepática y enfermedad renal.
Así mismo puede indicarse en pacientes que llevan prótesis por la artrosis, o que la estén esperando.
La eficacia terapéutica máxima de los SYSADOAS orales puede ser de entre 3 a 6 meses desde la prescripción del medicamento con posibilidad de prolongar el tratamiento durante 6 meses ante una respuesta inicial positiva. Finalizado el tratamiento, el efecto puede persistir durante algunos meses más.
El Dr. J. Monfort ha concluido recordando que “debido a la poca terapéutica farmacológica existente en artrosis, la utilización de estos fármacos en la clínica aporta ventajas terapéuticas y sobre todo de seguridad. No hemos de olvidar que los pacientes con artrosis tienen comorbilidades asociadas y suelen estar polimedicados, de ahí la utilidad de estos fármacos”.