El lenguaje es primordial ya que tiene unas funciones muy importantes en los seres humanos: es un instrumento del pensamiento y nos llevará a tomar o no acción. Por este motivo ayuda en la regulación de la conducta dirigida, es un medio que sirve para acceder a la información y la cultura y sirve para transmitir pensamientos, ideas, emociones, proyectos…
Hay dos tipos de lenguaje, el lenguaje receptivo (habilidad para entender) y el lenguaje expresivo (habilidad para expresar). Ambos son necesarios para poder mantener una comunicación.
La comunicación con un paciente con demencia avanzada puede ser tan difícil que puede empeorar su estado conductual.
Como bien sabemos, a medida que progresa la enfermedad, el lenguaje, como una más del resto de funciones cognitivas, va sufriendo limitaciones.
En la fase inicial el enfermo puede presentar problemas para encontrar las palabras con frases más pobres. Esto puede interferir en su capacidad para mantener conversaciones y disminuir la iniciativa para hablar ya que es consciente de lo que ocurre. Más tarde pueden comenzar a aparecer dificultades en la comprensión de frases o ideas complejas.
En fases moderadas, al agravarse los síntomas anteriores el discurso resulta menos fluido, con tendencia a utilizar palabras comodín para sustituir al vocabulario más simple no encontrado. El lenguaje se vuelve pobre, vacío y con más circunloquios. La comprensión también puede verse deteriorada notablemente. Tienen dificultad en expresar ideas y pensamientos, saben lo que quieren decir pero no les sale, o les sale otra palabra y la falta de comprensión puede variar, desde no entender las palabras a no entender un texto o un discurso.
En las fases más graves, el paciente puede carecer de iniciativa para comunicarse o hablar. Su comunicación se puede reducir a ecolalias, palilalias y estereotipias. Por otro lado, la comprensión se puede limitar a un material extremadamente simple y con necesidad de ayuda del contexto en el que se produce.
En esta etapa avanzada, con un marcado déficit en el lenguaje, es cuando más problemática conductual del tipo irritabilidad/agresividad, pueden aparecer. Esto es fácilmente entendible si pensamos que el enfermo puede tener necesidades que no puede expresar y así mismo la familia puede insistir mediante el lenguaje verbal en tareas que el paciente no llega a comprender, así mismo puede darse todo lo contrario, que el enfermo esté tan aislado que sea imposible comunicarse con él.
Hay necesidades de los pacientes que nunca podemos olvidar. Una persona con una demencia avanzada, por mucha limitación lingüística que tenga, necesita que le hagan sentir felicidad, necesita el contacto con familiares y amigos, necesita sentir seguridad y comodidad. Todos merecemos ser tratados con dignidad y respeto.
Aquí van unas sugerencias para facilitar esta difícil situación:
- Nunca debemos hablar delante de ellos como si no estuvieran.
- Debemos usar un lenguaje simple y cotidiano y que evite los términos complejos, utilice oraciones cortas y sin complicaciones apoyadas por la comunicación no verbal.
- Estaremos atentos a los mensajes no verbales que nos transmite.
- Estimularemos cualquier tipo de comunicación, ya sea hablada, gestual, señalando o dibujando.
- Intentaremos presentar la información en pequeñas partes con órdenes simples, una detrás de otra.
- Podemos usar ejemplos y analogías.
- Intentaremos mantener un tipo de conversación natural y apropiada para un adulto.
- Es importante minimizar al máximo las distracciones, como por ejemplo el ruido de una radio/TV, en la mayor medida posible.
- Preguntaremos y valoraremos la opinión de la persona, especialmente con respecto a los asuntos familiares.
- Deberemos darle tiempo para que acabe de contarle lo que quiere.
- Debemos tener en cuenta que el nivel de comprensión de su familiar puede variar de un día a otro e incluso dentro de una misma actividad.
- Cuando vaya a hablarle, debe situarse dentro de su campo visual, que le mire a la cara, para asegurarse de que le está atendiendo.
Debemos recordar que el ejercicio físico regular, una dieta saludable, las relaciones sociales y la estimulación cognitiva actúan como factores protectores de nuestras funciones cognitivas y mejoran nuestra calidad de vida.
La estimulación y el trabajo sobre esta función, el lenguaje, será siempre interesante y enriquecedora, ya que nos ayudará a mejorar la comunicación y a convivir con el entorno y con quienes nos rodean.
Los principales objetivos a trabajar serán: trabajar el lenguaje oral y escrito, afianzar la ortografía, trabajar la denominación, clasificar y categorizar conceptos, desarrollar el lenguaje espontáneo, facilitar la comprensión lectora, trabajar los elementos del lenguaje no verbal, reforzar la lectoescritura, ampliar el vocabulario y la fluidez verbal y mejorar el lenguaje hablado y escrito.
Cuadernos AKKER son cuadernos de ejercicios de Estimulación Cognitiva para adultos, diseñados siguiendo las bases neurobiológicas anteriormente mencionadas.
Con Cuadernos AKKER se entrenan todas las funciones cognitivas implicadas en los procesos degenerativos. En el programa de estimulación cognitiva desarrollado en estos cuadernos, cada tarea va asociada a una función cognitiva determinada. Cada ejercicio suele actuar de un modo más global, estimulando otras funciones cognitivas que está interrelacionadas.
Los Cuadernos AKKER disponen de 3 niveles y 5 cuadernos distintos:
Nivel A: deterioro cognitivo asociado al envejecimiento (GDS 2, Reisberg).
Nivel B: deterioro cognitivo leve (GDS 3 de Reisberg).
Nivel C: demencia de inicio (GDS 4 de Reisberg)
Edurne Otegui Iridoy y Anabel Campos García