Cada día nuestras acciones y actividades generan un valor que va más allá de lo que se puede medir en términos monetarios, aunque este es la mayoría de las veces el único valor que se cuantifica, dejando de lado otros también importantes.

Así, las decisiones se toman basadas en información incompleta, por lo que pueden no ser las más adecuadas respecto a su verdadero impacto. El Retorno Social de la Inversión (SROI) es una metodología que permite medir y cuantificar un concepto más amplio de valor, el retorno social. Supone acceder a la combinación óptima de los costos totales y la calidad de los servicios para que se ajusten a las necesidades de los usuarios y mide el cambio relevante para personas u organizaciones que lo experimentan o contribuyen a él. Trata de valor, en lugar de dinero, aunque estos resultados se traducen a términos monetarios, utilizando el dinero como unidad común, la forma más aceptada de expresar el valor.

Principios

El cálculo del SROI está basado en siete principios que forman la base de cómo debería ser aplicado:

  • Involucrar a los grupos de interés o stakeholders. Identificarlos, consultarlos e informarles sobre qué y cómo se mide y valora para contar con las opiniones de aquellos que afectan o son afectados por la actividad.
  • Entender qué cambia. Definir cómo se crea el cambio y cómo este genera valor, evaluado desde la evidencia obtenida.
  • Valorar las cosas importantes. Tratamos resultados que no siempre tienen un mercado ni una fácil asignación de valor. A sus indicadores, que se usan para recoger evidencia sobre lo que sucede y evaluar su importancia relativa, les asignamos valores sustitutivos (proxies).
  • Incluir únicamente lo esencial. Determinar qué información debemos aportar para construir una descripción sobre la que sacar conclusiones y tomar decisiones. Se considera esencial si tiene potencial para afectar la decisión.
  • No reivindicar en exceso. Únicamente reivindicar el valor que crea el proyecto directamente.
  • Ser transparente. Documentar los escenarios y el porqué de las decisiones tomadas incrementa la credibilidad del proyecto.
  • Comprobar el resultado. Aunque un análisis SROI ofrece la oportunidad de entender mejor el valor creado por una actividad, implica inevitablemente subjetividad. Una garantía independiente apropiada ayuda a evaluar si las decisiones fueron razonables.

Utilidad

Hay dos tipos de análisis SROI:

  • Evaluativo, en base a un análisis retrospectivo evalúa el impacto a posteriori con resultados reales de proyectos ejecutados.
  • Prospectivo o de pronóstico, predice el valor social de los proyectos que se ejecutarán si las actividades logran los resultados previstos. Es especialmente útil en la planificación estratégica. Muestra cómo una inversión puede maximizar el impacto social y ayuda a elegir entre las alternativas. Identifica los ámbitos de creación de valor social que deben medirse durante el proyecto y los sistemas correctos de recolección de datos para realizar un análisis completo en el futuro.

Las etapas del estudio del SROI de un proceso

Etapa 1. Establecer el alcance y parámetros del estudio e identificar a los stakeholders clave

En esta etapa definimos claramente el objetivo, los límites y la magnitud de lo que se incluirá en el análisis (qué y por qué se va a medir), así como quién va a participar en el proceso y cómo se les va a involucrar. Debemos saber claramente si pretendemos analizar un pronóstico o una evaluación.

Es importante identificar y priorizar las personas u organizaciones clave (usuarios con patologías crónicas, voluntarios…) que experimentarán un cambio relevante (menor utilización de servicios de salud) como resultado de la actividad, así como delimitar el uso de recursos, las técnicas de consulta que se utilizarán y el plazo temporal de los efectos de la intervención y de la recogida de información para el análisis.

Etapa 2. Diseño del mapa de impacto y recopilación de datos

El mapa de impacto (también llamado mapa de cambios o modelo lógico) aporta una visión global de la inversión. En él se relacionan los inputs o recursos invertidos en la gestión de las actividades del proyecto (económico-financieros, en especie y humanos), con los outputs o actividades en las que invertimos (transporte, ejercicios, sesiones en grupo con enfermeras para aprender a manejar la enfermedad, etcétera), y con los outcomes o resultados esperados (menor utilización de recursos sanitarios…).

En su elaboración identificamos y seleccionamos indicadores, definimos los métodos de recopilación de datos (se recurre a diversas fuentes de información, como literatura científica, bases de datos oficiales, encuestas a pacientes, participación de expertos, entre otras) y las técnicas de corrección de datos para la medición del impacto. Es importante involucrar a los diferentes grupos de interés para asegurar que el sistema de medición y valoración incluya su visión.

Para cada grupo de interés se debe rellenar la siguiente tabla: Actividad Input Indicador

IMAGEN 2Valoración Posibles

Etapa 3. Evidenciar y dar valor a los outcomes

Para identificar y valorar el resultado, a cada retorno o cambio como consecuencia de una actividad (esperado o inesperado, positivo o negativo) se le asignan indicadores (variación en número de caídas, visitas anuales, actividad de voluntarios, …) para recoger la evidencia sobre lo que está sucediendo, y evaluar su importancia relativa y hay que identificar las fuentes de las que se obtendrá la información para valorarlos.

Generalmente, cada outcome necesitará usar más de un indicador. Es interesante compensar indicadores subjetivos y objetivos que se complementen para compensar los riesgos inherentes a medir indicadores subjetivos. Ejemplo de indicadores para los outcomes: IMAGEN 1

Etapa 4. Establecer el impacto

En esta etapa evaluamos el grado en que los resultados identificados se deben a las actividades del proyecto. Es importante, ya que reduce el riesgo de reivindicar en exceso resultados como consecuencia del proyecto y, por lo tanto, de invertir en iniciativas que no son óptimas. Para este propósito es necesario tener en cuenta los siguientes conceptos que evitan la sobreestimación del retorno:

  • Atribución: proporción de los resultados que se pueden atribuir directamente al proyecto y no se deben a la contribución de otras iniciativas.
  • Peso muerto (Deadweight): parte de los cambios se hubiesen podido conseguir si la organización no hubiera desarrollado el proyecto.
  • Desplazamiento (Displacement): porcentaje del cambio producido que haya desplazado otros cambios.
  • Decrementos (Drop off): deterioro del resultado conseguido directamente por el proyecto a lo largo del tiempo, para proyectos de duración superior a un año. Posteriormente se asigna un valor monetario a los resultados, que carecen de valor de mercado, mediante la identificación de valores sustitutivos (proxy) que permitan llevar a cabo el cálculo SROI.

Etapa 5. Cálculo del SROI

Se suman, traducidos a valor actual, todos los beneficios tangibles e intangibles, restando los aspectos negativos que quitan valor y comparando este resultado con los recursos invertidos. Así se calcula el valor financiero de la inversión y el valor económico de los costes y beneficios sociales de las actividades del proyecto y se obtiene cuanto retorno se obtendrá por euro invertido. Por ejemplo, si el resultado del ratio es 2, por cada euro invertido obtendremos un retorno social de 2 euros.

Etapa 6. Comunicación

Este último paso fundamental supone compartir conclusiones con todos los grupos de interés. Resume la información registrada y documentada en etapas anteriores y que permite calcular el SROI, más el registro de la información cualitativa y cuantitativa del proceso, en el contexto de un análisis completo.

Conclusión

En el ámbito de la salud es importante que, tanto usuarios como profesionales sanitarios y el propio Sistema Nacional de Salud (SNS), se involucren en buscar alternativas para mejorar el abordaje de las patologías.

Cada alternativa o proyecto crea valor y el SROI recoge las valoraciones de impacto en los distintos grupos de interés que no se reflejan en la contabilidad financiera convencional. Identifica una base común entre lo que una organización y sus grupos de interés desean lograr, y permite capturar en forma monetaria el valor de un amplio abanico de resultados, aportando un coeficiente que indica cuánto valor total en euros se crea por cada euro invertido. Esta información ayuda a tomar decisiones que maximicen el valor social.

Buscar un equilibrio entre el retorno económico y social a través de la metodología SROI en el ámbito de la salud, resulta una apuesta de futuro a la hora de mejorar la asistencia sanitaria desde una visión más holística.