“El PAIME es un modelo de éxito en el mundo”

Tras más de 4 años al frente de la OMC, el Dr. Tomás Cobo Castro ha recibido a New Medical Economics para hacer balance de su gestión. En esta entrevista, entre otras cuestiones, ha reflexionado sobre los retos actuales del sistema sanitario, el papel de los médicos, y las iniciativas que están marcando la pauta en el futuro de la medicina.

¿Qué estrategias sugiere para aumentar el atractivo de la Medicina Familiar y Comunitaria entre los nuevos médicos?

Lo primero es el que se hable de Medicina Familiar y Comunitaria en el entorno de la carrera, ya que no hay ni una sola asignatura que se dedique a explicar lo que es la Medicina de Familia y Comunitaria, todas las asignaturas del grado van dirigidas a la atención hospitalaria y lo normal es que los alumnos finalmente vayan enfocados por ahí. El problema es que es una solución tardía porque hasta que se generen vocaciones en ese entorno, tardan años. Es una de las líneas estratégicas con una visión un poco larga.

Y en la parte de lo que es la pura atracción para los que ya han terminado, ahí hay tres quiebras en general en el sistema. Una, es la de la estabilidad profesional, la precariedad; otra es la falta de tiempo para la formación médica continuada; y la última, es el modelo retributivo que sigue siendo escaso comparado con Europa. Además, considero que hay que dotar a los médicos de AP de más medios para que hagan ese primer diagnóstico.

Con respecto a la medicina comunitaria, es necesario hablar un poco más de salud y menos de enfermedad y también educar más en salud a la ciudadanía. El modelo de primaria que tenemos en España es un modelo muy potente, no es la puerta de entrada, sino que es el pilar realmente de lo que debe de ser la puerta.

La medicina en el siglo XXI es otra cosa, es en el entorno multidisciplinar. Se requieren métodos diagnósticos más avanzados y se requiere más trabajo en equipo. La lista de espera también es muy importante, pero la lista de espera más importante que hay es la del primer diagnóstico. Y en cuanto a la prevención, hemos presentado hace poco un libro de cribado del cáncer de colon. Por ahí es por donde tenemos que ir.

¿Cómo valora el aumento de plazas de AP y de formación especializada? ¿Qué más se puede hacer para mejorar la calidad de esta formación?

Tenemos que formar a más especialistas, pero para eso debemos tener unidades docentes que estén preparadas para ello. Hay que formar a los médicos con los mismos mapas de conocimientos y competencias que tenemos en Europa. En este sentido, la UEMS (European Union of Medical Specialists, por sus siglas en inglés) trabaja mucho en la producción de los ETR, (European Training Requirements), que lo que hacen básicamente es establecer un temario de los conocimientos y competencias mínimos que debe de tener cualquier médico europeo. En esa línea tenemos que trabajar, para armonizar no solo la primaria, sino todas las especialidades. Cuando vienen médicos extracomunitarios debemos de tener la seguridad de que tienen los mismos conocimientos y competencias mínimos que exigimos a los médicos en España. Resulta paradójico que exijamos el MIR y una formación especializada y luego se homologuen títulos sin la seguridad absoluta de que esos médicos tienen los mismos conocimientos y competencias que cualquier otro médico especialista europeo. Somos la puerta de entrada en Europa, tenemos muchos más receptores que Suecia como consecuencia de que compartimos una lengua en todo Iberoamérica. Estos médicos que vienen a través de España luego terminan diseminados por Europa y tenemos que estar muy atentos para que tengan los mismos conocimientos y competencias, porque eso es lo que refleja la seguridad clínica.

Ha salido ahora una consulta pública del Ministerio para el tema de agilización y homologación de títulos extracomunitarios con el objetivo de que se utilicen todos los medios digitales para que eso se agilice y que realmente ellos puedan tener una idea de qué lugar ocupan en ese listado de expedientes, porque hay dramas personales, eso me parece bien, pero agilizar no quiere decir facilitar ni mucho menos.

¿Qué esta haciendo la OMC por la salud mental de sus profesionales?

Nosotros empezamos con el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) hace 25 años. para rehabilitar y reincorporar a los profesionales al sistema.  El PAIME nació sobre todo para la atención de médicos con adicciones, pero eso progresivamente ha ido evolucionando hacia otros ámbitos de salud mental como el estrés o burnout.

Durante el proceso de rehabilitación, el profesional extrae su actividad asistencial, con lo cual, lo que hacemos es proporcionar seguridad clínica al entorno para tener la seguridad de que no hay nadie que no está en sus mejores condiciones para atender a los pacientes. Tenemos un índice de rehabilitación de un 90%, pero hemos dado un paso más allá en estos últimos cuatro años y hemos integrado ya no solamente a los médicos que están en el programa, sino que hemos firmado ya convenios con enfermería, con veterinarios, con odontólogos, con farmacéuticos, para que se haga una copia del modelo exactamente igual al PAIME, pero en estas especialidades. Además, hemos tenido ya varias reuniones con la Alta Comisionada de Salud Mental, con Belén Hernández, que, apuesta por el Plan Estratégico. Es una buena noticia y una gran iniciativa del Gobierno de España tanto de la Presidencia como del Ministerio de Sanidad, me consta que la ministra ha puesto mucho interés en ello y hemos tenido la oportunidad de reunirnos en varias ocasiones con Belén Hernández. Ella ha estado también en la Convención que hemos llevado a cabo recientemente hablando de salud mental y creemos que el PAIME será integrado en el Plan Estratégico de Salud Mental para la atención a los profesionales sanitarios que tengan problemas de salud mental.

También hemos puesto en marcha el SAPEM (servicio de atención telemática a estudiantes de medicina), que está teniendo una gran acogida, hay un teléfono donde ellos pueden llamar, se les pone en contacto con un entorno de psicólogos y se les atiende. En un año ha tenido más de 300 intervenciones, y más de mil llamadas.

Quiero subrayar y enfatizar la buena relación y las acciones absolutamente sinérgicas entre el Ministerio de Sanidad y la OMC. En ese sentido, la llegada de Mónica García ha agilizado mucho y bien diferentes ámbitos. Otro de ellos es la especialidad de Urgencias y Emergencias, pero en sintonía y en sinergia con ellos.

Aunque las cifras de emigración médica parecen bajas, ¿qué medidas se podrían implementar para retener más talento en el sistema sanitario español?

El mejorar las condiciones en su generalidad. Hablábamos antes de estabilidad, hablábamos de formación médica continuada y hablábamos del modelo retributivo. Lo que tenemos que hacer para atraer talento es dar unas condiciones laborales que permitan establecer un proyecto de vida y un futuro.

Desde la OMC, empezamos hace años ya con la UEMS, acreditando la formación en un entorno europeo, porque eso va a permitir la libre circulación de médicos especialistas en Europa. Firmamos un convenio con la UEMS y con el Ministerio de Sanidad para la acreditación de lo que llamamos los ‘pequeños eventos’ que son aquellos que tienen lugar en los centros de salud o en los hospitales, las sesiones clínicas o en los propios colegios de médicos para que en esos entornos pequeños en los que otros intereses estuvieran acreditados con los mismos criterios y procedimientos a un precio muy razonable o insignificante, permita a un médico o a una médica de un centro de salud que tiene un curso que pueda acreditarlo con criterios y procedimientos comunes en Europa y en un plazo de tiempo muy corto, en dos o tres semanas tiene el curso acreditado si cumple los criterios y procedimientos y a un precio muy barato. Eso ha sido un paso adelante de la mano también del Ministerio de Sanidad.

Lo micro es clave, porque ahí ha habido muchos años en los que la industria farmacéutica ha sido en gran parte responsable de la formación médica continuada.

¿Qué riesgos y beneficios ve en la descentralización de los procesos de homologación y cómo podría afectar esto a la uniformidad en la calidad del sistema?

Eso no es buena idea. Precisamente lo que trabajamos en Europa es que, aunque haya criterios y procedimientos comunes que aseguren que como mínimo un médico especialista en Europa tiene esos conocimientos y competencias. Si no estamos trabajando en dirección contraria a lo que estamos tratando de trabajar en Europa, que esté centralizado, con una guía de competencias y conocimientos comunes. No es buena idea y va en dirección contraria a lo que se pretende en este entorno europeo dentro de este modelo sanitario que tenemos.

¿Qué avances ha logrado el Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIME) y cuáles son sus próximos objetivos?

El PAIME es un modelo de éxito en el mundo, de hecho, nos lo copian en Iberoamérica y nos lo copian en Europa. El PAIME tendríamos que encajarlo como un plan estratégico dentro del Gobierno de España, con partidas finalistas para una cada una de las comunidades y que no sea cada uno de los colegios el que tenga la interlocución con el consejero de turno, sino que eso fuera desde arriba, en este Plan Estratégico de Salud mental y con fin finalista, con una dotación específica que hagan las consejerías para contemplarlo como una herramienta más en la salud mental. Ese es el siguiente paso y me consta que desde el Ministerio de Sanidad están por la labor.

¿Siente que las recomendaciones de la OMC tienen suficiente impacto en las políticas sanitarias nacionales y regionales?

Sentimos que la OMC tiene unas relaciones institucionales muy fluidas y me consta que sí nos escuchan. Un ejemplo es que, en la Convención de la Profesión Médica, que reúne a todos los colegios de Médicos de España y sus juntas directivas, ha estado la cúpula completa del Ministerio de Sanidad, desde la ministra, el Secretario de Estado, la directora general de Ordenación, la Alta Comisionada de Salud Mental, la directora de la Agencia Española del Medicamento, la directora de la Organización Nacional de Trasplantes…. En los cuatro años que llevo de presidente de la OMC, tanto con la ministra Carolina Darias como este año, de manera más intensa con Mónica García, nos consta que nos escuchan y nos han escuchado en lo que teníamos que decir, una prueba palpable de ello es la especialidad de urgencias y emergencias.

Mónica García tiene una labor difícil porque tiene 14 consejeros del Partido Popular y aun así ha sido la ministra que más veces ha reunido al Consejo Interterritorial con los debates y las discusiones que hay, y ha hecho dos interterritoriales específicos monográficos, uno sobre Atención Primaria y otro sobre la cobertura vacacional. Creo que es una ministra que tiene mérito y que tiene empuje en el entorno que la corresponde desde el punto de vista político.

Desde la OMC, ¿qué recomendaciones están impulsando para apoyar planes como el de Prevención y Control del Tabaquismo?

Estamos trabajando en ello intensamente, formamos parte del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y la Asamblea se ha reunido en la OMC. Una vez más en sinergia con el Ministerio. Creo que el tabaco va a estar prohibido en exteriores en nada, la gente no podrá fumar en la calle.

¿Cómo evalúa el estado del sistema sanitario tras la pandemia y qué lecciones cree que todavía no se han aplicado?

Durante la pandemia lo que nos quedó claro a todos es que el Sistema Nacional de Salud fue capaz de aguantar el impacto en la fase de defensa y en la fase de ataque, que fue el tema de vacunación, España estuvo en el top del mundo, conseguimos la vacunación del 90% de los mayores de 65 años que eran los más vulnerables en un tiempo récord comparado con Francia, Alemania, Italia, Inglaterra, Estados Unidos, fuimos los mejores.  Aunque se han hecho cosas, ahora nos haría falta optimizar esa relación público-privada para el sostenimiento de nuestro modelo.

Una de las 47 medidas que hemos propuesto ha sido la creación de una Agencia Estatal de Salud Pública. Creo que eso sí que va a ayudar para potenciar políticas de vacunación, políticas de salud pública en general, educación sanitaria y también, que, de manera independiente, diga qué es y qué no es adecuado en cuanto a criterios de gestión de pacientes.

También habrá que reformar el Estatuto Marco que se ha quedado anticuado, la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, la Ley de Autonomía del Paciente y la Ley de Ordenación de Profesiones. Eso hay que hay que modernizarlo y adecuarlo a los tiempos en los que vivimos. Además, en el Sistema Nacional de Salud lo que hay que medir es la eficiencia.

Ha mencionado que el incremento del acceso a la sanidad privada podría generar desigualdades. ¿Qué soluciones propone para evitar una «sanidad pobre para los pobres»?

Lo que está sucediendo es que hay una deriva progresiva de la clase media hacia el entorno de las aseguradoras. Y esa deriva que está habiendo no es como consecuencia muchas veces de una elección personal absolutamente libre, sino como consecuencia de la falta de respuesta que en un momento determinado tiene la sanidad pública. Y además se da en un entorno que es particularmente sensible, que es el de la Atención Primaria. No puede ser que se tarde cinco o seis días para que te vea el médico de primaria y te haga una receta, eso genera una deriva, y corremos ese peligro de que progresivamente se vayan dedicando menos recursos a una cosa y vaya engordando la otra. ¿Qué es lo que hay que hacer? Tratar de ser, una vez más, lo más eficientes posible, hacer mucha educación sanitaria porque aquí jugamos un papel todos, hay cosas que sí son susceptibles de ser tratadas por un médico, pero hay otra serie de cosas que tendremos que encontrar por educación sanitaria, otras vías y tratar de buscar la eficiencia.

El tema de que haya esa atomización y dispersión de recursos en consultorios rurales, que tengamos un médico para atender un número de cartillas muy pequeño, habiendo cambiado las cosas en cuanto a la comunicación con respecto al entorno, esos recursos hay que recuperarlos y pensar en el tratamiento de la cronicidad de otra manera. Hay otras profesiones sanitarias que juegan un papel importante como la atención domiciliaria o la enfermería, lo que hay que hacer es tratar de optimizar recursos.

¿Por qué todavía en las facultades de Medicina no se incorporan asignaturas de gestión?

No sé si debe incorporar una asignatura de gestión, lo que sí se debe incorporar es una conciencia del profesional de que forma parte de la gestión. En el entorno de la primaria, de los centros de salud, la autogestión es absolutamente clave. Y luego la concienciación del propio profesional en el que forma parte de este entorno que es un entorno de todos y que no se haga derroche en un momento determinado.

Hay pocos profesores que conciencien al alumno o al residente del deber que tiene en ese modelo público de gestión.

¿Cuál es su opinión sobre Muface? ¿Cree que hay un interés en la destrucción del modelo?

Aquí lo que está claro es que tanto el Ministerio como la Administración han presentado un proyecto, han sido las aseguradoras las que no han querido cogerlo. A las aseguradoras no les sale rentable porque tienen un tanto por 100 muy alto de pacientes por encima de los 65 años con pluripatologías y supone mucho gasto, pero desde el Ministerio de Sanidad y desde la Administración han puesto el dinero encima de la mesa.

No veo que haya un interés en la destrucción de Muface, sino en la optimización de lo que tenemos y vamos a ver con las nuevas licitaciones que salgan. El informe que ha sacado el Ministerio de Sanidad no es un informe que vaya en contra de Muface, sino que es un informe que le pide el Ministerio de Economía para decir que, si no entran las aseguradoras, serán capaces de aguantar, el sistema lo soportaría.