Con una amplia experiencia en el ámbito de la salud pública, Domínguez ha liderado importantes iniciativas orientadas a mejorar el bienestar y la atención de los navarros, especialmente en tiempos de desafíos sanitarios. En esta entrevista, hablamos sobre las estrategias actuales de su equipo, los retos en la gestión de recursos y su visión para el futuro de la sanidad en Navarra.
¿Qué balance hace de su gestión hasta ahora y cuáles diría que son los principales retos que enfrenta la comunidad en este momento?
Cuando iniciamos la legislatura recibimos una sanidad marcada por una pandemia y sus consecuencias y estas circunstancias determinaron las líneas que marcamos como prioritarias de esta legislatura.
En primer lugar, debíamos recuperar la valoración del sistema sanitario previo a la pandemia. En la ciudadanía en Navarra ha calado la percepción de que la sanidad no va bien, y es una percepción que no se corresponde con la realidad. Durante la pandemia sobraron los aplausos a los profesionales y en este momento falta un reconocimiento sincero de la labor que realizan.
Para recuperar la valoración del sistema sanitario era prioritario llevar a cabo varias acciones con urgencia:
Abordar las listas de espera en un sistema todavía no recuperado de la pandemia era prioritario, por lo que pusimos en marcha un plan integral con medidas a corto, medio y largo plazo buscando la máxima eficiencia en la gestión de los recursos y del personal. Es un asunto que nos quita el sueño porque somos conscientes de que las cifras no son sólo cifras: son personas que esperan un diagnóstico o un tratamiento que les puede marcar su futuro personal y familiar.
El acuerdo programático es claro también en la necesidad de sacar adelante una Ley Foral de Salud con la que se quiere poner a las personas en el centro del sistema sanitario y apostando por la atención integral y un modelo sociosanitario corresponsable en el cuidado de la salud.
La Atención Primaria, puerta de acceso de la ciudadanía a nuestro sistema sanitario, centra gran parte de nuestros esfuerzos y es un objetivo prioritario.
La salud mental es otra de nuestras áreas prioritarias y estamos trabajando para reforzarla y poder avanzar en cuestiones tan importantes como la prevención del suicidio o la atención a la población infantojuvenil.
Potenciar la investigación a través de la FMS- Navarrabiomed e IDISNA, Instituto de investigación acreditado por el Instituto Carlos III.
Y ya, a nivel personal el gran reto sería que la sanidad deje de ser un arma política porque nos jugamos mucho. Esta legislatura puede ser crucial en el futuro del sistema sanitario en Navarra y mi deseo sería alcanzar acuerdos con otras formaciones parlamentarias distintas a las que apoyan al Gobierno, porque eso significará que alcanzamos un pacto con sentido social y político sobre lo que debería ser lo primero: la salud. Pero, lamentablemente, no siempre es posible.
En estas líneas, ¿cuál es nuestro balance? Evidentemente hay luces y sombras, aspectos mejorables y aspectos en los cuales los avances son evidentes. Sin embargo, soy optimista porque tenemos unas líneas de acción claramente marcadas, y cuando las circunstancias nos han permitido seguir la senda, los resultados han sido buenos, y no debemos olvidar que quedan todavía casi 3 años de legislatura.
Usted ha mencionado en varias ocasiones la importancia de reformar la Atención Primaria. ¿Qué medidas se están tomando para mejorar su financiación y reforzar los equipos multidisciplinares en este ámbito clave?
La AP, por diferentes razones, está inmersa en una innegable crisis en todo el país y, aunque lo cierto es que nuestra situación en cuanto a número de profesionales sanitarios es de las mejores, no es ajena a ella.
El sistema sanitario debe sufrir no ya un cambio, sino una transformación para que sea sostenible al mismo tiempo que permita atender las necesidades de la ciudadanía. Este cambio debe pivotar sobre la Atención Primaria, puerta de entrada de los pacientes en el sistema; si la AP funciona todo el sistema funciona con más facilidad y si no lo hace, se tambalea. En este sentido, abordar un cambio en la AP es esencial, y no solo en su financiación, sino que debe alcanzar al modelo de la atención,
El sistema de Atención Primaria debería adaptarse a los cambios de la sociedad y a sus necesidades asistenciales, pero no suele hacerse porque ello implica tomar decisiones valientes que suelen acarrear consecuencias políticas, económicas y sociales. Porque el cambio que debe abordarse necesita el compromiso de la Administración, poniendo a disposición de las y los profesionales todas las herramientas necesarias; de los profesionales, implicándose activamente en el proceso de transformación; y de las y los pacientes, haciendo un uso adecuado de los recursos y siendo conscientes de que son afectados por el problema y parte importante de la solución.
La asistencia que precisa ahora una sociedad más envejecida y con patología crónica no tiene nada que ver con la de hace 15 o 20 años con un sistema pensado fundamentalmente para la atención de pacientes jóvenes con procesos agudos.
Lo que ahora toca es escuchar a todos los agentes concernidos y reorganizar el sistema de forma consensuada para dar la mejor asistencia a todos los ciudadanos en el menor tiempo posible, adaptando los recursos disponibles para satisfacer estas nuevas necesidades sin saturar al personal, pero ofreciendo a la ciudadanía los servicios que requiere.
Es necesario y urgente abordar la reforma de la atención continuada y urgente; reevaluar la idoneidad de los PAC existentes y el SUR, revisar si se cumplen sus objetivos, el grado de satisfacción de los profesionales y cómo lo percibe la ciudadanía.
Abordaremos, también, un cambio en el modelo de gestión de los equipos: multidisciplinares con autonomía de gestión, mayor cartera de servicios y flexibilidad organizativa para cubrir las necesidades sociosanitarias de la población de la mejor manera posible.
Para ello es necesario: definición de nuevos perfiles profesionales en el ámbito de AP, un nuevo modelo de atención sociosanitaria, una estrategia de digitalización de salud (telemedicina, herramientas que aumenten la resolutividad), una mejora de la accesibilidad al sistema y desarrollar la normativa de plazas de difícil cobertura.
Ahondando en este ámbito, abordaremos también el modelo sociosanitario de nuestra comunidad para convertirlo en un modelo de atención integrado que permita reforzar y acercar los servicios sociosanitarios al entorno habitual de la persona, mantener su capacidad funcional y mejorar la autonomía y la calidad de vida, etcétera. Una tarea compleja que se ha hecho más necesaria que nunca tras la pandemia y que, además, permitirá sentar las bases de uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sistema público de salud: el envejecimiento de la población y sus consecuencias.
En un sistema hospitalocéntrico mejorar la financiación de la AP no resulta sencillo. El gasto de la AP se debe fundamentalmente al gasto de personal y éste, difícilmente alcanzará el gasto que ocasionan las nuevas tecnologías. No obstante, el presupuesto de la AP varía mucho si en él si incluyen partidas como el gasto farmacéutico o no y en este sentido no todos los sistemas son equiparables.
Estamos planteando una transformación profunda del sistema tomando como eje principal la Primaria, adecuándola a una nueva realidad sanitaria y social. En este sentido se han tomado ya algunas medidas importantes, como son el cambio de liderazgo en la gerencia de AP, redistribución de TIS en algunos cupos, análisis de la demanda, mejora de la accesibilidad y reorganización de las agendas.
La situación en algunos centros de salud es compleja y las plantillas, en algunos de ellos, cambian en cada proceso de movilización, acoplamiento o traslado. Pero también estamos intentando estabilizarla y cambiar la situación con algunas medidas que atraigan a los profesionales y que les interese quedarse de forma permanente en una plaza de la Primaria navarra.
La primera de estas medidas para estabilizar y reducir la temporalidad es la Oferta Pública de Empleo. El proceso de estabilización en Medicina ha finalizado con la incorporación el día 19 de los profesionales que consiguieron plaza en concurso oposición de estabilización del 24 de junio de 2023. Además, en diciembre sale otra OPE. De las 246 plazas que se van a ofertar, 101 son para médicos de Atención Primaria.
En segundo lugar, estamos realizando un estudio en profundidad de la distribución de Tarjetas Sanitarias en cada profesional. Con esta optimización de las plantillas pretendemos realizar un ajuste de carga de trabajo.
También se está trabajando en diferentes líneas para lograr la captación de profesionales con contratos de larga duración. Por un lado, con los MIR que terminan la residencia. Por otro lado, a todos aquellos profesionales que se comunican de forma directa con la Gerencia de Atención Primaria para trabajar en Osasunbidea, se les realiza una oferta adaptándonos a las necesidades que trasmite, siempre dentro de lo que el marco normativo de contratación permite.
Tanto a los residentes como a los interesados en nuestro sistema y a nuestros propios profesionales, se les está proponiendo modelos de coordinación en las zonas básicas con la posibilidad de realizar jornadas deslizantes para ofrecer contratos mixtos entre Urgencias Hospitalaria y Primaria, adaptación de horarios para poder conciliar la vida familiar y laboral, etc. Todo lo posible para que los profesionales trabajen de forma cómoda y comprometida que es, en esencia, lo que buscamos.
Otra de las cuestiones que estamos desarrollando es la definición y valoración de las plazas de difícil cobertura, estableciendo qué criterios debe cumplir una plaza para que sea considerada de difícil cobertura y qué beneficios o incentivos, que ya adelanto no son solo económicos, se puede ofrecer a los profesionales.
Fuera del ámbito más estrictamente laboral y de condiciones de contratación, confiamos en que los modelos y proyectos que permitan desarrollar una tarea asistencial cómoda y actualizada también atrae talento, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Con un modelo de atención de trabajo continuo de mejora de la capacidad resolutiva (implantación de ecografía, cirugía menor, telemedicina), poniendo a disposición de los profesionales los equipos o sistemas que requieran para ello; reduciendo la burocracia, o favoreciendo el trabajo en equipo, en el que se apueste por un grupo de profesionales de diferentes estamentos que, de acuerdo a sus competencias, colabore en la asistencia de los pacientes de forma complementaria y continuada, más allá de la unidad tradicional médico y enfermera.
Por último, una cuestión que también hemos expuesto desde el comienzo de la legislatura que nos permitirá contar con más profesionales y que estamos analizando es la necesidad de integrar los profesionales de las Urgencias Rurales, los SUR, dentro de los equipos de Atención Primaria de los centros. El planteamiento está hecho, y ahora se va a trabajar con los propios profesionales, entidades locales, y otros agentes implicados para que los cambios sean una mejora para todos y se cuente con el mayor consenso posible. Esto es una cuestión que se confunde con frecuencia con el cierre de los puntos de atención continuada y son cosas diferentes.
En relación al personal sanitario, uno de los principales desafíos a nivel nacional es la falta de médicos y enfermeras. ¿Cómo está abordando Navarra este problema?
Efectivamente, tal y como se especifica en algunos informes del Ministerio de Sanidad sobre la necesidad de especialistas, esta situación de “déficit” se arrastrará hasta 2027, año en el que comenzará a revertirse la situación.
Es cierto que, en determinados ámbitos asistenciales, como es en la Atención Primaria en zonas rurales, despobladas, o determinadas especialidades en hospitales comarcales (Rehabilitación, Radiología, Pediatría, Anestesia, Dermatología, Psiquiatría), en plazas de difícil cobertura por la razón que sea, etcétera, faltan profesionales, pero sinceramente creo que en número absoluto no lo es tanto y que se trata de falta de planificación y gestión de los y las profesionales.
Aunque no hay recetas mágicas, hay muchas medidas que podrían mejorar esta situación y en la que ya estamos trabajando, algunas comunes a todos los ámbitos como Ofertas Públicas de Empleo que prioricen las convocatorias de plazas menos deseadas, mejorar el reconocimiento de los destinos de difícil cobertura, sobre todo en Primaria y comarcales (aumentar la remuneración aplicando adecuadamente el complemento de destino; mejorar la puntuación en los baremos para optar a plazas fijas; valorarlo en los planes de carrera profesional), incentivar la permanencia en el medio rural o en hospitales comarcales durante un mínimo de tiempo después de acceder a la plaza en propiedad, promover el trabajo en red entre todos los ámbitos asistenciales, entre otras muchas.
En Atención Primaria, podría ser útil modificar el modelo, haciendo más atractivo el ejercicio profesional, tendiendo a cupos mayores, reforzando el papel del médico con 2 ó 3 enfermeras en función del tamaño y datos demográficos y sociosanitarios de la zona; dotar a Primaria de mayores medios para incrementar su resolutividad; no ofrecer plazas en ciudades en tanto en cuanto haya plazas libres en el medio rural; y en definitiva, buscar fórmulas organizativas innovadoras que aúnen intereses de los pacientes y los profesionales (distribución horaria diaria, distribución de la jornada semanal o mensual, etc.).
En el ámbito hospitalario terciario es esencial controlar la hiperespecialización, reforzando las consultas generales.
Capítulo aparte merece el ámbito hospitalario comarcal, en el cual podrían aliviar la situación la creación de un área única funcional en Navarra, no ofrecer ni permitir ocupar plazas en hospitales terciarios, cuando haya plazas libres en hospitales comarcales, condiciones de trabajo aceptables adecuadas a la realidad territorial, trabajo en red entre hospitales de la propia comunidad autónoma, obligatoriedad de permanecer un periodo mínimo de tiempo en el Hospital Comarcal y hacer atractiva la práctica de la medicina especializada en hospitales comarcales destacando las posibilidades de enriquecimiento profesional a las que conduce.
Nuestros profesionales son el mayor valor que tiene el SNS-Osasunbidea. Ellos son el pilar sobre el que asienta todo el sistema, y su participación es clave a la hora de planificar y gestionar el sistema, así como en la implantación de estrategias.
Uno de sus principales retos es la reducción de las listas de espera en Navarra. ¿Podría explicarnos los planes a corto, medio y largo plazo para abordar este problema?
Todas las medidas se han implantado ya, pero como es lógico, algunas tienen efecto a corto plazo, otros a medio y otros a largo plazo.
Lo primero y esencial era hacer un análisis exhaustivo de la demanda, ver qué entra en lista, qué sale, qué se puede hacer por un circuito más rápido o no, qué agendas están abiertas, cuántos profesionales hay disponibles y en qué horarios, que agendas atienden, qué especialidades tienen más pacientes en lista, por qué, etcétera.
Y con ello un plan de optimización de la actividad ordinaria, planificación de la actividad extraordinaria en caso de que así se requiera (como ha ocurrido con especialidades como Cardiología o Traumatología), contratación de profesionales en caso de que la disponibilidad de estos sea una realidad y, si estas tres medidas no son suficientes, como está sucediendo con algunas consultas de Otorrinolaringología, Vascular o Cardiología, organizar las derivaciones a la sanidad privada. Unas derivaciones que estén organizadas y tarifadas dentro del acuerdo marco de listas de espera.
Sin embargo, la mejora en la lista de espera conlleva mucho más. Desde la gerencia del Servicio Navarro de Salud- Osasunbidea y la Dirección de Asistencia, se está trabajando intensamente con los profesionales de diversos ámbitos, especialidades y servicios para llevar a cabo una mejor coordinación interhospitalaria, desarrollar diferentes grupos de trabajo a nivel directivo y técnico de los que se deriven nuevas fórmulas y modelos de trabajo que acorten las esperas, mejoren la comunicación entre Atención Primaria y Atención Hospitalaria, o se trabajen nuevos circuitos y métodos asistenciales, como es el ejemplo de la Estrategia de Teledermatología que en otras comunidades ha logrado reducir la lista de espera de primera consulta de Dermatología un 50% en seis meses y que ya es una realidad en Navarra.
Mejorar la lista también conlleva, por ejemplo, recuperar la estrategia del paciente crónico. Hemos visto que hay actualmente miles de personas con patologías crónicas que están en la lista de espera de 4 o 5 especialidades esperando una prueba o una consulta. Situación que puede revertirse con la estrategia del paciente crónico que fue parada durante la pandemia y que ahora es momento de recuperar.
Somos optimistas en cuanto a los resultados que obtendremos con estas medidas y seguimos manteniendo que, si las condiciones son óptimas, podemos seguir reduciéndola 1.000 pacientes al mes, como ya se ha demostrado en varios meses a lo largo de esta legislatura.
Navarra ha sido pionera en la hospitalización a domicilio. ¿Qué resultados están obteniendo estas iniciativas hasta el momento y qué planes tienen para su expansión?
La hospitalización a domicilio es una alternativa a la hospitalización convencional que conlleva importantes e indiscutibles ventajas clínicas, como son:
Que el tratamiento y la convalecencia se realizan en un entorno conocido y más cómodo, en compañía de la familia, que se libera de la carga de los desplazamientos y de las noches de cuidados en los hospitales.
Se evitan posibles infecciones adquiridas en los centros hospitalarios.
La recuperación funcional de los pacientes es más rápida.
Reporta un ahorro de recursos sanitarios que se pueden emplear en otras necesidades.
Mejora la coordinación entre los facultativos especialistas y los profesionales de Atención Primaria.
Por todas estas razones, nuestra apuesta por este modelo asistencial fue evidente ya desde el inicio de la legislatura 2015- 2019, y lo sigue siendo en esta 2019-2027.
Navarra siempre ha sido un referente en el servicio de hospitalización a domicilio, un logro de todos sus profesionales y la jefa de servicio que siempre han desarrollado el potencial máximo de este servicio. En los últimos años se ha desarrollado un proyecto de telemonitorización del que el Hospital Universitario de Navarra ha sido pionero y ahora queremos dar un paso más allá centralizando el servicio y englobando a toda la comunidad.
Aunque todavía estamos en fase de elaboración, estamos trabajando en el desarrollo de una estrategia de telemedicina en la que la telemonitorización de los servicios de hospitalización a domicilio de los tres hospitales del Servicio Navarro de Salud (Estella, Tudela y Pamplona) tiene un gran impacto. Esta es una apuesta clara y convencida porque la Telemonitorización en los servicios de HAD, además de aportar calidad en la atención y seguimiento, nos conducirá a un modelo asistencial mejorado, más eficiente, pudiendo ampliar la oferta de atención en número de camas sin aumentar exponencialmente los recursos humanos, apoyándonos en la gestión y el seguimiento que nos ofrece la telemedicina y, en concreto, la telemonitorización.
El envejecimiento de la población y el aumento de enfermedades crónicas son grandes desafíos para la sanidad en Navarra. ¿Qué estrategias están en marcha para abordar estas tendencias demográficas?
En este momento, el reto demográfico con una población cada vez más envejecida, con procesos crónicos, con soledad no deseada, con necesidad más de cuidados que de asistencia sanitaria es el más acuciante para todos los sistemas de salud.
El sistema de cuidados a la población debe ser un todo continuo con los recursos de salud y los sociosanitarios. En ese sentido la coordinación y colaboración entre los departamentos de salud y de derechos sociales resulta esencial para atender a las necesidades de la población.
En Navarra estamos trabajando en un nuevo Plan Foral de Atención Sociosanitaria como marco estratégico en el que contextualizar y dar coherencia a las estructuras de coordinación y resto del espacio sociosanitario y que debe estar en armonía con la nueva Ley Foral de Salud que está en proceso de participación.
Sin embargo, es una cuestión que no debe demorarse y trabajamos en ir regulando las estructuras que se están creando bajo la premisa de garantizar la coherencia, ser eficientes y evitar duplicidades.
En este sentido el Plan cuenta con una Comisión Directora en la que están integradas las personas que ostentan los cargos de consejero/consejera de salud y derechos sociales, así como los grentes del SNS-O y de ANADP, y una Comisión Técnica con miembros de ambos departamentos.
Estas comisiones tienen como líneas de actuación fijar las líneas de actuación prioritarias en el ámbito sociosanitario, aprobar los distintos proyectos y velar por su cumplimiento.
El trabajo sociosanitario es una prioridad y ya en 2018 se inició el (PAISS) en Tafalla, un proyecto de atención integrada social y sanitaria, conjunto entre los dos departamentos en orden a prestar un servicio integral, cercano y centrado en las necesidades de cada persona que lo requiera. Los buenos resultados han animado a implantarlo en otras comarcas.
Por otro lado, la trasformación del modelo de Atención Primaria que pretendemos llevar a cabo colaborará en una mejor prestación de servicios en el ámbito sociosanitario. Se trata de un cambio en el modelo de gestión de los equipos de Atención Primaria: multidisciplinares con autonomía de gestión, mayor cartera de servicios y flexibilidad organizativa para cubrir las necesidades sociosanitarias de la población de la mejor manera posible.
Una tarea compleja que se ha hecho más necesaria que nunca tras la pandemia y que, además, permitirá sentar las bases de uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sistema público de salud: el envejecimiento de la población y sus consecuencias.
Navarra es una de las comunidades con mayor envejecimiento poblacional. ¿Cómo se está preparando el sistema sanitario para atender las necesidades crecientes de la población mayor y las enfermedades crónicas?
Aparte de lo ya comentado en la respuesta anterior, desde el punto exclusivamente sanitario está implantada la Estrategia de Crónicos y Pluripatológicos que centraliza la atención de estos pacientes a través de Atención Primaria mediante la estadificación de distintos grados de complejidad. Esto facilita el abordaje de estos pacientes y mejora su calidad de vida puesto que evita duplicidades en los controles de su patología.
Por otro lado, es nuestro propósito, como recoge el borrador de la Ley Foral de Salud, crear los distritos sanitarios para acercar los servicios a la población. El objetivo que persigue la creación de distritos es acercar los servicios sociosanitarios a la ciudadanía, proporcionar una mayor seguridad a la población de la periferia y por lo tanto, intentar frenar la despoblación del medio rural.
Las actuaciones deben ser diseñadas y llevadas a cabo juntamente con los servicios sociales de base, los servicios de salud pública, y entidades locales actuando coordinadamente con los activos comunitarios y demás servicios sanitarios y no sanitarios implicados en el territorio.
En este sentido, resulta indispensable la colaboración entre instituciones y departamentos responsables de las políticas de salud, sociales, educación, trabajo, vivienda, interior, justicia, etc.
De esta forma, los distritos de salud facilitarán las actividades de atención sanitaria y sociosanitaria, promoción de la salud individual y comunitaria, prevención de la enfermedad, cuidados para la recuperación de la salud y gestión de los riesgos ambientales y alimentarios para la salud. Por otro lado, mejorarán la equidad territorial, incrementarán la accesibilidad a nuevos servicios, ofrecerá seguridad a la población ante emergencias, reducirá desigualdades en salud por distintas realidades, porque supone un nivel de gestión intermedio entre el ámbito ZB y el área.
La digitalización del sistema sanitario es una de las claves del futuro. ¿Cómo está Navarra abordando esta transformación digital en la sanidad?
Somos conscientes de que el futuro de la sanidad requiere una transformación crítica… transformación que va a pivotar de forma muy significativa sobre las nuevas posibilidades y herramientas que ofrece la digitalización en el sentido más amplio de este ámbito. Son innumerables los avances en el mundo de la salud que debemos incorporar y en los que no podemos quedarnos atrás: la medicina personalizada, terapias avanzadas, terapia celular y génica, inteligencia artificial, las nuevas técnicas de imagen y la biotecnología, y un largo etcétera.
Porque estas cuestiones responden a los retos que desde salud debemos alcanzar, y que no han variado desde hace años: mejorar la atención global, el diagnóstico, el tratamiento y la calidad de vida de nuestros pacientes. Un reto tan grande como lo es la sociedad en sí misma y que solos no podemos afrontarlo.
Pero es evidente que tenemos que proyectar e innovar teniendo en cuenta que el entorno social evoluciona y es cambiante con los años. Ahora debemos atender a una población cada vez más envejecida, con mayor complejidad y cronicidad de algunas enfermedades, pluripatológica en gran medida, y con mayor esperanza de vida; circunstancias todas ellas que se acentuarán con el paso del tiempo.
En este nuevo marco de trabajo, donde la salud debe conjugarse con las nuevas tecnologías, la digitalización, la inteligencia artificial, y el presupuesto para hacer frente a todo ello, hay tres consideraciones que necesario resaltar: los profesionales deben ir de la mano de las empresas e institutos de investigación desde el inicio de los proyectos hasta su implantación, se deben cumplir sin excepción alguna con los requisitos legales y procedimientos de seguridad y efectividad que son necesarios en salud, y velar por la sostenibilidad económica.
En el Departamento de Salud del Gobierno de Navarra estamos trabajando en el marco de una estrategia propia de telemedicina y digitalización, alineada con los proyectos europeos y del Ministerio de Sanidad, estamos apostando por la telemonitorización, la teledermatología, la potenciación de la Carpeta Personal de Salud y la participación y desarrollo de proyectos que acerquen los servicios a los ciudadanos, como ACERCAR, un proyecto para mayores que permanentemente tienen contacto directo desde sus hogares con el equipo médico a través de la telemonitorización.
En definitiva, afrontamos un gran desafío en el entorno de salud en el que necesitamos el trabajo conjunto y la colaboración de toda la industria, a nivel tecnológico, jurídico y empresarial. Estamos en un momento de cambio, de transformación del sistema sanitario en el que todos podemos y debemos ser protagonistas. Estamos en el momento de apostar por nuevas formas de funcionar, por la innovación y por los avances tecnológicos con tres objetivos que permanecen en el tiempo: ayudar a nuestros profesionales, potenciar su talento y mejorar la salud de las personas.
¿Cómo está afrontando Navarra la modernización de sus infraestructuras sanitarias, tanto en hospitales como en centros de salud?
Como bien sabe, en salud, al igual que en otros ámbitos de la administración, los recursos son finitos, por lo que abordar la modernización de sus infraestructuras debe hacerse siempre desde la correcta planificación, priorizando aquellos proyectos más necesarios, y teniendo siempre presente que es necesario preservar la sostenibilidad económica.
Tras unos años de recursos destinados a paliar la crisis provocada por la pandemia de laCOVID-19, en los presupuestos de Navarra para este año 2024 se dio por finalizada y todos los recursos económicos se orientan de forma íntegra a afrontar los retos sanitarios, presentes y futuros, y las necesidades sanitarias de la sociedad actual.
En este sentido, además de priorizar áreas como la reducción de la lista de espera, y la investigación e innovación, también se priorizan las inversiones estratégicas que aportan valor al sistema público de salud y la salud comunitaria como la construcción de nuevos centros de salud, la renovación de equipos sanitarios o la mejora o remodelación de infraestructuras sanitarias en el ámbito hospitalario y de Atención Primaria.
En este sentido, nuestra hoja de ruta es el Acuerdo Programático firmado por los tres partidos que conforman el actual equipo del Gobierno de Navarra. Algunos de ellos están más avanzados, y otros, en proceso, pero sobre la mesa.
Ya se han licitado obras y proyectos de obra muy necesarias y muy demandadas durante años por los pacientes, las familias y los propios profesionales, como: las obras del centro de salud de Villava, el proyecto de obra del centro de salud de Ripagaina, el proyecto de obra de la UCI Pediátrica del HUN, una sala de arritmias y una sala de hemodinámica para el HUN, las obras de la nueva Farmacia del Hospital Reina Sofía y la reforma de Urgencias y la UCI del García Orcoyen
Y sobre la mesa tenemos otros proyectos como el nuevo centro de salud de Estella, la reforma de Urgencias del Hospital Reina Sofía, la reforma general del antiguo Virgen del Camino, etc.
Para la modernización de tecnología sanitaria supuso un buen impulso los fondos europeos INVEAT, que permitió afrontar la adquisición de tecnologías como el PET, varias gammacamaras, varios TAC y RM, nueva sala de hemodinámica, aceleradores líneales, quirófano híbrido, angiógrafo biplano.
¿Qué planes tiene el Gobierno de Navarra para seguir mejorando la atención sanitaria en los próximos años?
Profundizar o implementar las reformas iniciadas en AP, desarrollo de normativa sobre plazas de difícil cobertura, desarrollo de la LFS (que pretendemos que a finales de este año entre en trámite parlamentario para su aprobación, seguir trabajando para reducir las LLEE, la puesta en marcha de la empresa pública de transporte sanitario, cuyo inicio de actividad está prevista para el primer trimestre del próximo año, mejora de condiciones laborales personal del SNS-O (ya se ha reconocido la carrera profesional para los niveles C y D, revisar el sistema de carrera profesional, convocar nuevas OPEs , etc..), la atención comunitaria, la salud laboral, o la prevención de la salud, con mejoras y ampliación en los cribados de cáncer, etc.
Hablando de futuro, ¿cuáles son los proyectos clave que la Consejería de Salud tiene en marcha para seguir garantizando una sanidad de calidad en Navarra?
El proyecto que pretendemos que cambie el sistema sanitario público de Navarra es la aprobación, implementación y desarrollo de la Ley Foral de Salud, que aspiramos a que modifique aspectos sustanciales del modelo organizativo y asistencial de nuestro sistema de salud para atender adecuadamente a los cambios sociales, demográficos, tecnológicos, y dar cumplida respuesta a las expectativas y necesidades sanitarias reales de la población.
Pretende modernizar nuestro sistema público de Salud, poner a la ciudadanía en el centro del sistema, integrando los principios de calidad, integralidad y equidad en la atención sanitaria que permitan hacer efectivo el ejercicio de los derechos de la ciudadanía en materia sanitaria, siendo sus principales propuestas:
La modificación de la territorialidad (nueva distribución territorial de los recursos buscando la equidad en el acceso y la eficiencia en la gestión y creación de los distritos sanitarios).
La introducción del concepto de autonomía de gestión de los centros y servicios sanitarios, lo que les obliga a contar con contratos programa y pactos de gestión y rendición de cuentas.
Transformar la naturaleza jurídica del SNS-O y el INSPL para convertirlas en organizaciones realmente autónomas, flexibles, ágiles en la toma de decisiones, con autonomía financiera y de gestión de sus centros, con agilidad y rapidez en la contratación, y al igual que el resto de sistemas sanitarios de Europa con capacidad propia de decisión, sin corsés funcionariales que permitan atraer el talento y retener el que ya tienen. La sanidad requiere de unas políticas de contratación/incorporación, objetivos, metas asistenciales, resultados en salud, desarrollo de carreras e incentivos, distintas de las establecidas para otros ámbitos de la administración; y, finalmente
Asegurar por ley la suficiencia presupuestaria como un elemento garante de las prestaciones que el Departamento de Salud debe garantizar a la ciudadanía.