El pasado 22 de septiembre de 2024 tuve el inmenso honor de participar en la inauguración del Planetary Health Research Center Manuel Amunarriz (www.planethrc.org) en el corazón de la Amazonía. Espacio pionero no tanto por la novedad de las investigaciones que en él se puedan desarrollar, sino por la incorporación desde su propio nombre del concepto poliédrico y multidisciplinar de salud planetaria.
Hace poco volví a ver la película de los Monty Python “La vida de Brian”, sin duda todo un clásico y muy recomendable si se quiere pasar un buen rato. Pues bien, era desternillante contemplar la escena en la que mientras conducían a la crucifixión a Brian, sus colegas y compañeros de luchas, discutían y dialogaban sobre la declaración que debían hacer al respecto, creando continuas y estériles declaraciones una tras otra, como en un bucle infinito de verborrea infructífera que les impedía (acaso de forma deliberada) pasar a la acción concreta.
Sin pretenderlo me recordó los congresos, sesiones, simposios, conferencias y convenciones en torno a los conceptos de global health, one health, planetary health…o lo que es lo mismo, salud global, una salud y salud planetaria.
Por otra parte, tras la inauguración del centro de investigación que sin ninguna duda es un hito histórico, especialmente por su ubicación a más de 250 kilómetros del río y de la primera carretera, en plena reserva nacional de Yasuní, uno de los cinco lugares de megadiversidad biológica del planeta tierra. No faltaron las críticas por su propia denominación, algo así como “menudo título más grandilocuente para un centro de investigación”. Mi primera reacción fue pensar que el centro era grandilocuente por haber adoptado la denominación del Dr. Manuel Amunarriz Urrutia, médico, biólogo y filósofo; con más de 30 años ininterrumpidos de investigación y praxis médica en el Hospital Franklin Tello en la Amazonía. No quedan muchos facultativos como él, que a sus 93, siguen surcando el río Napo cada año para hacer lo que mejor sabe hacer, cuidar y curar en la selva herida1.
No es menos cierto que, hablar de salud planetaria, podría dar lugar al grandonismo típico de algunos territorios del Estado. Por ser asturiano, me queda muy cerca el de mi amado Gijón/Xixón; donde por decisión popular el Real Sporting de Gijón no juega en el estadio que hay junto al molino, sino en el estadio de El Molinón. De igual manera para acceder a la preciosa playa de San Lorenzo no les vale un acceso sencillo, ellos refrescan el verano accediendo a la playa por la Escalerona. Y como es bien sabido por los “playos” aunque no les quede en Cimavilla, la Basílica del Sagrado Corazón se conoce por todos los buenos vecinos como la Iglesiona. Por lo que podríamos concluir que casi cualquier actividad vinculada a la salud en el Conceyu (término municipal) de Xixón, probablemente sería planetaria.
‘Los determinantes sociales de la salud son hoy los principales marcadores de nuestra esperanza de vida y calidad de la misma’
No obstante, creo que no es el caso que nos ocupa, podríamos perder el tiempo en discusiones estériles como las de “La vida de Brian” para establecer los matices, que los hay como es lógico, entre los diferentes conceptos de salud. Creo mucho más interesante y pragmático recordar una vez más lo que podemos entender por salud planetaria que no es otra cosa que las acciones encaminadas a preservar y potenciar todas las dimensiones del ser humano a la vez que se garantiza la persistencia del entorno biológico y medioambiental. Una de sus aportaciones principales es la dimensión poliédrica y sistémica de la acción. Se da vital importancia a todos los determinantes de salud, tanto los sociales, culturales y socioeconómicos, como los físicos, los mentales y espirituales en una adecuada relación con el entorno que lo preserve e incluso potencie su desarrollo y diversidad, enriqueciendo la vivencia de los seres humanos en el medio ambiente, en el planeta. Dándonos la oportunidad a nosotros y a futuras generaciones de desarrollar todas nuestras potencialidades en plena armonía con el entorno natural2.
También podríamos poner el foco en el alcance real de la definición de la OMS (Organización Mundial de la Salud): “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”3. Si analizamos la una y la otra, la definición de salud planetaria y de salud, nos lleva a un final similar, con matices. Podríamos decir que incluso es una actualización a la realidad en la que hoy en día nos encontramos. Los determinantes sociales de la salud son hoy los principales marcadores de nuestra esperanza de vida y calidad de la misma. Por lo que las acciones encaminadas a la mejora de la gestión sanitaria no pueden estar de espaldas a esta realidad. Asimismo, la simbiosis con el entorno natural adquiere en la sociedad occidental una relevancia que en muchos entornos de nuestro mundo ya tenía. Hablar del concepto de salud planetaria en muchos lugares de África o en la Amazonía es hablar de su propio concepto ancestral de salud; de hecho, no conciben otra forma de salud. Lo cual nos lleva inexorablemente a adentrarnos en el apasionante mundo de la búsqueda del santo grial que es en muchos casos la equidad.
Pues bien, en medio de este mundo teórico convulso, pero también en medio del paraíso de la Amazonía, nace el Planetary Health Research Center Manuel Amunarriz; con vocación de servicio a instituciones académicas e investigadoras, con espíritu de coresearching e innovación en sus planteamientos; para facilitar la tarea investigadora de biólogos, veterinarios, medioambientalistas, médicos, enfermeras, genetistas, ingenieros, arquitectos, psicólogos, politólogos, economistas, sociólogos, nutricionistas, fisioterapeutas, … y un largo etcétera de profesionales encaminados a preservar y potenciar todas las dimensiones del ser humano a la vez que garantizar la persistencia del entorno medioambiental.
Bibliografía
- Amunarriz Urrutia, M., “Curar en la selva herida”. 2ª Edición Ed Universitaria UTE 2020.
- Valbuena Ruiz, F. J., «Ubuntu. Estrategias y acciones de Salud Planetaria.» Ed. Nola Editores, 2024.
- Constitución de la Organización Mundial de la Salud. Fue adoptada por la Conferencia Sanitaria Internacional en Nueva York el 19 de junio de 1.946 y firmada en 22 de julio del mismo año.