El incremento en las listas de espera para la primera consulta de especialidades médicas es un fenómeno ampliamente conocido. Sin embargo, para comprender sus causas, es crucial analizar las dinámicas subyacentes. En este contexto, las interconsultas desde atención primaria, las interconsultas desde atención especializada y la lista de espera acumulada del año anterior son los tres pilares fundamentales para explicar las dificultades del sistema en gestionar estas listas. Un segundo nivel de análisis es entender las componentes de las interconsultas, tanto de primaria como de especializada. Debido a la extensión del tema, nos quedaremos en este nivel para esta reflexión.

Las interconsultas, especialmente las provenientes de atención primaria, son el principal motor de las entradas en lista de espera. El tercer factor que consideramos, la lista de espera del año anterior, no siendo una entrada al sistema sanitario, lo hemos considerado en términos analíticos, pues el análisis de un año concreto requiere considerar la actividad pendiente de resolver al final del periodo anterior.

Las interconsultas de mayor peso son las provenientes de atención primaria, que en el año 2022 representaban más de una de cada tres entradas. Este porcentaje, que ha crecido más de tres puntos porcentuales en el periodo estudiado (2017-2022), refleja una tendencia. Consecuentemente, las entradas por interconsulta entre especialidades disminuyen su peso, y con ello, su capacidad de explicar la variación de las entradas: solo una de cada cuatro entradas.

La lista de espera del año anterior llega a superar el 10% de las entradas, lo cual disminuye la capacidad de actividad que se puede dedicar a los pacientes que ingresan en el año de estudio.

El modelo propuesto explica el 97% de las variaciones en las entradas en lista de espera, lo que lo hace eficaz tanto para explicar como para hacer predicciones, que es el objetivo que estamos buscando.

Son muchas las conclusiones que se pueden obtener de este análisis para comprender las dinámicas de las listas de espera de primeras consultas. Destacamos dos fenómenos: el fenómeno de compensación y equilibrio entre niveles, y el fenómeno de la reordenación dinámica de los factores determinantes de las entradas.

El fenómeno de compensación y equilibrio entre niveles

Antes de la pandemia, se observaba una correlación negativa entre las interconsultas desde atención primaria y atención especializada, lo que indicaba un fenómeno de compensación entre ambos niveles de atención. Cuando las interconsultas en un nivel aumentaban, las del otro tendían a disminuir, generando un cierto equilibrio. Esta situación se explica por la saturación del sistema y la coordinación no formalizada entre los profesionales de ambos niveles, quienes ajustaban sus derivaciones para evitar sobrecargar un nivel en particular. Este fenómeno se observa claramente en la evolución de las interconsultas entre los años 2020 y 2021: una caída de 2,3 millones de interconsultas entre especialidades y de 0,7 millones en la lista de espera residual al cierre del año se compensa con un incremento de 4,2 millones en las interconsultas de atención primaria.

A este fenómeno también contribuye el hecho de que los profesionales médicos, de manera consciente o inconsciente, tienden a derivar menos pacientes cuando perciben que el sistema está saturado o los tiempos de espera son demasiado largos. Esta reacción puede ser un mecanismo de gestión, aplicable especialmente en los territorios con gerencia integrada primaria-especializada. Este fenómeno puede tener un doble efecto de signo contrario: la falta de resolución en los casos menos urgentes, que terminan acumulándose, e incremento de la capacidad de resolución de la atención primaria.

Fenómeno de la reordenación dinámica de los factores determinantes de las entradas

La relación entre las interconsultas y la lista de espera no solo es lineal, sino también dinámica. Por una parte, los pesos de cada uno de los factores varían en el tiempo, lo que afecta su impacto en las entradas. Este reequilibrio constante hace aún más compleja la gestión de las entradas en la lista de espera. Ante un sistema de capacidad limitada, incrementos en la lista de espera pendiente del año anterior, por ejemplo, obligan a balancear las interconsultas. Por otra parte, cuando las interconsultas crecen más rápido que las entradas, amplifican su impacto, creando un ciclo de retroalimentación: más interconsultas generan más entradas, lo que aumenta la presión para gestionar ambas. Esta dinámica resalta la necesidad de ajustar la planificación y gestión de recursos para controlar las listas de espera y evitar un desbalance creciente.

La lista de espera del año anterior: un factor crítico

Como ya hemos mencionado, además de las interconsultas, la lista de espera acumulada del año anterior representa otro factor clave en la presión que soporta el sistema. Aunque estos pacientes no se cuentan como nuevas entradas administrativamente, su existencia desde el inicio del año añade una carga considerable. El análisis de regresión muestra que, por cada unidad adicional en la lista de espera del año anterior, las nuevas entradas disminuyen en 0,72 unidades. Este dato sugiere que el sistema prioriza resolver los casos acumulados, lo que reduce su capacidad para gestionar las nuevas consultas de manera eficiente.

Conclusión

Para abordar el reto de las listas de espera, es esencial comprender estas dinámicas subyacentes. El fenómeno de la reordenación dinámica puede dejar de actuar como un mecanismo de autorregulación y contención del problema de la lista de espera. Si bien las interconsultas desde atención primaria siguen creciendo como el principal motor de las entradas, la saturación de la atención especializada y la acumulación de casos del año anterior continúan afectando gravemente la capacidad del sistema para gestionar las nuevas consultas. La disminución del porcentaje de actividad de atención ambulatoria especializada dedicada a las primeras consultas también contribuye a esta problemática. Además, es posible que la percepción de saturación entre los profesionales médicos esté contribuyendo a una reducción de las derivaciones, lo que podría agravar aún más la situación.

Para mejorar la gestión de las listas de espera, es necesario un enfoque integral que incluya la optimización del flujo de interconsultas y la resolución de los casos pendientes del año anterior. Solo con estas reformas estructurales el sistema podrá asegurar una atención más eficiente y equitativa para todos los pacientes.