En el año 2015, Naciones Unidas aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, “una oportunidad para que los países y sus sociedades emprendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de todos, sin dejar a nadie atrás. La Agenda cuenta con 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta la lucha frente al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades” en palabras de la propia Organización.
Los ODS, además de su objetivo social altruista y desinteresado, representan una gran oportunidad para las compañías en términos de reputación, compromiso y solidaridad. Y, en esta línea, el informe de la Fundación IDIS Contribución de la sanidad privada a los ODS y a la sostenibilidad del sistema recomienda que la estrategia los incorpore como eje central de la compañía y cuente con el apoyo del comité ejecutivo de las empresas al máximo nivel, entre otros aspectos.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son relevantes para todos, para toda la sociedad, para todos y cada uno de nosotros, para todos los sectores, y la sanidad no es una excepción. Suponen el mayor ejercicio colaborativo de la historia de la humanidad en materia de acción social y responsabilidad asentadas en la ética individual y colectiva.
La agenda 2030 supone avanzar en la generación de un escenario de sostenibilidad a todos los niveles imprescindible para afrontar los enormes retos actuales y los de las generaciones futuras.
Aunque existen varios enfoques relativos a la sostenibilidad se ha decidido aplicar el enfoque de los ODS de Naciones Unidas (ONU) al sector de emprendimiento privado en sanidad por tener claramente definidos 17 objetivos, 169 metas y 231 indicadores, por ser aplicable a todos los grupos de interés (stakeholders), incluyendo las empresas y por ser un marco de referencia mundialmente aceptado y reconocido.
En el sector de la sanidad de titularidad privada o de emprendimiento privado en sanidad los Objetivos de Desarrollo Sostenible están alineados con los principios que los inspiran como pone de manifiesto el informe referenciado del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad; provisión, aseguramiento, industria farmacéutica y tecnológica están desarrollando estrategias e iniciativas en línea con los objetivos de desarrollo sostenible que han seleccionado.
La encuesta desarrollada entre las entidades participantes en el estudio refleja que el 100% de las empresas está reportando o va a empezar a reportar los ODS; de hecho, el 61% de las empresas informa sobre los ODS mediante informes de sostenibilidad y el 55% afirma que mide y reporta su influencia en algunos ODS e indicadores.
Además, en este estudio, se extrae que los ODS 3 (salud y bienestar), 5 (igualdad de género), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 12 (consumo responsable) y 13 (acción por el clima) son los objetivos más importantes a día de hoy y lo seguirán siendo los próximos 5 años, adquiriendo una mayor importancia el ODS 9 (industria, innovación e infraestructura).
Una pregunta que nos podemos hacer es si ¿este es un requisito que van a pedir clientes, inversores y demás grupos de interés o stakeholders? la respuesta es que, aunque el contexto convulso en el que vivimos ayuda poco, sin duda que, la sociedad cada vez está más concienciada como demuestra el reciente informe de Forética 2022 acerca de las claves para la agenda empresarial de sostenibilidad.
El contexto en el que se enmarca el año 2022 está siendo una prueba de fuego para los ODS. El aumento de la inflación, los problemas energéticos, la crisis de recursos y los problemas derivados de la geopolítica, están complicando el avance global de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Bajo este contexto de incertidumbre, y para garantizar la viabilidad y la aceleración de dichos ODS, es fundamental buscar conexiones más estrechas entre éstos y la actividad socioeconómica y de gobernanza del país.
Otra cuestión referida al sector es: ¿En qué punto estamos en el entorno de emprendimiento privado en sanidad?, ¿cuáles son los retos de los distintos agentes (industria farmacéutica, aseguradoras, hospitales e industria de tecnologías sanitarias) para alinearse con los ODS? En este sentido el análisis realizado con la información recogida en los foros IDIS Thinking relacionados con el estudio referido muestra, asimismo, que el sector de la salud realiza aportaciones decisivas en todos los ODS, pero particularmente en estos 7: 1 (fin de la pobreza), 3 (salud y bienestar), 5 (igualdad de género), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 9 (industria, innovación e infraestructura), 10 (reducción de desigualdades) y 17 (alianzas para lograr los objetivos)
Además de la enorme relevancia de la agenda 2030 y los ODS en términos de contribución a la sostenibilidad en su más amplio sentido, el informe IDIS pone en valor la oportunidad que representan para las compañías en términos de reputación, compromiso e inversión.
En este sentido, recomienda que la estrategia incorpore los Objetivos de Desarrollo Sostenible como uno de los ejes centrales de la compañía y cuente con el apoyo del comité ejecutivo. Igualmente contempla la necesidad de definir una metodología para la implantación estableciendo indicadores de medida, KPI (Key Performance Indicators), contando con equipo interno y otorgando responsabilidades claras y definidas para la integración de los citados ODS; asimismo, aconseja comunicar externa e internamente los avances en el terreno de la agenda 2030 y, por lo tanto, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible e involucrar a los empleados y a todas las partes interesadas para que tengan un compromiso explícito y lo demuestren mediante compromisos y acciones que generen un impacto positivo en la comunidad. Finalmente, el informe referenciado y, por lo tanto, los participantes en su génesis plantean la posibilidad de crear una organización externa que mida los avances en esta materia tan sensible e imprescindible a la vez de una forma objetiva y transparente.
Como muestra sirve un botón, y en cuanto a algunos de los casos de éxito en los que los diferentes agentes sanitarios de titularidad privada figura es el caso de GMV, empresa española altamente especializada en tecnologías digitales en los entornos sectoriales y empresariales más avanzados: Espacio, aeronáutica, automoción, finanzas, transporte, defensa y seguridad, salud y sanidad, agricultura, ciberseguridad y servicios públicos digitales entre otros.
Como declaración de su firme compromiso con el desarrollo sostenible basado en la innovación para el progreso, la multinacional tecnológica GMV se ha adherido a la iniciativa internacional del Pacto Mundial promovida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Un paso con el que GMV recoge y asume el legado de una de sus filiales que se adhirió al Pacto Mundial en 2014.
El Pacto Mundial es la mayor iniciativa de sostenibilidad corporativa del mundo y su principal misión es hacer un llamamiento al sector empresarial para actuar en línea con diez principios universalmente aceptados sobre derechos humanos, normas laborales, medioambiente y lucha contra la corrupción. Actualmente, el Pacto Mundial cuenta con una red de más de 19.000 entidades adheridas, procedentes de más de 160 países y con 70 redes locales.
Desde su fundación, la misión y visión de GMV se han sustentado en unos valores éticos presentes en todos los niveles de la organización y alineados con la propia misión y visión del Pacto Mundial. Los valores de la organización se basan en el fomento del comportamiento ético, honesto e íntegro; la igualdad de oportunidades y la no discriminación de las personas; la transparencia y veracidad en la información y el respeto a su confidencialidad; la tolerancia cero frente a la corrupción, el soborno, el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo; el estricto cumplimiento de la ley y de las normativas aplicables como el derecho a la propiedad industrial e intelectual tanto de GMV como de terceros; el uso responsable de los recursos de la empresa; y la excelencia y rigor en el cumplimiento de las responsabilidades frente a terceros.
El Pacto Mundial ostenta asimismo el mandato de la Organización de las Naciones Unidas para impulsar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el sector empresarial. En esta línea, cuenta con un amplio abanico de proyectos y soluciones en los diferentes sectores en los que opera, con los que contribuye notablemente a alcanzar las metas propuestas en la Asamblea General de la ONU de 2015. Sumándose a esta iniciativa, la compañía pone igualmente de manifiesto su objetivo de seguir avanzando en materia de sostenibilidad empresarial y potenciar su actividad en diferentes áreas de los ODS.
Como afirma Mónica Martínez Walter, presidenta de GMV: “En la organización tenemos vocación por innovar en beneficio de nuestros clientes, trabajadores, socios y colaboradores, pero también de la sociedad en general, actuando de forma ética y responsable en todos los ámbitos. Todos nuestros proyectos, en mayor o menor medida, deben contribuir a hacer un mundo mejor. El Pacto Mundial de la ONU promueve principios que fomentan estos objetivos empresariales. Nuestra adhesión al Pacto es una muestra más del firme compromiso de GMV con estos principios”.
Realidad y retos a la hora de implantar los ODS en la estrategia de las organizaciones
En cuanto a los principales problemas a los que se enfrentan las empresas para integrar los ODS, el estudio de la Fundación IDIS refleja que a pesar de que los principales problemas a los que se enfrentan las empresas para integrar los ODS son la complejidad y la falta de datos sobre las mejoras, un 90% considera que los progresos realizados hasta la fecha en la consecución del ODS 3 (salud y bienestar) son buenos. Por otro lado, cuando se les pregunta sobre la gestión interna, un 71% afirma que el director del departamento de sostenibilidad es el responsable de los ODS.
Respecto al desarrollo de una comunicación reglada en base a criterios GRI (Global Reporting Initiative de Naciones Unidas) entre las entidades participantes su elaboración refleja que el 100% de las empresas está reportando o va a empezar a reportar los ODS; de hecho, el 61% de las empresas informa sobre los ODS mediante informes de sostenibilidad y el 55% afirma que mide y reporta su influencia en algunos ODS e indicadores.
Además, se extrae que los ODS 3 (salud y bienestar), 5 (igualdad de género), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 12 (consumo responsable) y 13 (acción por el clima) son los objetivos más importantes a día de hoy y lo seguirán siendo los próximos 5 años, adquiriendo una mayor importancia el ODS 9 (industria, innovación e infraestructura) sin olvidar el número 17 relativo al establecimiento de alianzas.
Entender los ODS, definir prioridades, establecer objetivos, integrar los ODS, reportar y comunicar es importante, pero ¿qué pasos deben darse para implementarlos y reportarlos?
Los 5 pasos para integrar los ODS en la estrategia y gestión de la organización son: entenderlos, definir e identificar prioridades, establecer objetivos específicos, medibles, cuantificables y alcanzables, integración en la organización (misión, visión y valores) con una base importante de comunicación interna y externa así como en la planificación del desempeño y la formación continuada y estructurar un plan estratégico que incluya reportar y comunicar adecuadamente utilizando estándares internacionalmente reconocidos como los indicadores de la Global Reporting Initiative (GRI) de Naciones Unidas.
Los ODS como oportunidad
Según afirman los expertos “las ventajas de incorporar los ODS a la estrategia de la organización son evidentes y conocidas, entre ellas figuran los siguientes beneficios y oportunidades: Generan confianza y credibilidad y por lo tanto mejoran la reputación, que es el principal y más valioso intangible. Ofrecen oportunidades de desarrollo diferencial respecto a otras organizaciones no comprometidas con los términos y principios de la RSE, en este caso en el ámbito de la acción social – ODS – Pueden servir de estímulo para inversores y accionistas al incorporar a aquellos que procuran apoyar a organizaciones que desarrollan su actividad de una forma responsable. Refuerzan el compromiso de los empleados y colaboradores externos con las organizaciones. Es un buen revulsivo en términos de retención y captación del talento lo que implica un mayor y mejor desarrollo de la organización. Atraen a los ciudadanos que ejercitan su preocupación por el desarrollo sostenible y responsable del planeta. Aumentan la capacidad de adaptarse y adelantarse a requisitos legales de toda índole (p.e Gobernanza). Son un buen “firewall” frente a las posibles e imprevisibles crisis y reducen los riesgos económicos, sociales y medioambientales fundamentalmente”.
Una vez dicho esto, a nadie se le escapa que la integración en la cultura organizativa es ardua especialmente en aquellos entornos en los que la evolución de la gestión ética y socialmente responsable es más lenta, no es el caso de la sanidad que es un sector avanzado en esta materia por su desempeño e idiosincrasia.
Por ello es muy importante que los principios de la RSE (Responsabilidad Social), de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en este caso, surja desde la alta dirección impregnando a todos los estamentos de la organización, capilarizando cada rincón de una forma transversal e implicando a todos.
En cuanto al retorno de la contribución a los ODS para los distintos actores del sector sanitario, aparte del sentimiento de compromiso con la sostenibilidad del planeta en su más amplio sentido, figura el hecho de que hacer las cosas bien siempre genera retorno tanto cuantitativo como cualitativo. La mejora reputacional se basa en la gestión adecuada de no menos de 9 palancas y una de ellas sin duda es la responsabilidad social y la gestión ética manifestada en todas y cada una de sus partes siendo la acción social y por lo tanto los ODS una de ellas. Recordemos que según afirman los expertos, una gestión adecuada de los intangibles, y uno de ellos sin duda es el compromiso social, supone más del 60% del valor de una organización una vez que bien estructurados y gestionados interactúan en todos los órdenes de la misma.
Por otro lado, el principal retorno esperado debería ser el tener la conciencia y la consciencia de nuestra contribución y apuesta por un mundo más sostenible, habitable y “friendly”, no olvidemos que entre el siglo pasado y lo que llevamos de este la humanidad ha consumido más recursos naturales que el resto de las civilizaciones, estamos agotando buena parte de ellos, y los recursos del planeta son finitos y hemos de saber aprovecharlos de una forma ordenada, dejando el mayor legado de sostenibilidad posible a las generaciones futuras. De lo contrario la casa común denominada tierra se transformará en un planeta hostil en el que terminará por no albergar la vida.
Los ODS implican a todos los miembros de la organización
Es importante que estos objetivos sean transversales a toda la compañía. La integración de los ODS en las organizaciones ha de ser absoluta, no puede ser parcial, con lagunas estancas, ha de capilarizar a todos los integrantes, desde la alta dirección hasta el último empleado, y ha de expandirse como una mancha de aceite entre sus stakeholders, este es precisamente uno de los principios de desarrollo de la RSE y por lo tanto de los ODS, iniciativas impulsadas desde organismos internacionales tan relevantes en materia de sostenibilidad como la propia Unión Europea y Naciones Unidas entre otros.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son un revulsivo cultural, organizativo y social que debería impregnar y comprometer todo y a todos en las organizaciones, instituciones y empresas, hasta en los propios hogares y en las familias. Solo mediante el ejercicio de la solidaridad y la implicación personal en construir un mundo más sostenible y responsable es como podremos dotar de futuro a nuestra civilización y al mundo en el que vivimos.
Una sociedad tecnificada, hiperconsumista y con marcados tintes de autosuficiencia como la nuestra requiere de un compromiso individual, de cada persona, para que la responsabilidad adquirida por cada cual se transforme en una responsabilidad colectiva puesto que, vivimos un momento de la historia en el que nos jugamos mucho, no solo nuestro futuro, sino el de los que están aún por llegar, el de nuestros descendientes, las generaciones venideras que tiene derecho a disponer de un planeta habitable y sostenible en todos los sentidos.